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12/12/2025

¿Es viable trabajar sólo cuatro días por semana?

Fuente: telam

Emmanuel Ferrario analizó en Infobae en Vivo los debates que se plantean en el mundo y en Argentina sobre la jornada laboral

>A raíz del creciente debate mundial en torno a la reducción de la jornada laboral, el legislador porteño y columnista de Estas declaraciones fueron realizadas en diálogo con Infobae en Vivo, durante el programa de la mañana, que cuenta con la conducción de Gonzalo Sánchez, Maru Duffard, Ramón Indart y María Migliore. En este contexto, Ferrario analizó los proyectos y tendencias internacionales centrados en la semana laboral de cuatro días, enfatizando la importancia de repensar el equilibrio entre vida y trabajo, y reforzando que la productividad no siempre se correlaciona con la cantidad de horas laboradas.

A lo largo de su columna, Ferrario remarcó que la llamada “fórmula 100-80-100”, en la que se trabaja el 80% del tiempo habitual, se percibe el 100% del salario y se mantiene el 100% de la productividad, ha arrojado resultados positivos en diversos experimentos internacionales. “Muchos estudios demuestran que trabajar más horas no necesariamente te hace más productivo. La clave es preguntarse qué cambia cuando las personas trabajan menos horas: el bienestar, la salud y el rendimiento tienden a mejorar”, afirmó.

El legislador describió un cambio cultural en curso, potenciado por las nuevas generaciones, particularmente la Generación Z, que priorizan el bienestar y el balance entre la vida personal y profesional. “Existe una conciencia creciente sobre el síndrome del empleado quemado y la necesidad de poner límites. Las empresas tienen que adaptarse para retener talento ante estas demandas, porque la rotación y la falta de motivación son costos reales”, enfatizó.

El legislador porteño ilustró el impacto concreto de aplicar estas reformas a partir de pruebas pilotos. “Empresas como Microsoft Japón implementaron el esquema de cuatro días y constataron incrementos en la productividad, entre otras mejoras. Ellos limitaron a cinco los participantes por reunión y a treinta minutos la duración máxima, con agenda definida. El objetivo es lograr los mismos resultados con menos desgaste y mayor enfoque”.

Uno de los desafíos, subrayó, es cultural y está atravesado por prejuicios: “En el debate se mezclan muchas veces posiciones extremas, desde quienes acusan de ‘vagos’ a los que apoyan la medida, hasta quienes sostienen que la inteligencia artificial eliminará la necesidad de trabajar en unas pocas décadas. Pero en el medio, hay que encontrar soluciones reales, racionales y adaptadas a cada realidad”.

No obstante, el legislador reconoció los límites de este tipo de modelos en empleos donde la jornada presencial es imprescindible. “No todo el mundo puede reducir los días de atención o de servicio sin afectar seriamente la productividad, como ocurre en la BTV [Verificación Técnica Vehicular], los servicios críticos o las escuelas. Estos sectores deben ser cuidadosos con los cambios porque el impacto puede ser negativo para la ciudadanía”.

Tanto en su columna como frente a las inquietudes del panel, profundizó en el impacto del exceso de reuniones: “El 80% de las reuniones no tiene un objetivo concreto ni termina en decisiones relevantes. Es más, muchas veces se extienden sin sentido, restando energías y bloqueando la creatividad. Una agenda definida y menos personas por cita son criterios ineludibles para probar cualquier modelo flexible”.

El legislador enfatizó que la transición debe ser paulatina y evaluada en cada sector y organización. “No hay que aplicar el modelo de golpe, sino ensayar pilotos, evaluar resultados y corregir sobre la marcha. Los cambios abruptos pueden alimentar discursos radicalizados en contra de iniciativas razonables y útiles, y eso sería un error”, sostuvo.

Destacando el impulso reciente de la Generación Z para resignificar la relación con el trabajo, el legislador porteño afirmó: “Es evidente que los jóvenes priorizan más sus tiempos libres, la salud mental y la realización personal. Las empresas que logren entender este cambio sin perder productividad estarán mejor preparadas para el futuro”.

En su reflexión final ante las consultas del panel y la audiencia, Ferrario llamó al debate responsable: “No es necesario paralizar todo el país para probar. Hay que animarse a innovar, con prudencia y seguimiento. Los contextos importan, pero las soluciones a los problemas laborales también”.

• De 9 a 12: Gonzalo Sánchez, Maru Duffard, Ramón Indart y Cecilia Boufflet.

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Fuente: telam

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