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24/10/2025

Los secretos de La Última Cena: el mural de Leonardo en Milán que desafía al tiempo y a los expertos

Fuente: telam

Esta obra maestra, célebre por su audaz técnica y múltiple simbolismo, desafió siglos de daños, restauraciones y hasta el debate de los especialistas. Los datos más llamativos de una obra que genera asombro

>En el refectorio del antiguo convento dominico de Santa Maria delle Grazie, enLa Última Cena, realizada por El encargo de esta obra monumental surgió en el contexto de una ambiciosa remodelación impulsada por Ludovico Sforza, duque de Milán, quien pretendía convertir el convento de Santa Maria delle Grazie en un mausoleo familiar.

El mural debía representar el momento bíblico en que Jesucristo, rodeado de sus doce apóstoles, anuncia la traición de uno de ellos durante la celebración de la Pascua, episodio que da origen al rito de la Eucaristía.

La técnica elegida por Leonardo da Vinci para esta obra supuso una ruptura radical con la tradición. ARTnews explica que, a diferencia del fresco convencional —que exige aplicar pigmentos sobre yeso húmedo y trabajar con rapidez—, el artista optó por una mezcla de temple y óleo sobre yeso seco, una fórmula propia que le permitía trabajar con los matices de su característico sfumato.

Sin embargo, esta innovación resultó ser un arma de doble filo: la superficie, expuesta a las variaciones de temperatura y humedad de una pared exterior, se mostró extremadamente frágil desde el principio. La pintura comenzó a deteriorarse ya en vida de Leonardo, como advirtió el cronista Antonio de Beatis, quien la describió como “excelentísima, si bien comienza a deteriorarse”.

El proceso creativo de Leonardo estuvo marcado por su perfeccionismo y su afán de experimentación. ARTnews recuerda que el artista, conocido por su inquietud intelectual y su tendencia a dejar proyectos inconclusos, dedicó numerosos estudios y esbozos a cada personaje de la escena.

La disposición de los personajes y los elementos simbólicos de la obra fueron objeto de múltiples interpretaciones. ARTnews destaca que Jesús ocupa el centro de la escena, sin el halo tradicional, en consonancia con el humanismo renacentista que enfatizaba su naturaleza mortal. Su figura, en forma de triángulo, actúa como eje de una composición en la que las ventanas del fondo y la disposición de los apóstoles remiten a la Trinidad.

El momento elegido por Leonardo —el anuncio de la traición— permite desplegar un catálogo de emociones: la ira de Santiago el Mayor, la sorpresa de Tomás, el dolor de Felipe y la calma de Juan, el más joven, que reposa junto a Jesús. Judas, el traidor, aparece aislado, con la bolsa de monedas y derramando el salero, símbolo de mal augurio.

La mesa de La Última Cena también encierra enigmas. Aunque el relato bíblico sitúa la escena en la Pascua judía —donde el cordero es el plato tradicional—, los restos visibles en los platos fueron identificados por algunos restauradores como anguilas, un detalle que alimenta el misterio debido al mal estado de conservación de la pintura.

El deterioro de la obra fue una constante desde el siglo XVI. ARTnews relata que, ya en 1517, Antonio de Beatis documentó su mal estado, y en 1568 Giorgio Vasari la consideró prácticamente arruinada. A lo largo de los siglos, la pintura sufrió daños adicionales: en 1652 se abrió una puerta en la pared, en 1796 las tropas napoleónicas usaron el refectorio como establo.

Las restauraciones fueron numerosas y, en ocasiones, contraproducentes. ARTnews indica que la primera intervención documentada data de 1726, mientras que la más reciente, dirigida por Pinin Brambilla Barcilon entre 1977 y 1999, buscó revertir los daños de restauraciones anteriores y estabilizar la pintura.

Tras más de veinte años de trabajo, la obra recuperó parte de su aspecto original, aunque sigue lejos de la imagen que contempló el rey Luis I de Francia, quien, fascinado, preguntó si era posible trasladarla a su país, aun a costa de destruir el refectorio.

El impacto de La Última Cena trasciende su estado físico. Ambas fuentes coinciden en que la obra marcó un antes y un después en la representación de temas religiosos, influyendo en generaciones de artistas y convirtiéndose en objeto de estudio, admiración y debate.

Fuente: telam

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