Era una estética diferente en los años ochenta — una impregnada de materialismo, consumismo, la aparición de la cultura “yuppie”, dice Guido-Clark. “Colores neón, patrones audaces y elecciones de moda vibrantes”.

Su grupo trabajó recientemente con la firma de diseño Gensler en un espacio tipo lounge en la feria comercial NeoCon de Chicago para diseño de interiores comerciales. El espacio presentaba colores y motivos de sabor retro.

En el mobiliario, el renacimiento de esas décadas algo distantes se inclina hacia siluetas suaves, bordes redondeados y una vibra de baja altura. Estanterías arqueadas, sillas burbuja, mesas de lucita y acabados de terrazo han vuelto a entrar en la conversación. Los papeles pintados y los patrones textiles presentan geométricos audaces, garabatos estilo Memphis y botánicos de arte pop.

En el proceso, las eras se mezclan. ¿Quién puede decir si una inspiración o diseño proviene precisamente de los setenta, los ochenta o los noventa — o contiene elementos de las tres?

Ya sea una lámpara de lava moviéndose en una consola de medios, margaritas y palomas bailando en el papel tapiz, o un sofá luciendo un montón de cojines de chintz con volantes, el renacimiento retro se siente menos como una moda pasajera y más como un cambio en la forma en que la gente quiere vivir — integrando elementos del pasado que ofrecen consuelo y alegría.

Fuente: AP