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26/08/2025

Cómo es el plan científico para almacenar células de especies en peligro de extinción en la Luna

Fuente: telam

Un equipo interdisciplinario impulsa la construcción de un biorrepositorio en el polo sur lunar, con el objetivo de resguardar material biológico clave frente al avance de amenazas como el cambio climático y los desastres naturales

>La idea de resguardar la Mary Hagedorn, criobióloga de corales del Instituto Smithsonian de Biología de la Conservación, lidera un equipo interdisciplinario que ha presentado un plan para construir un biorrepositorio lunar en el polo sur Hagedorn busca una solución que trascienda los riesgos terrestres y garantice la supervivencia de la vida animal más allá de nuestro planeta, según detalla Para la experta, la propuesta plantea la creación de un “arca de Noé lunar”. El plan inicial contempla almacenar tejidos de animales amenazados, polinizadores y especies clave para los ecosistemas, como los castores. La motivación de Hagedorn y su equipo surge de la urgencia por proteger la biodiversidad frente a amenazas como el cambio climático, la sobrepoblación y los desastres naturales.

“Queríamos algo que pudiera actuar como Svalbard”, explica Hagedorn en declaraciones recogidas por Nature, “pero no hay ningún lugar en la Tierra que sea lo suficientemente frío por naturaleza”.

La trayectoria de Hagedorn en la criobiología y la conservación marina ha estado marcada por la perseverancia y la innovación. Tras doctorarse en biología marina en el Instituto Scripps de Oceanografía, su carrera dio un giro tras un accidente en la Amazonía peruana. Decidió entonces enfocar sus esfuerzos en los efectos del calentamiento oceánico, lo que la llevó a especializarse en la reproducción y criopreservación de corales.

“En ese momento no se había hecho nada con la criopreservación de corales”, recuerda Hagedorn. Su trabajo pionero ha permitido desarrollar técnicas para conservar embriones y fragmentos de coral, una experiencia que ahora traslada al proyecto lunar.

El depósito lunar propuesto se ubicaría en un cráter de unos 6 kilómetros de profundidad en el polo sur de la Luna, una zona permanentemente en sombra donde la temperatura se mantiene estable a -196 °C.

El proceso comenzaría con la criopreservación de fibroblastos extraídos de piel, que posteriormente se transformarían en células reproductivas para, en el futuro, reintroducir organismos completos en sus hábitats originales.

No obstante, el proyecto enfrenta desafíos considerables. La financiación es el principal obstáculo, como reconoce Hagedorn. “Este proyecto abarcará diversas áreas, desde la ingeniería espacial hasta la ética, y habrá muchos cambios y avances científicos”, dijo.

Como parte de las pruebas de concepto, el equipo planea experimentar en la Estación Espacial Internacional con el gobio estrellado (Asterropteryx semipunctata), un pez de arrecife. El objetivo es criopreservar aletas pélvicas y analizar su resistencia a la radiación y la microgravedad, además de perfeccionar los materiales de almacenamiento y estudiar el impacto de la congelación espacial en el ADN y la viabilidad celular.

Una vez superados estos ensayos, la intención es ampliar el trabajo a otras especies, en colaboración con la Red Nacional de Observatorios Ecológicos, financiada por la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NSF), que recolecta anualmente 100.000 muestras biológicas en diversos hábitats.

La propuesta de un biorrepositorio lunar se enmarca en un contexto de creciente interés por los recursos y la investigación en el polo sur de la Luna. Toner señala que “esa parte de la Luna se está volviendo muy popular”, con científicos y agencias espaciales proponiendo cráteres polares para minas, telescopios y asentamientos temporales.

En este escenario, Hagedorn y su equipo insisten en que la protección de la vida en la Tierra debe ser una prioridad en la carrera por establecer infraestructuras lunares.

Las declaraciones de Hagedorn y Toner, recogidas por Nature, subrayan tanto la ambición como la viabilidad de la propuesta. “No creo que haya nadie más en el mundo que conozca la biología de los corales y la criobiología como ella”, afirma Toner sobre la líder del proyecto. Hagedorn, por su parte, responde a las dudas sobre la recuperación de muestras con optimismo: salvo un apocalipsis, “viajaremos al espacio regularmente en el futuro”.

Fuente: telam

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