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09/07/2025

Tenía 20 años y murió arrollado por un tren: su familia lo buscó durante 429 días sin saber que había sido enterrado como NN

Fuente: telam

Mauricio Oliver salió de su casa en mayo de 2014. Nunca más lo volvieron a ver. La familia hizo todo lo posible para hallarlo. Hubo errores en la investigación judicial para encontrarlo. Y apareció en un cementerio cercano al lugar donde había muerto

>Mauricio Oliver tenía 20 años. La noche del 6 de mayo de 2014 le dijo a su mamá que iba a la casa de unas amigas en tren. Salió a las 12 de la noche, con su documento, 50 pesos -entonces equivalentes a menos de 5 dólares- y sin celular.

Le dijo a su madre que iba a encontrarse con unas amigas. Fue la última conversación que tuvieron porque desde esa noche no se supo nada más de él.

En aquel entonces la familia explicó que dejó pasar unos días para denunciar la ausencia de Mauricio Oliver debido a que se quedaba en casa de amigos sin avisar. Y además, según explicó entonces Noelia, hermana de Oliver: “Como mi hermano tenía esquizofrenia creíamos que podía haberse desorientado y estar trabajando en algún lugar sin saber cómo volver”.

Obviamente hubo muchas pistas, que se revelaron falsas, que llevaron a los familiares y amigos a, por ejemplo, buscarlo en varios asentamientos de la Ciudad de Buenos Aires. Incluso la hermana llegó a viajar hasta la provincia de Córdoba debido a un dato que les había llegado.

Lo cierto es que la búsqueda terminó el 9 de julio de 2015, hace una década, cuando la fiscalía comunicó el hallazgo del cuerpo de Mauricio Oliver, enterrado como NN en el cementerio de Benavídez, cerca de Malvinas Argentinas.

Ante la falta de respuestas por parte de la fiscalía, la familia de Mauricio Oliver, a los seis meses de la desaparición, sumó a una abogada para que examine el expediente. La letrada, Adriana Mac Donell, explicó en aquel entonces uno de los errores cometidos por Corda: “El fiscal nunca le pidió a Ferrovías (a cargo del Belgrano Norte) las cámaras de seguridad para verificar si Mauricio había subido al tren en la estación Sourdeaux y había bajado dos estaciones después, en Montes. Seis meses después de la desaparición, cuando comencé a intervenir en el caso, las pidió. Ferrovías tardó otros seis meses en contestar: dijeron que no las tenían porque las grabaciones se guardan por 30 días”. Y agregó que ella había pedido el cotejo de huellas dactilares con los NN que están en las morgues, hospitales y cementerios.

La familia apuntó en aquella época contra la autoridad judicial a cargo de la búsqueda. La hermana de Oliver había dicho: “El fiscal Fernando Corda, de Malvinas Argentinas, hizo todo mal. Estuvimos meses sin novedades hasta que pudimos contar con una abogada. Cuando ella agarró el expediente se dio cuenta que el DNI con el que lo buscaban tenía un número mal, y era un documento de mujer”. Ese era otro de los varios errores cometidos durante la búsqueda.

A la abogada de la familia se le ocurrió algo producto del más común de los sentidos, el sentido común: pidió notificar de la búsqueda a las jurisdicciones judiciales vecinas. Mauricio vivía en Adolfo Sourdeaux, partido de Malvinas Argentinas, que pertenece al Departamento Judicial de San Martín. A 10 cuadras de su casa, cambia el distrito: pasa a ser Don Torcuato, partido de Tigre, que pertenece al Departamento Judicial de San Isidro.

La abogada, hace diez años, había explicado: “Cuando hacemos llegar la búsqueda al distrito judicial vecino, se dan cuenta de que había un NN enterrado en el cementerio de Benavidez con esas características: un varón de 1.78 con dos tatuajes con nombres de personas”.

Fue entonces que la familia se enteró: Mauricio había muerto atropellado la misma noche en la que desapareció, a dos estaciones de su casa. Lo habían buscado con desesperación un año, dos meses y tres días.

Fuente: telam

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