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08/05/2025

Talento joven, rock salvaje y pulso electrónico, así fue la noche española en BIME

Fuente: telam

La estrella en ascenso Judeline, los rockeros clásicos Derby Motoreta’s Burrito Kachimba y el potente pulso electrónico de León Benavente ofrecieron un variado viaje sonoro en la segunda jornada de la feria musical iberoamericana

>Desde Bogotá, Colombia. La zona T (o Zona Rosa) eleva su temperatura a medida que va anocheciendo: los centros comerciales y las tiendas -con marcas españolas y europeas que en Buenos Aires se añoran a la distancia- mantienen sus puertas abiertas y los bares y restaurantes se activan al ritmo de música caribeña a todo volumen. Se cruzan los que salieron en busca de pasar una buena noche y los que vuelven a casa luego de cumplir su jornada de trabajo. El barrio de la localidad de Chapinero, al norte de la ciudad, tiene un particular latido nocturno.

En realidad, toda la expectativa estaba puesta en la joven artista de 22 años, nacida en Cádiz y con ascendencia venezolana, que se presentaba por primera vez en Colombia. Sus singles -del gusto de Rosalía, entre otras estrellas- y un primer disco titulado BODHIRIA la convirtieron, a la velocidad con que suceden estos minifenómenos musicales ahora, en una estrella en ascenso.

Pero antes y después de Judeline, vaya que hubo intensidad y potencia sobre el escenario de La Casa de Donovan. Primero con la banda de nombre estrambótico (llamarse Derby Motoreta’s Burrito Kachimba no es para cualquiera): un huracán de rock clásico de los años 70 combinado con raíces flamencas -el nombre de Triana, la banda andaluza de rock progresivo que hizo historia en España en esa década, emerge naturalmente- tocado con pasión y a todo volumen por músicos que lo dan todo en escena.

Sobre el final del show, este tal Dandy Piranha bajó el escenario y emprendió un recorrido por la pista y la zona de mesas del club, asustando al personal de seguridad y llevándose un fuerte abrazo de varios de los asistentes (que él buscaba). Que sea rock, parecen decir a gritos estos músicos que caminan con gracia por una delgada línea que podría conducirlos, si cayeran, en la parodia al estilo Spinal Tap. Eso no sucede y entonces causan un impacto de los que no abundan en el panorama del rock contemporáneo.

Una vez terminado el show de Judeline, la sala quedó semivacía y la salsa romántica que ambientaba el armado de escenario y ajuste de instrumentos, invitaba a salir. Pero valdría la pena esperar. Pasadas las 11 y media de la noche, León Benavente salió a escena y cortó con la dulzura de los ritmos caribeños que insólitamente ambientaron el intermedio. Fue una impactante sesión de rock electrónico -de Suicide a The Kills, brotan las comparaciones- conducida por canciones con alto octanaje de máquinas y guitarras.

Al frente de León Benavente, estuvo sobre el escenario otro llamativo y carismático cantante llamado Abraham Boba, canoso y barbudo, con aspecto de poeta urbano y vestido como un dandy: zapatos negros, pantalón de vestir, camisa y saco a tono, como si formara parte de la banda de Nick Cave. Así subió al escenario justo cuando bajaron el volumen de la salsa romántica y bastaron unos pocos segundos para advertir que se venía una tormenta sonora. Con él como certero maestro de ceremonias, a veces discurseando sus filosas letras, otras veces gritando o saltando como un poseso, Boba condujo una ceremonia oscura a través de la potente combinación de rock y electrónica.

En el marco de las conversaciones que se desarrollaron en la sede de la Universidad EAN, Infobae Cultura participó del panel Retos y oportunidades de las tecnologías emergentes en la creación: hacia nuevos marcos de acción cultural con la participación de Carmen Páez Soria (subsecretaria de Cultura de España), Fabro Steibel (director ejecutivo del Instituto de Tecnología y Sociedad de Río de Janeiro) y la cantante y compositora dominicana Covi Quintana.

Steibel, a cargo de una sociedad civil sin fines de lucro que estudia el impacto y el futuro de la tecnología en Brasil y en el mundo, realizó un diagnóstico del actual panorama de la IA y sobre todo, que la disputa geopolítica y comercial entre Estados Unidos y China condiciona su utilización por la confrontación de dos modelos de administración. Y además, brindó algunos ejemplos del nivel de desarrollo que se está alcanzando. Particularmente habló de los “agentes IA” que pueden interactuar con su entorno, recopilar datos y utilizarlos para realizar tareas de forma autónoma: sistemas que, como detalló, pueden hacerse cargo de la actividad de una cuenta de Instagram por ejemplo.

En medio de la conversación sobre política y tecnología, el aporte de Covi Quintana trajo la visión de una artista, autora y compositora de canciones. “Estoy fuera de todo este mundo. Hago canciones que hablan de las emociones humanas profundas y creo que ese es el camino”, dijo con una sonrisa y en el cadencioso tono caribeño.

Fuente: telam

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