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04/11/2025

Un diminuto fragmento asirio de 2.700 años hallado en Jerusalén brinda pistas sobre episodios descritos en textos sagrados

Fuente: telam

El hallazgo de una inscripción cuneiforme asiria en el Monte del Templo respalda relatos del Antiguo Testamento y revela interacciones políticas y fiscales entre el antiguo Imperio Asirio y los reinos locales

>Un diminuto fragmento de cerámica de apenas 2.700 años hallado en Jerusalén ha abierto una nueva ventana a la historia antigua de la región y las raíces de la Este importante descubrimiento evidencia, por primera vez en la ciudad, la existencia de relaciones directas entre el Imperio Asirio y el Reino de Judá, y revela la naturaleza tensa de esos vínculos en uno de los momentos más turbulentos de la historia del La pieza, identificada como parte de un sello usado para autenticar documentos oficiales, apareció en un canal de drenaje del Monte del Templo, en el corazón de la Ciudad Vieja. Su análisis permitió determinar que el fragmento provenía del valle del Tigris, en la antigua región asiria, reconocido hub del poder imperial de la época.

El texto, grabado en cuneiforme acadio —considerada la forma escrita semítica más antigua— resultó ser una auténtica queja oficial: un aviso por el retraso en el pago de un tributo que el Reino de Judá debía saldar ante el imperio. “Para mí, como historiador, esto es una especie de linterna en la niebla de la historia”, afirmó Dr. Peter Zilberg, especialista en estudios del Cercano Oriente de la Universidad Bar-Ilan, a The Times of Israel.

Tras descifrar la inscripción, los expertos concluyeron que se trataba de una notificación de impuestos que el emperador asirio remitió a un rey de Judá, situación sumamente similar al episodio relatado en los capítulos 18 y 19 del segundo libro de los Reyes del Antiguo Testamento.

La Biblia describe cómo, durante el reinado de Ezequías, rey de Judá, el monarca asirio, conocido por la historia como Senaquerib, lanzó una campaña militar contra las ciudades amuralladas de Judá: “El rey Senaquerib de Asiria marchó contra todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó”, menciona el texto bíblico.

Ezequías, ante esta amenaza, envió un mensaje al asirio desde Laquis: “He pecado; apártate de mí; todo lo que me impongas lo soportaré”. El resultado fue la imposición de un pesado tributo: 300 talentos de plata y 30 de oro. El hallazgo de la inscripción asiria, según los investigadores, coincide plenamente con este relato, confirmando la existencia de una fuerte presión fiscal y política de Asiria sobre Judá.

Aunque no se conservó la sección de la inscripción donde figuraba la fecha exacta, los datos estilísticos permitieron fecharla entre finales del siglo VIII y la mitad del siglo VII a.C., exactamente durante el periodo de máxima tensión y conflicto tributario entre ambos reinos. “Tenemos la revuelta de Ezequías frente a [Senaquerib], quien decidió suspender los pagos en determinado momento, provocando la marcha militar sobre Jerusalén”, explicó Zilberg.

Para los especialistas, la aparición de un documento oficial asirio dirigido a Judá en Jerusalén transforma la comprensión de las relaciones diplomáticas e institucionales de la etapa. “Aunque no podemos precisar si la demanda surgió de un simple retraso técnico o tuvo implicancias políticas de fondo, la sola existencia de un requerimiento formal evidencia un periodo de fricción entre Judá y el gobierno imperial”, señaló Zilberg según la Biblical Archaeology Society.

Este tipo de artefactos, aunque mínimos en tamaño, pueden ofrecer información fundamental. “Es una pieza faltante en el rompecabezas donde la historia y la Biblia se cruzan, mostrando que esos relatos bíblicos están anclados en los hechos históricos de la era”, subrayó el investigador.

El resultado del descubrimiento ha generado entusiasmo entre expertos e historiadores, ya que aporta información clave sobre un punto de fricción político y cultural de enorme trascendencia. “Hay tanto que todavía no sabemos, y de repente aparecen estas inscripciones que iluminan con precisión un tema específico. Es emocionante”, dijo Zilberg.

La conexión que se establece aquí entre un hecho material —la queja fiscal asiria— y el relato bíblico sobre la humillación y sometimiento de Judá, representa una prueba tangible de la interacción entre la memoria religiosa y los hechos históricos.

En palabras del propio arqueólogo: “Es una maravillosa adición a la historia de las relaciones entre Judá y Asiria”.

Fuente: telam

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