16/10/2025
El Reino Unido señaló al régimen de China como un riesgo para su seguridad tras el escándalo por espionaje
Fuente: telam
Documentos oficiales advirtieron sobre las operaciones de inteligencia extranjeras y revelaron cómo los contactos entre ciudadanos británicos y agentes de Beijing generaron preocupación al más alto nivel
>Un alto asesor de seguridad del Reino Unido advirtió que China representa una “amenaza” para el país tras la investigación contra dos británicos acusados de entregar información sensible al aparato de inteligencia de Beijing, según declaraciones recogidas por el diario The Times.
Berry viajó a Hangzhou, China, en 2022, donde sostuvo un encuentro con un alto funcionario del Partido Comunista Chino, titular adjunto de la Comisión Central de Seguridad Nacional liderada por el presidente Xi Jinping.
De acuerdo con el diario británico, las pruebas recopiladas mostraron que Berry proporcionó a Alex al menos un informe escrito en menos de trece horas desde que fue solicitado.
“Es sumamente improbable que uno de los funcionarios más importantes de China haya recibido a Berry a menos que se le considerase capaz de proporcionar información valiosa”, subrayó Collins en los documentos consultados por The Times.
Los fiscales examinaron además la comunicación en la que Berry informaba sobre las probabilidades de que Tom Tugendhat, entonces diputado conservador, consiguiera un puesto en el gabinete con Rishi Sunak como primer ministro, dato que luego Alex utilizó para ajustar recomendaciones en la esfera política china.“Muy, muy confidencial (definitivamente no compartas con tu nuevo empleador)”, advirtió.
Los fiscales identificaron que, entre los temas solicitados, se incluyó la anticipación sobre la entrada en vigor de una prohibición a las importaciones británicas provenientes de Xinjiang, provincia señalada por organizaciones internacionales ante acusaciones de crímenes y derechos humanos contra la población uigur. Berry transmitió a Alex detalles sobre la fecha estimada para la aplicación de la medida, antes de que esta fuera oficializada. Además, proporcionó datos reservados sobre una revisión de alto nivel del gobierno respecto al proceso de adquisición de la planta Newport Wafer, pieza central en la industria de semiconductores de Reino Unido.En sus informes a la fiscalía, Collins señaló que “la transmisión de esta información a China ponía en riesgo la seguridad o los intereses del Reino Unido, dándole al Estado chino una ventaja táctica y estratégica”. Para el funcionario, el material facilitado superaba el terreno del simple comentario político y entraba en la categoría de inteligencia sensible.También citó campañas de ciberataques —atribuidas a tres agencias de inteligencia vinculadas al Ministerio de Seguridad del Estado chino— y la sofisticación de los métodos empleados en estas intervenciones que, afirmó, podrían producir “consecuencias destructivas”.
El caso quedó archivado debido a que el Gobierno se abstuvo de declarar formalmente a China como una “amenaza a la seguridad nacional”, elemento que la fiscalía identificaba como necesario para continuar con el proceso penal.
El diario británico señaló que, si bien las declaraciones oficiales resultaban directas sobre el carácter de peligro, también reflejaban la voluntad del Ejecutivo de mantener un margen de diálogo económico y diplomático con Beijing. En los informes oficiales constó la intención de “buscar una relación positiva con China para fortalecer la cooperación y la estabilidad”, convirtiendo esa ambivalencia en un escudo argumental para que la defensa derribara la acusación.Insistió en que la información compartida solo eran rumores o datos accesibles en el dominio público y aseguró que no había recibido retribución de ningún tipo. “He perdido la carrera que amaba por una acusación de la que soy completamente inocente”.
La controversia llegó hasta el corazón del Gobierno y el Parlamento. El primer ministro Keir Starmer dispuso la publicación íntegra de los documentos de Collins y la fiscalía para que los diputados pudieran acceder a la totalidad de los elementos del caso y evaluar la gestión institucional.El Servicio de Fiscalía de la Corona, dirigido por Stephen Parkinson, fue convocada por diversas comisiones del Parlamento para justificar la decisión de desechar el caso. Varios legisladores cuestionaron por qué no se buscó fortalecer la acusación con evidencia complementaria ni se llevó el expediente ante un jurado.
Parkinson argumentó que, aunque el material recogido cubría el 95% del estándar probatorio, faltaba “un 5%” que solo podía proveer una postura gubernamental más firme sobre el estatus de amenaza de China.Fuente: telam
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