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15/10/2025

Baja de natalidad y educación: las escuelas porteñas cierran grados y docentes y familias toman medidas para evitarlo

Fuente: telam

La cantidad de chicos matriculados en primer grado se redujo un 25% en cinco años. El dato que el Ministerio de Educación de la Ciudad no revela es cuántos se quedan sin vacante en escuelas de gestión estatal

>“No al cierre de grados”. La frase se puede leer en banderas y carteles. Se lee en Flores, La Paternal, Caballito, Villa Crespo, Saavedra, entre tantos otros barrios porteños. Se lee porque, en escuelas de gestión estatal de toda la Ciudad, el Ministerio de Educación porteño cerrará “secciones”, sobre todo de los dos primeros grados de la escuela primaria.

“Oficialmente nos van a cerrar grados. Vamos a empezar 2026 con un primero y un segundo, ahora mismo hay tres primeros y tres segundos, así que se cierran cuatro secciones”, asegura Eliana Kuriss Dick, madre de dos alumnas y presidenta de la cooperadora de la Escuela “Francisco de Vitoria”, una institución centenaria en Villa Crespo.

La Escuela “Provincia de La Pampa”, en Flores, es otra de las que cerrará secciones por disposición del ministerio. “Hay dos secciones en primer grado y dos secciones en segundo. Nos anunciaron que cerrarían una en cada grado, pero finalmente se pudo negociar que sea sólo un cierre: vamos a seguir teniendo dos primeros y habrá sólo un segundo grado, 2º ‘A’”, explica una docente que desde 2019 trabaja en esa escuela, aunque con un cargo interino.

“Esta es una escuela inclusiva, a la que llegan chicos a cualquier altura del año. Recibimos a muchos chicos ucranianos cuando hubo gran migración por la guerra, y a chicos de países limítrofes que se mudan a Buenos Aires no necesariamente al comienzo del ciclo lectivo, y también hay chicos de barrios vulnerables de Villa Lugano y Villa Soldati. También hay chicos con trayectorias educativas interrumpidas e incluso otros que no se escolarizaron previamente. Por eso pasar de un primer grado de unos 10 ó 12 chicos a uno de 20 ó 25 puede complicar mucho el aprendizaje de esos alumnos”, suma la docente.

Según estadísticas del Ministerio de Educación de la Ciudad, en 2020 hubo 41.117 chicos que empezaron primer grado, entre escuelas de gestión pública y privada. En 2025, esa cantidad se redujo a 30.686. Entre 2006 y 2023, la tasa global de fecundidad en la Ciudad pasó de 1,86 hijos por mujer a 1,09 hijos por mujer. El de 2023 es el registro más bajo desde que se llevan estadísticas.

“Como resultado de este contexto existen aulas con muy baja matrícula que no favorecen los procesos de aprendizaje, el desarrollo de habilidades socioemocionales y la construcción de vínculos entre pares”, suman las fuentes de la cartera educativa porteña. Esas mismas fuentes sostienen que el número definitivo de secciones a cerrar se conocerá una vez que termine el proceso de inscripción online a las escuelas de la Ciudad, que finaliza el 7 de noviembre.

Detrás del argumento de la baja en la tasa de natalidad, desde el ministerio señalan una resolución de 1997 que establece que, en el nivel primario, cada sección debe tener al menos 15 alumnos. Se trata de un argumento que no se esgrimió cuando empezaron las clases este año y ya había secciones con menos de 15 chicos en el aula.

“En 2013, cuando se implementa la inscripción online, el Ministerio reconocía entre 7.000 y 9.000 chicos sin vacantes en la escuela pública. En 2017 ese número subió a 17.000 estudiantes. Y a partir del año siguiente dejaron de informar cuántos chicos quedaban afuera de la escuela pública, incluso se empezaron a negar a responder los pedidos de informe en la Legislatura”, explica Patricia Pines, referente de Vacantes para Todxs, una organización que visibiliza la falta de espacios en las escuelas públicas de la Ciudad y que acompaña a las familias que presentan recursos de amparo para conseguir esos lugares.

“Es cierto que decae la tasa de natalidad. Pero lo que el ministerio no informa es cuántos chicos se quisieron inscribir en la escuela de gestión estatal y no consiguieron lugar. Todo el tiempo se nos acercan familias que quisieron inscribirse en jornada simple y les dieron completa, o viceversa. Quisieron ir a bachiller y les dieron comercial, o al revés. Son todas vías para desalentar la inscripción en escuelas de gestión estatal”, reflexiona Pines.

Carolina es maestra desde hace 15 años en la Escuela “Primera Junta” de Caballito. Allí, después de un ida y vuelta en la decisión, no cerrarán secciones. “Nos habían informado que cerrarían algunas divisiones de los primeros grados, y cuando se planteó que haríamos un abrazo a la escuela, algo que se decidió en una asamblea con toda la comunidad educativa, fueron para atrás. Creemos que ese retroceso en la decisión es nada más que un ‘por ahora’”, explica.

En la escuela en la que da clases y a la que también manda a sus hijos, asegura que hay entre 15 y 20 chicos por aula en los primeros grados. “Pasar de un curso de 15 chicos a uno de 25, sobre todo cuando los chicos recién empiezan la primaria, implica una enseñanza mucho menos personalizada, mucho menos adecuada a lo que necesita cada chico. No es lo mismo un aula de hace 10 ó 15 años que un aula hoy, donde encontrás más chicos que por su historia, su trayectoria educativa o incluso algún diagnóstico, necesitan otro seguimiento”, describe Carolina. Según sostiene, hay aulas en las que tal vez hay hasta cuatro planificaciones distintas para poder acompañar el ritmo de los estudiantes.

Para la docente de Caballito, detrás de esto asoma el escenario de las instituciones de educación especial. “En los últimos años hay un deterioro brutal de la educación especial, y bajo la excusa de una supuesta inclusión plena los chicos que necesitan un seguimiento más personalizado no lo reciben. Eso va a empeorar si se arman aulas con más alumnos”, sostiene Carolina, y remata: “El ministerio habla de fusionar secciones, pero en concreto lo que hacen es cerrarlas”.

Es que el ministerio necesita el edificio de la “Fray Justo” para reubicar allí la escuela secundaria “Argentinos Juniors”, que desde 2007 funciona en el predio del estadio de ese club pero que cerrará sus puertas allí para que “el Bicho” agrande su cancha.

Según la docente de la Escuela “Provincia de La Pampa”, de Flores, “hay escuelas dentro del sistema público que son ‘de elite’, las más elegidas por la clase media, por ejemplo las intensificadas en idiomas”. A la vez, explica, “hay otras escuelas que reciben estudiantes con diferentes problemáticas y que los reciben en cualquier momento del año, y allí quedan cursos más chicos porque hay menos demanda, pero es necesario que esas escuelas estén disponibles para quienes las necesiten; al contrario de eso, el ministerio decide achicarlas”.

La escuela en la que ella da clases es, desde hace unos años, intensificada en Educación Física, una propuesta que la comunidad educativa intenta difundir hasta con un pasacalle. “Es que el ministerio nunca mandó la placa que informa hacia la calle que tenemos esa intensificación, algo que puede resultar atractivo en el barrio”, dice la docente, que no sabe dónde enseñará el año que viene, cuando el segundo grado que le hubiera tocado cierre su aula para unificarse con otro.

Ahora mismo, la inscripción a las escuelas de gestión estatal de la Ciudad está abierta. En cinco años, la cantidad de chicos anotados para empezar primer grado se redujo un 25%. La caída de la tasa de natalidad es un fenómeno de alcance global con sucursal en Buenos Aires. Lo que queda sin esclarecer es cuántos chicos se quedan sin lugar en la escuela de gestión estatal: es un dato que el Ministerio de Educación porteño guarda para sí hace casi una década. Mientras tanto, avanza en el cierre de aulas.

Fuente: telam

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