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01/10/2025

De cuánto es el saldo negativo de la tarjeta SUBE en octubre 2025

Fuente: telam

Las plataformas electrónicas para abonar pasajes y recargar saldo crecen, mientras se mantienen los créditos de emergencia al viajar en servicios urbanos

>Desde hace años, la tarjeta SUBE constituye la herramienta central para el pago de viajes en el transporte público argentino en numerosas localidades urbanas y suburbanas. El sistema incluyó desde su lanzamiento un mecanismo de saldo negativo, definido como un margen de crédito ante emergencias o imprevistos que impiden realizar recargas. Este beneficio continúa vigente y desde octubre 2025 opera con montos específicos para cada tipo de servicio y para distintas regiones del país.

Montos permitidos de saldo negativo según servicio

La posibilidad de contar con saldo negativo se mantiene de manera uniforme en toda la red, aunque existen diferencias para adaptarse a las características y actualizaciones tecnológicas de cada ramal y región.

El mecanismo es claro: siempre que el valor del boleto requerido no supere el límite del saldo negativo habilitado, el sistema autoriza el acceso al transporte. Cuando el usuario efectúa la siguiente recarga, el sistema descuenta primero la deuda acumulada y habilita el nuevo saldo para viajes posteriores.

El objetivo central del saldo negativo es evitar que los usuarios queden imposibilitados de viajar en situaciones de apuro o ante la imposibilidad de recargar la tarjeta, algo que puede ocurrir por múltiples razones técnicas o logísticas.

El sistema utilizado por SUBE tiene alcance federal, con aplicación en capitales y ciudades del interior del país que hayan adherido a esta tecnología. En ciertos casos, cuando la tarifa mínima local supera el margen de $1.200 debido a sucesivas actualizaciones de precios, el descubierto no siempre cubre el costo total de un viaje, aunque persiste la intención de ofrecer ese crédito básico a todos los usuarios del sistema.

En los últimos años, el sistema SUBE ha pasado por distintas etapas de modernización, impulsando medios digitales y nuevas tecnologías para mejorar la experiencia y ampliar las alternativas de pago. Uno de los cambios más destacados fue la incorporación de la SUBE Digital, una opción disponible para teléfonos con sistema operativo Android 8 o superior, que posibilita el pago del pasaje apoyando el celular en los lectores mediante tecnología NFC.

En los dispositivos que carecen de NFC, el sistema permite generar códigos QR que luego se escanean en los validadores ubicados en colectivos y estaciones, agregando una capa de usabilidad adicional para quienes no disponen del plástico físico.

La aplicación oficial SUBE también habilita la recarga del saldo empleando tarjetas de débito, transferencias bancarias o billeteras electrónicas, junto con la consulta en tiempo real del crédito disponible y la gestión de beneficios o descuentos. El usuario puede definir desde la misma aplicación si los subsidios como la Tarifa Social o descuentos por combinación serán aplicados a la tarjeta física o a la versión digital.

Se mantienen diferentes alternativas para cargar saldo en la tarjeta, tanto de manera presencial como virtual. Los puntos físicos tradicionales, como los kioscos, estaciones y centros de atención habilitados, continúan operativos como la opción preferida por muchas personas.

No obstante, registran un crecimiento constante las recargas electrónicas realizadas a través de cajeros automáticos, homebanking y aplicaciones móviles. El saldo abonado desde estos medios no se acredita de manera automática en la tarjeta, sino que requiere un paso adicional: la validación del importe en una Terminal Automática, un celular con tecnología NFC compatible, o directamente dentro del transporte mediante el apoyo de la tarjeta en la máquina del colectivo.

El saldo negativo de SUBE cumple un rol de respaldo operativo, pero no se debe considerar una extensión habitual para el uso diario. Su función está limitada a resolver emergencias o circunstancias imprevistas, y la política oficial reafirma la recomendación de no abusar del recurso.

En las localidades donde la tarifa mínima del transporte supera el margen del saldo negativo disponible, el crédito de emergencia no siempre alcanza para cubrir un viaje en su totalidad, por lo que los usuarios podrían necesitar recurrir de inmediato a una recarga para completar sus traslados. Esta situación se evidencia especialmente en ciudades del interior que hayan experimentado incrementos tarifarios recientes.

El valor del saldo negativo y su utilidad real pueden analizarse también en función de las tarifas que rigen para colectivos, trenes y subtes en el Área Metropolitana de Buenos Aires y otras localidades que utilizan SUBE.

En trenes, los boletos de la Sección 1 cuestan $280,00 con SUBE registrada y $560,00 con SUBE sin registrar, mientras la Sección 2 llega a $360,00 con SUBE registrada y $720,00 con SUBE sin registrar. El pago con dinero en efectivo se mantiene en $900,00 para ambos segmentos.

Además de la creciente digitalización, las autoridades reafirman la vigencia de la tarjeta SUBE física, manteniendo operativos todos los canales de carga, acreditación y consulta. Sin embargo, la tendencia apunta hacia un uso cada vez mayor de métodos digitales que simplifican el acceso y ofrecen mayor flexibilidad en el pago del transporte.

El saldo negativo, como crédito de emergencia ajustado periódicamente, constituye un recurso vigente en el sistema y funciona en sincronía con la modernización y diversificación de medios que atraviesa el transporte público argentino.

Fuente: telam

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