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17/09/2025

Descubren que el asteroide Ryugu retuvo agua más tiempo de lo pensado: qué significa

Fuente: telam

El cuerpo “potencialmente peligroso” que pudo cambiar la historia de la Tierra fue analizado químicamente gracias a las muestras traídas por una misión japonesa

>Un descubrimiento reciente podría reescribir parte de la historia del Sistema Solar y de la propia Tierra. Nuevos análisis de muestras del asteroide 162173 La evidencia no solo sorprende por lo que dice de Ryugu, sino también por lo que sugiere acerca del origen del agua en nuestro planeta.

Ryugu, de unos 900 metros de ancho y una órbita que se cruza con la de la Tierra cada 474 días, fue visitado por la misión japonesa Hayabusa2 entre 2018 y 2019.

La sonda recogió diminutos fragmentos de roca y los trajo a nuestro planeta en diciembre de 2020. Esas muestras, aparentemente inertes, se convirtieron en una cápsula del tiempo que ahora revela secretos inesperados.

El estudio, “Descubrimos que Ryugu conservaba un registro prístino de la actividad hídrica”, explicó Tsuyoshi Iizuka, geoquímico de la Universidad de Tokio y autor principal del trabajo. Para los científicos, ese registro demuestra que “los fluidos se desplazaban a través de sus rocas” en una etapa mucho más tardía de lo que se creía posible.

Hasta ahora, el consenso sostenía que la actividad hídrica en asteroides se limitaba a los primeros momentos del sistema solar, cuando el calor residual y el material radioactivo aún permitían la presencia de agua líquida. El hallazgo de Ryugu desmiente esa visión.

Esto cambia nuestra perspectiva sobre el destino a largo plazo del agua en los asteroides. El agua permaneció presente durante mucho tiempo y no se agotó tan rápidamente como se creía”, añadió Iizuka.

La única explicación razonable, según los investigadores, es que un fluido —agua líquida— arrastró parte del lutecio, alterando el “reloj” isotópico.

El equipo descarta que se trate de un error o de contaminación. “Pensábamos que el registro químico de Ryugu se asemejaría a ciertos meteoritos ya estudiados en la Tierra. Pero los resultados fueron completamente diferentes. Esto nos obligó a descartar cuidadosamente otras posibles explicaciones y finalmente concluimos que el sistema Lu-Hf fue perturbado por un flujo de fluido tardío”, comentó Iizuka.

Ese choque no solo liberó el agua, sino que pudo fragmentar el cuerpo original para dar lugar al asteroide que hoy conocemos.

El análisis también sugiere que el progenitor de Ryugu retuvo hielo durante más de mil millones de años, una cifra que supera por mucho las estimaciones previas sobre la capacidad de los asteroides para conservar agua.

Este resultado tiene consecuencias profundas para la comprensión de la historia terrestre. La teoría dominante afirma que la mayor parte del agua de la Tierra provino de impactos de asteroides y cometas en la infancia del sistema solar.

Si cuerpos como el progenitor de Ryugu conservaron agua durante tanto tiempo, es posible que hayan transportado entre dos y tres veces más agua a nuestro planeta de lo que estiman los modelos actuales. En otras palabras, los océanos y la atmósfera primigenios de la Tierra podrían deber aún más a los asteroides de lo que se pensaba.

Ryugu no está solo en el centro de la atención científica. El El equipo japonés planea un examen detallado de vetas de fosfato en las muestras de Ryugu, lo que permitirá precisar la edad del flujo de agua.

Aunque es improbable que Ryugu impacte la Tierra, su órbita cruza la nuestra con frecuencia suficiente para que la NASA lo clasifique como “potencialmente peligroso”. Esta categoría no implica una amenaza inminente, pero sí motiva un seguimiento constante.

El logro refleja la cooperación internacional en la exploración espacial. Japón lideró la misión, pero los resultados interesan a toda la comunidad científica. Entender la presencia prolongada de agua en asteroides permite refinar modelos de formación planetaria y podría guiar futuras misiones que busquen recursos en el espacio o evalúen riesgos de impacto.

El descubrimiento también tiene un mensaje más amplio. Mientras la humanidad debate cómo proteger su propio suministro de agua frente al cambio climático y la contaminación, el hallazgo de reservas de agua ancestral en una roca que viaja alrededor del Sol recuerda la extraordinaria persistencia de este recurso en el cosmos.

“Esto nos obliga a replantearnos las condiciones iniciales del sistema hídrico de nuestro planeta”, reconoció Iizuka. Su equipo confía en que el análisis de fosfatos y la comparación con Bennu ofrezcan pistas decisivas.

En un fragmento de roca oscuro y polvoriento, a millones de kilómetros de distancia, se escondía una prueba inesperada de que el agua —ese ingrediente esencial para la vida— encontró formas de persistir, de moverse y quizá de sembrar mundos enteros.

Fuente: telam

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