Jueves 11 de Septiembre de 2025

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11/09/2025

Resistieron a los nazis, sus historias fueron enterradas y una argentina las rescató: “Varsovia, 1944″, teatro y verdad

Fuente: telam

La periodista Ana Wajszczuk investigó un silencio familiar: tres adolescentes que murieron en el mayor levantamiento de la Segunda Guerra Mundial

>Se podría hablar de la obra recordando esto, que dice la joven Anna: “Lo último que veo antes de desmayarme es un destello que me enceguece, como si un rayo cayera frente a mi cara y me prendiera fuego. Lo último que escucho es un ruido sordo, y todo se vuelve oscuridad y silencio, como si me hundiera en un pozo negro”.

O se podría arrancar por lo que sigue: “Un remolino de vidrios y ladrillos, pedazos de hierro quemados y retorcidos, huesos, botones que saltan de las camisas y se incrustan en cuerpos que no les pertenecen; entre piedras, escombros, metales afilados como picos, restos de carne y extremidades, escudos con el águila polaca grabada, todo lo que es materia y no se ha desintegrado se convierte en proyectil expulsado por una ráfaga de fuego que se come en milésimas de segundo la calle Kiliński”.

O volver a Anna, 18 años: “Cuando recobro la consciencia, estoy tirada en mitad de la calle y casi desnuda: mi ropa es un amasijo de trapos”.

Es 1944 en Varsovia pero también -al mismo tiempo- es 2025 en Buenos Aires y Anna habla con un sobrino nieto al que nunca conocerá... en el escenario. Anna -que en la realidad se llamaba Barbara-, Antoni y Wojtek Wajszczuk, el sobrino nieto y hasta un tío que cree que el sobrino cuenta las cosas de manera muy melodrámatica, son parte de Varsovia 1944, la obra que dirige y protagoniza Dennis Smith en El camarín de las musas. Y también son reales: sus historias las encontró y las cuenta Ana Wajszczuk, quien descubrió lo que había pasado con los primos de su abuelo Zbigniew años después de que él muriera. El abuelo había pasado toda la vida sin contar nada: demasiada muerte, demasiado dolor, demasiada derrota. “En ese espacio impreciso entre las masitas y la siesta, mis abuelos empezaban a hablar en polaco, y lloraban”, se explica en la obra. Lloraban, callaban.

Dura 50 minutos y no cansa nunca. Ochenta años después del levantamiento y aunque sabemos que ninguno de los tres sobrevivió, seguimos con los dientes apretadaos la búsqueda de alguna huella, alguna foto, una marca en una iglesia donde hubo muchos asesinados, algo. En esta versión, quien busca y escribe no es una hija, Ana, sino un hijo, Lucas. Y quien acompaña no es el padre sino la madre (Cristina Dramisino).

El contexto, el pretexto, para narrar la historia es una entrevista radial a Lucas Wajszczuk, hecha por una periodista (Lourdes Invierno) que está pintada con todos los colores de la tontería y la ignorancia. Un poco con y un poco contra ella, Lucas cuenta y muestra. Anna, encarnada por Maia Muravchik, se para y relata ese momento heroico en que la multitud polaca captura un tanque alemán y se siente fuerte.

Pero el tanque, se sabe, traerá una sorpresa funesta. Eso es el comienzo en la obra. La historia de cada uno de los hermanos tendrá algún momento de destello y alguno de derrota. Conjeturas, porque en realidad casi no se sabe qué pasó con cada uno.

Del cielo caen gotas, parece que empieza a llover. Pero son gotas rojas y viscosas; una cortina de vísceras y sangre que cae sobre los vivos y los moribundos y los muertos, sobre troncos sin cabeza, pulmones sin caja torácica, cueros cabelludos, cabezas, manos desparramadas, una boina negra de scout intacta”.

Se estima que Antoni, el mayor, fue el único que tuvo armas y alguna instrucción militar. Participó en el ataque a un edificio que había tomado la Gestapo y allí murió, nadie sabe cómo: está en una tumba colectiva en el Cementerio Militar de Varsovia. “Perdemos la cuenta del tiempo en los canales. Más de veinte horas buscando la salida en ese laberinto de canales. El agua sube, baja, de las rodillas al cuello. Hasta las ratas están aterradas”, escribe Antoni en la ficción del teatro. No tiene cara pero es fácil imaginarlo, al final de la obra lo vamos a querer aunque quizás el que llegue más hondo sea el más chico: Wojtek.

Wojtek, en la historia que conoció la Ana Wajszczuk de carne y hueso, salió con su grupo de boy scouts y los emboscó una patrulla alemana. ¿Murió allí? No hay datos. ¿Fue tomado prisionero y fusilado? No hay datos. Quedó el nombre en un memorial, de los restos no hay noticias. “Acá hubo una pila de cuerpos. Altísima. Su tío dice que sospecha que Wojtek murió acá”, dice un guía en la obra. y Lucas (Dennis Smith) canta:

Porque sí, hay canciones, hay humor, hay una narración hecha con emoción, con inteligencia, con delicadeza para lo terrible de lo que está contando.

Ilusos los que creen que pueden quedarse al costado de la Historia. La Historia es una manga de langostas que arrasa y un día te agarra de la oreja al otro lado del mundo y te pone de frente a una masacre, a todas las masacres.

Varsovia 1944

Cuándo: Los domingos a las 19.30.

Elenco: Dennis Smith, Cristina Dramisino, Maia Muravchik y Lourdes Invierno

Fuente: telam

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