09/09/2025
“El secreto de Azucena”: cuando un grupo de gauchos mató a 36 personas a sangre fría

Fuente: telam
La nueva novela de época de Gabriela Exilart desnuda un episodio de la historia argentina que muy pocos conocen. Hay lucha y conflicto, pero también amor, misterio y revelaciones inesperadas que acompañan la trama
>“¡Vamos, que este también es vasco! Azucena despertó a causa de los alaridos, no sabía dónde estaba. (…) Se levantó de un salto y se asomó a una de las ventanas. Lo que tenía ante ella era un espectáculo dantesco que no lograba encajar. Se dijo que era una pesadilla y se obligó a despertar, pero por más que se esforzaba, todo estaba allí: una jauría humana descargaba cuchilladas contra cualquier cuerpo que se movía. Vio caer al petisero, a uno de los peones, a un faenador y así sucesivamente. Ramona apareció en el comedor, alertada por el infierno de afuera. ¡Hay que trabar las puertas! Y empezó a mover los muebles.”
El secreto de Azucena (Penguin Random House, 2025), de ¿Y Azucena?La vida de la mujer en el campo, a fines del 1800, era la de la señora sumisa, casta y pura, que se tenía que casar, tener hijos y hacer las cosas de la casa y pará ahí. Pero Azucena era un terremoto al lado de todas ellas y eso le da al relato una musicalidad única. Es fría, no le gustan los chicos y cero correcta. Y eso le trae problemas varios, pero, obviamente, le importa un bledo. Ella sigue y se lleva todo puesto. Hasta que no.
“Lloró hasta que se le empañó la vista. Lloró por su hermana, muerta tan joven, y con quien no había tenido la mejor relación, lloró por su madre, también muerta, esa madre que no había sabido guiarla ni comprenderla en su noche más oscura. Lloró por Ani, tan sola y desamparada como ella. Por su padre postrado, atrapado en un cuerpo inútil y una mente lúcida. Su padre a quien notaba enojado en su decisión de volver a la estancia; no entendía de su actitud. Lloró incluso por Julián, quien a su manera había tratado de ayudarla y a quien ella nunca pudo agradecer la discreción. Pero su llanto mayor fue para ese amor al que ni nombre pudo ponerle.”
El secreto de Azucena nació en 2019 cuando el escritor argentino Juan Basterra le regaló Asegura que la investigación no fue fácil dado que la disponibilidad de documentación era casi inexistente y el hecho histórico estaba como arrumbado en algún rincón del que nadie sabía o hablaba. Como sea, revolvió cielo y tierra y pudo conseguir – al fin- algunos libros usados que hablaban de aquel episodio sangriento del lugar. Y a diferencia de otros sucesos similares, el de Tandil no tuvo relación con el gobierno de turno sino más bien con los criollos locales. La cosa fue así: en su temor por la avanzada de los inmigrantes y su floreciente poder económico y político, un grupo de paisanos lugareños, alentados por un gaucho “sanador y profeta”, perpetuaron la peor matanza del momento. El famoso Tata Dios, un tipo rarísimo, mitad campechano mitad demonio, se llamaba Gerónimo Solané y había llegado hasta la localidad del crimen a través del estanciero Ramón Rufo Gómez, con la intención de atender a su esposa que tenía migrañas. Final que el personaje este se había hecho fama de curandero y eso le valió la confianza de muchos. Pero, tal como cuentan los hechos, también fue el principio del fin de él mismo y de los pobres inocentes que murieron asesinados. ¿Y cuál es el secreto de Azucena? No puedo contar nada. Pero si decirles que la trama de la novela gira en torno de un secreto familiar. Esa verdad oculta condicionará los pasos de Azucena y eso impactará también en el resto de los personajes. Guardar un secreto por años no es gratis, y solo puedo adelantarles que es grave. Gabriela Exilart es marplatense, escritora, abogada, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata y coordinadora de talleres de escritura. Lleva publicadas más de 10 novelas: El susurro de las mujeres, Los hijos de la cosecha y Pulsión, entre otras. Recibió varios premios y en octubre 2022 fue declarada Vecina destacada por la Municipalidad de General Pueyrredón por su aporte a la Cultura.Fuente: telam
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