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17/08/2025

Trump no quedó contento con la reunión de Alaska

Fuente: telam

Con la visita de Zelensky a la Casa Blanca, anunciada para este lunes, sabremos qué esperar de Trump en el futuro cercano, sobre todo si se mantendrá o no su optimismo sobre una solución en camino

>Costó tanto, que no puede considerarse un fracaso ya que se agendó otra reunión, para la cual Putin ofreció Moscú, pero el éxito se mide por las expectativas, y sin duda alguna, Trump no quedó feliz, y ahí están su rostro (ojos) y el lenguaje corporal, no verbal, para demostrarlo, ya que un cese del fuego era su objetivo. Además, raro en él, en la conferencia de prensa habló poco, no aceptó preguntas, y en la entrevista posterior con Sean Hannity de Fox News, tampoco dijo mucho más, mientras que, por su parte, Putin habló más, pero también raro en él, no dijo nada. Algo más dijo al regresar a Moscú, informando que se habían discutido formas de poner fin al conflicto en “forma justa”, y que la reunión había sido “oportuna” y “muy útil”, mientras que los aliados europeos de Ucrania señalaron que lo hecho por Trump era “digno de elogio”, sí, países como Francia, dijeron eso.

En la entrevista de Hannity que superó la media hora, Trump hizo un repaso de los éxitos que ha tenido en este segundo mandato, donde Ucrania ha resultado el objetivo más difícil de conseguir, ya que ha sumado acuerdos para India-Pakistán, Camboya-Tailandia, Congo-Ruanda, Armenia-Azerbaiyán, y EEUU es la única potencia que ha buscado activamente un cese del fuego en Gaza, a pesar de los rechazos de Hamás. Más aún, sus propuestas sobre aranceles siguen avanzando, incluyendo China, sin que se haya generado el caos que sus críticos anticiparon, como también en política interna, el Partido Demócrata se ve tan lleno de problemas que no se le perciben propuestas alternativas.

¿Pero pudo haber tenido otro resultado esta Cumbre en Alaska?

Putin siempre ha dicho lo mismo, que el fin de la URSS fue tan rápido que realmente fue un desplome, tanto que no solo surgieron 15 países, sino que fue el fin de un imperio, y que está pendiente una negociación para concordar la fijación de las fronteras de esos países, y que, como sucesor, esa negociación debe hacerse con Rusia, es decir, con él. En otras palabras, cuando Putin insiste que hay que ir al origen de la guerra de Ucrania, está pensando en una negociación de estas características, de la cual la guerra de Ucrania sería el principio y no el final, detrás de lo cual, habría que ver en el fin de la URSS el fin de un imperio, es decir, no distinto a lo que ocurrió con el imperio español en Latinoamérica en el siglo XIX, y con la desaparición del imperio otomano después del fin de la Primera Guerra Mundial, por lo que en todo el siglo XIX, se presencian guerras fronterizas e invasiones de los países que de allí surgieron como también buena parte de los conflictos actuales del Medio Oriente tienen sus raíces en lo que en 1918 ocurriera.

El otro motivo, es que hoy la guerra la está ganando Rusia, en forma lenta y con muchas víctimas en cada lado, pero, aunque sea en metros y no kilómetros, el avance es ruso, con el agregado que Ucrania hoy sufre mucho, quizás demasiado, ya que hay ataques diarios a civiles, con muchos muertos, ataques para los cuales Ucrania no tiene defensa contra esos misiles, además que pasa todos los días y cada uno de ellos.

Para este objetivo, Trump dijo e hizo todo lo necesario. No solo utilizar como manual su libro el Arte de la Negociación, sino también recibió a Putin no como una visita cualquiera, sino como una Cumbre, una visita de Estado, con toda la formalidad que ello conlleva, pero el mandatario estadounidense quería algo tan concreto y necesario como un Cese del Fuego, mientras que Putin sigue viendo este encuentro como parte de una negociación más que un diálogo, y cuanto éxito se puede esperar lo vamos a ver en la muy próxima visita que se ha anunciado de Zelensky a la Casa Blanca, de mucha importancia, porque poner en marcha algo que seduzca a Putin, tiene que ver con concesiones de Kiev, tales como pérdida territorial y la aceptación de soluciones de neutralidad e interdicción de su soberanía, que se asemejan a lo que se les impusiera a Finlandia y a Austria en la Guerra Fría, y cuya actualización para Ucrania, sería olvidarse de la OTAN y del ingreso a la Unión Europea.

El problema es uno, grande y grave, tanto que condiciona todo lo que se puede hacer, ya que Zelensky tiene algo pendiente, que es la convocatoria a elecciones que debieron haber tenido lugar el año pasado, pero que no se hicieron, argumentándose la imposibilidad de hacerlo en guerra. Y cualquier concesión ratificaría lo que tanto el 2024 como en fechas más recientes mostraban las encuestas, que Zelensky sería derrotado por el excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas y actual embajador en el Reino Unido, general (®) Valerii Zaluzhny, considerado el artífice de la exitosa defensa a la invasión, y que fuera destituido, después que fracasara la contraofensiva del 2023.

Este empantanamiento de la guerra lo tiene claro Zelensky como también su dificultad para hacer concesiones. Por su parte, Putin tiene claras sus dificultades económicas y diplomáticas como también que podría ser imposible seguir financiando la guerra, si se imponen sanciones secundarias a los países que compran el petróleo ruso, algunos tan importantes como China y la India, país este último que revende más barato, pero con utilidad, a una serie de naciones, también aquellas europeas que incluyen a quienes tienen un discurso crítico de Putin y EEUU, en otra demostración de hipocresía internacional.

Las dificultades para obtener un cese del fuego no solo existen hacia el futuro, sino también existe evidencia en el pasado, toda vez que estos intentos no solo aparecieron con Trump, sino que existen varios acuerdos frustrados en años anteriores, ya que como se dijo, esta guerra no se inició hace tres sino hace once años.

Sin embargo, intentos fracasados no se limitan a los mencionados, ya que también existe un fracaso israelí, iniciado con la visita sorpresiva del entonces primer ministro Naftalí Bennett en marzo 2022 a petición de EEUU, ya que Israel tenía una buena relación con Rusia y Ucrania, fundamentalmente por la cantidad de inmigrantes que habían nacido en ambos países. En todo caso, allí se dio un acuerdo que funcionó en la guerra civil de Siria, entre Netanyahu y Putin, que ha sido continuado desde entonces, ya que, a pesar de haber estado en bandos opuestos en esa guerra, nunca se enfrentaron, ya que fueron capaces de entender las necesidades estratégicas del otro. En su momento, esa situación fue presentada como ejemplo de que, con Putin, “se podía negociar”, pero no fue una negociación, sino solo un diálogo, pero dio resultados, lo que no ocurrió en este caso, por lo que Israel no volvió a mediar. Hoy se sabe que, en esa oportunidad, Bennett fue considerado prorruso en Kiev.

Así como los Acuerdos de Minsk se hicieron concesiones que después de la invasión serían imposibles, ya que el rol de Rusia es mucho más fuerte, como que, en esos Acuerdos, Ucrania aceptó por única vez que participaran con ese nombre las que entonces eran las únicas dos repúblicas separatistas, la Popular de Donetsk y la Popular de Lugansk, otros intentos involucran también a países europeos, en este caso. Es así como en diciembre de 2019, Ucrania y Rusia aceptaron reanudar las reuniones, por lo que Francia y Alemania resucitaron al Cuarteto de Normandía, lo que permite que en París tenga lugar la primera reunión cara a cara entre Putin y Zelensky, evidencia que el deseo actual del ucraniano para algo similar no es algo novedoso.

Por último, útil es también permitir la revisión de todo aquello que fracasó, pero que en algún momento fue firmado, aunque hubiera existido incumplimiento, como fue el caso de lo que con frecuencia es citado por Kiev y que explica la insistencia en pedir seguridades, toda vez que nunca se respetó el Memorándum de Budapest, firmado en Hungría el 5 de diciembre de 1994, donde se le asegura a Ucrania la intangibilidad de sus fronteras, después que renunciara junto a Bielorrusia a las bombas atómicas que quedaron en su territorio al desaparecer la URSS, donde en Kiev la molestia en este caso es con otros firmantes como EEUU y el Reino Unido, que junto con Rusia concurrieron a esa firma y que no reaccionaron el 2014.

Este relato da una idea de los varios esfuerzos que se hicieron a través de los años para el Cese del Fuego, y las dificultades que enfrenta el actual intento de Donald Trump, donde ni siquiera un Premio Nobel de la Paz aparece con facilidad como merecida recompensa. Ello se debe a las particulares características de ese Nobel, uno de los cinco que fueron instituidos por Alfred Nobel, quien inventara la dinamita y fabricara armamentos, que según el Testamento se entrega cada año “a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición y reducción de los ejércitos alzados y la celebración y promoción de acuerdos de paz”, pero con una particularidad, ya que a diferencia de los otros cuatro, no es entregado por una academia sueca, sino que es un premio eminentemente político, desde el momento que es entregado por el Comité Noruego del Nobel, cinco personas determinadas por el Parlamento Noruego, lo que explica las críticas que con alguna frecuencia reciben los seleccionados.

Entre quienes ahora se han equivocado puede haber estado Putin, ya que no hay evidencia que EEUU quiera ingresar a una negociación extensa, y, por el contrario, la paciencia de Trump puede agotarse. En el fondo, Putin quiere algo que ni siquiera estuvo disponible al final de la URSS, tal como lo esperaba y lo ha criticado Gorbachov en sus memorias. Hoy, Putin quiere algo semejante a lo que después de Cuba, EEUU negoció, la llamada política de coexistencia pacífica que se conocería como “detente”, donde Europa simplemente no fue considerada entre los negociadores. Hoy, y como autoproclamado defensor de las minorías rusas que quedaron viviendo en otros lugares de la ex URSS, Putin quiere que EEUU negocie con Rusia, es decir, con él, las fronteras en que se dividió al antiguo imperio.

Quizás, es más probable, que, si no obtiene el necesario e imprescindible Cese del Fuego, Trump pierda interés y busque construir su legado en otros lugares, ya que cada vez le queda menos tiempo, desde el momento que el próximo año hay elecciones de medio término en EEUU y después todo se va a enfocar en la próxima presidencial, sin Trump de candidato.

En su primera presidencia Trump se juntó con Putin seis veces. Alaska sería la séptima, y recordemos que tuvieron una buena relación humana, pero ambos fueron negociadores duros, y contrariamente a lo que se ha dicho, no se encuentra gesto político o económico que hubiera favorecido indebidamente a Putin y a Rusia, por lo de MAGA, y sobre todo, como la falsa acusación de que Putin habría intervenido “eligiendo” a Trump, descarriló esa relación con la llamada “trama rusa”, que efectivamente fue una interferencia ilegal en el proceso democrático de EEUU, pero local, hecha por el llamado Estado profundo.

Máster y PhD en Ciencia Política (Essex U), Licenciado en Derecho (U. de Barcelona), Abogado (U. de Chile), excandidato presidencial (Chile, 2013)

Fuente: telam

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