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04/08/2025

La selectividad del discurso de los derechos humanos en América Latina

Fuente: telam

La obsesión con Israel contrasta con el silencio ante rehenes, dictaduras y genocidios culturales, revelando un sesgo preocupante y cada vez más evidente.

>En este mes en que el pueblo judío conmemora con ayuno y luto el Tishá BeAv —fecha que recuerda las grandes tragedias de la historia judía, como la destrucción de los Templos de Jerusalén y siglos de exilio y persecución—, es necesario hacer un llamado a la lucidez moral y política. Lo que venimos observando en varios países de América Latina, especialmente en los gobiernos de Colombia, Chile y Brasil, es un fenómeno inquietante: una obsesiva centralidad del conflicto israelí-palestino, desproporcionada, descontextualizada y, a menudo, instrumentalizada políticamente, mientras otras crisis humanitarias graves son ignoradas con un silencio que resulta incómodo.

Más preocupante aún fue el encuentro promovido recientemente por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, con la participación del presidente Lula, de Brasil, y del presidente Gabriel Boric, de Chile, bajo el pretexto de liderar una nueva coalición del “sur global”. En lugar de fomentar un proyecto regional de crecimiento económico, inclusión social y fortalecimiento democrático, dicho encuentro se utilizó como tribuna para un discurso ideológico de confrontación, centrado en críticas desproporcionadas a Israel, más que en soluciones para los profundos desafíos internos de sus propios países.

Como alguien que cree verdaderamente en un mundo más justo y plural, me siento avergonzado al ver a líderes latinoamericanos optando por alianzas retóricas y selectivas, en lugar de construir puentes concretos hacia el desarrollo, la equidad y la coherencia en la defensa de los derechos humanos.

La definición de antisemitismo propuesta por la IHRA —adoptada por decenas de democracias— no censura las críticas legítimas al gobierno israelí. Al contrario: establece criterios para que el debate político no derive en deshumanización, negación histórica o discriminación religiosa. Despreciar esa definición es facilitar la normalización del prejuicio.

La incoherencia latinoamericana es hoy evidente. Muchos gobiernos que se proclaman progresistas guardan silencio ante dictaduras, ignoran genocidios, relativizan las libertades y concentran su narrativa exclusivamente contra Israel —lo cual revela, como mínimo, un sesgo ideológico, y en muchos casos, un antisemitismo encubierto bajo retórica humanitaria.

América Latina necesita recuperar su integridad moral. Y Brasil, en particular, debe reafirmar que no será cómplice del odio, del revisionismo ni del negacionismo —sea contra los judíos o contra cualquier minoría. Defender la memoria, adoptar definiciones claras y rechazar la banalización del antisemitismo no es una causa comunitaria: es un imperativo civilizatorio.

* El autor es Presidente de la Confederación Israelita de Brasil (CONIB) y Comisionado para Asuntos de Antisemitismo del Congreso Judío Mundial.-

Fuente: telam

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