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14/07/2025

Retroceso de glaciares: cómo los nuevos paisajes podrían pasar de absorber a emitir gases de efecto invernadero

Fuente: telam

Un estudio en Groenlandia planteó que las superficies liberadas tras la pérdida de hielo milenario podrían alterar el balance de carbono global

>El retroceso de los “Una de las pruebas más contundentes del calentamiento del clima terrestre es el retroceso y la desaparición de los glaciares de montaña en todo el mundo. Según datos preliminares, el año 2023/24 fue el 37º año consecutivo en que los glaciares de referencia monitoreados por el Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares perdieron hielo en lugar de ganarlo”, expresan desde la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).

A medida que el hielo se retira, los suelos recién expuestos podrían dejar de absorber dióxido de carbono y comenzar a liberar grandes cantidades de gases como el metano, según científicos. Esta transformación, que convierte sumideros en fuentes de gases de efecto invernadero, fue documentada por geólogos de la Universidad de Florida y la Universidad de Maryland en un La investigación se llevó a cabo en la cuenca del Kobbefjord, al suroeste de Groenlandia, y demuestra que el origen del agua que alimenta los ríos, ya sea glaciar o proveniente de suelos antiguos, determina si el sistema actúa como una trampa de carbono o como un emisor.

El artículo plantea que el agua de deshielo glaciar contiene bajas concentraciones de carbono orgánico disuelto (DOC), pero de alta reactividad. Esa composición favorece reacciones de meteorización (que son transformaciones químicas de los minerales) que secuestran dióxido de carbono (CO₂), según los autores.

Los niveles de dióxido de carbono y metano en estas aguas son muchísimo más altos que los que se darían si el agua estuviera en equilibrio con el aire, porque en los suelos antiguos el carbono orgánico se descompone lentamente por acción microbiana, liberando estos gases en grandes cantidades antes de que puedan escapar a la atmósfera, siempre de acuerdo con los científicos.

Con el paso del tiempo, el sistema cambia su comportamiento: al principio, cuando el paisaje recién queda expuesto por el retroceso del glaciar, actúa como un sumidero que absorbe más gases de efecto invernadero de los que emite. Pero a medida que el suelo “envejece” y se desarrollan procesos biológicos, se convierte en una fuente neta de gases que contribuyen al calentamiento global, tal como postularon los investigadores.

El equipo trabajó en un único ecosistema parcialmente glaciado de 32,2 km², donde confluyen aguas provenientes de deshielo glaciar y de corrientes alimentadas por infiltración de suelos más antiguos. Se tomaron muestras durante dos períodos en julio de 2019, caracterizados por distintas proporciones de estos tipos de agua debido a variaciones en temperatura e insolación.

Para comprender cómo cambian las reacciones químicas del suelo y el agua tras el retroceso glaciar, los investigadores analizaron distintos indicadores:

    Este enfoque integral permitió identificar que, en aguas glaciares, predominan reacciones de meteorización impulsadas por ácido carbónico, generadas por el propio CO₂ disuelto, que favorecen la captura del gas.

    El estudio sugiere que los procesos de remineralización del carbono orgánico y la evolución de las reacciones de meteorización tras la exposición de nuevos paisajes por el retroceso del hielo tienen un impacto directo en el balance global de gases de efecto invernadero. “Nuestros resultados muestran que los balances de gases de efecto invernadero fluviales son sensibles a los cambios en las fuentes de agua entre arroyos glaciares y alimentados por filtraciones”, afirman los autores.

    Este patrón no se limita a Groenlandia. Según el artículo, cerca del 30% del hemisferio norte fue cubierto por capas de hielo durante el Último Máximo Glacial, hace aproximadamente 15.000 años. A medida que esos suelos se exponen, se activa una sucesión biogeoquímica que puede pasar de fijar carbono a emitirlo, con tiempos de respuesta que dependen del tipo de roca, el desarrollo del suelo y las condiciones hidrológicas y microbiológicas locales.

    Por último, los expertos advierten que la tendencia podría invertirse temporalmente en el futuro cercano: el aumento del deshielo por calentamiento antropogénico podría potenciar a corto plazo la meteorización de sedimentos frescos con captura de CO₂, aunque ese efecto sería pasajero. “El rápido calentamiento antropogénico podría aumentar la escorrentía del agua de deshielo glacial a corto plazo, lo que generaría una retroalimentación negativa sobre el calentamiento global”, indican.

    Fuente: telam

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