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16/05/2025

Nuevas huellas fósiles revelan que los reptiles caminaron sobre la Tierra antes de lo que se creía

Fuente: telam

Las marcas de garras recién halladas en el sureste de Australia podrían adelantar el origen de esta especie en al menos 35 millones de años, según expertos. Los detalles del estudio

>El hallazgo de un conjunto de huellas Las marcas, impresas sobre una losa de arenisca de 50 centímetros, no se parecen a nada que se haya visto antes: muestran dedos largos, curvos y terminados en garras.

Según el estudio La pieza fue descubierta por dos paleontólogos aficionados en la Formación Snowy Plains, en el estado australiano de Victoria. Los científicos que analizaron el fósil sostienen que no se trata de cualquier huella.

Serían las más antiguas jamás encontradas con marcas de garras y, si su interpretación es correcta, ponen en duda la cronología que durante décadas organizó la evolución de los tetrápodos, el gran grupo de animales vertebrados terrestres al que pertenecen los reptiles, los anfibios, las aves y los mamíferos.

“Una sola placa con huellas, que una sola persona puede levantar, pone en tela de juicio todo lo que creíamos saber sobre la evolución de los tetrápodos modernos”, afirmó Per Ahlberg, paleontólogo de la Universidad de Uppsala y uno de los autores del estudio. Ahlberg no disimula su asombro, ni tampoco lo hace Grzegorz Niedźwiedzki, también de la Universidad de Uppsala: “Cuando vi este ejemplar por primera vez, me sorprendí mucho. A los pocos segundos vi que había marcas de garras claramente conservadas”.

Lo que distingue a estas huellas de otras del mismo período es la presencia de garras, una característica exclusiva de los amniotas primitivos, según los especialistas.

Los tetrápodos surgieron como una rama derivada de peces que desarrollaron extremidades para moverse en entornos costeros, y eventualmente en tierra firme. Este salto evolutivo ocurrió durante el Devónico, hace más de 370 millones de años, y marcó uno de los episodios más transformadores en la historia de la vida sobre la Tierra.

La colonización terrestre no fue un evento repentino, sino una larga transición con múltiples formas intermedias. A partir de estos primeros exploradores terrestres se diversificaron los linajes que hoy conocemos como anfibios y amniotas. Pero la separación entre ambos no estaba bien definida en el registro fósil.

En total, la losa contiene dos conjuntos de huellas. El animal que las dejó medía, según estimaciones de los investigadores, unos 80 centímetros de largo, aunque no se conocen restos óseos de su cuerpo.

Esta ausencia de fósiles corporales convierte a las huellas en el único testimonio de su existencia, pero su nitidez y detalle son suficientes para sostener que tenía dedos bien desarrollados, adaptados para moverse en tierra, y garras que indican una vida completamente terrestre. Esta adaptación contrasta con los anfibios, que aún dependen del agua para reproducirse.

Este punto es clave. Gondwana fue un gigantesco bloque continental que incluía lo que hoy conocemos como América del Sur, África, India, la Antártida y Australia. Su registro fósil del Carbonífero temprano es escaso, por eso la losa australiana tiene un valor excepcional”, detalló Ahlberg. “¿Quién sabe qué más vivió allí?”.

El estudio publicado en Nature también presenta nuevas huellas fósiles de reptiles encontradas en Polonia. Aunque no son tan antiguas como las de Australia, refuerzan la idea de que los amniotas ya se habían diversificado mucho antes de lo que se creía. El hallazgo conjunto sugiere que la historia evolutiva de estos vertebrados se desarrolló en paralelo en distintas regiones del planeta.

>Al proyectar estos datos sobre una escala de tiempo, los investigadores concluyen que el nodo evolutivo del que surgieron los tetrápodos modernos es aún más antiguo que las huellas descubiertas. Esto significa que ya existía una diversidad de formas terrestres en el Devónico, una época que hasta ahora solo se asociaba con los “pezápodos” de transición. El famoso Tiktaalik, por ejemplo, vivió hace unos 375 millones de años y presenta características de pez y de animal terrestre, como aletas con huesos similares a los de una extremidad.

Este cambio de perspectiva obliga a revisar muchas certezas. Si los reptiles ya caminaban por la tierra hace 356 millones de años, entonces el proceso que los llevó desde ambientes acuáticos a terrestres no solo fue más veloz, sino también más complejo y extenso de lo que se pensaba. No hubo un único salto, sino una sucesión de pequeños pasos que distintos grupos dieron en distintos lugares del planeta, algunos de los cuales recién ahora empezamos a descubrir.

Las pisadas fosilizadas de un animal sin nombre revelan que los orígenes de los reptiles y, por extensión, de las aves y los mamíferos, están más lejos en el tiempo de lo que pensábamos. Con apenas 50 centímetros de roca, los científicos abrieron una ventana hacia un mundo remoto. Uno donde una criatura caminó por la orilla de un lago y dejó las primeras huellas de una historia que hoy seguimos escribiendo.

Fuente: telam

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