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21/04/2025

¿Cómo cambió el clima de Marte? La respuesta que desenterró el rover Curiosity de la NASA

Fuente: telam

Con un taladro que obtiene muestras ubicadas a pocos centímetros de las capas estratificadas del terreno, el vehículo logró recolectar polvo de rocas en el cráter Gale, formadas hace aproximadamente 3.500 millones de años. Por qué los expertos aseguran que se trata de un revelador hallazgo

>Hace más de una década que el rover Ahora, un nuevo descubrimiento realizado gracias a sus instrumentos a bordo vuelve a poner el foco en una de las grandes incógnitas sobre Marte: qué ocurrió con su antigua atmósfera y cómo cambió el clima en un mundo que alguna vez tuvo agua líquida. Y tanto trabajo dejó un hallazgo que sorprende porque reconfigura una idea instalada durante años.

Las mediciones orbitales y los estudios realizados con otros rovers no habían logrado detectar los niveles de carbonatos esperados para sostener la hipótesis de una atmósfera densa, rica en CO₂ y capaz de mantener temperaturas que permitieran la presencia estable de agua. Pero esta idea habría quedado en el pasado.

Las últimas muestras analizadas por el equipo científico que trabaja con Curiosity muestran algo distinto: bajo la superficie del cráter Gale se esconde un archivo químico intacto que revela lo que los sensores orbitales no pudieron ver.

Utilizando un taladro que penetra a pocos centímetros en las capas estratificadas del terreno, el rover recolectó polvo de rocas formadas hace aproximadamente 3.500 millones de años.

Los análisis identificaron concentraciones de siderita, que varían entre el 5 % y más del 10 % en peso, en capas de roca ricas en sulfato de magnesio. Esta proporción es mucho mayor que la encontrada en mediciones previas y sugiere que parte significativa del dióxido de carbono marciano fue atrapada químicamente en la corteza por medio de reacciones geológicas.

En otras palabras, parte del CO₂ que alguna vez estuvo en la atmósfera del planeta se secuestró y conservó bajo tierra, lejos del alcance de los análisis espectroscópicos desde órbita.

El hallazgo no solo confirma la existencia de un ciclo del carbono en el Marte antiguo, sino que también abre nuevas preguntas sobre la evolución del planeta. Según los científicos, parte de ese carbono atrapado podría haber sido liberado nuevamente a la atmósfera en procesos posteriores, como lo indica la destrucción parcial de algunos minerales detectados.

Esto sugiere un clima dinámico, con periodos en los que el carbono circuló entre la atmósfera y las rocas, quizás de forma intermitente, con impactos potenciales sobre la habitabilidad.

Este nuevo capítulo en la investigación de Marte obliga a repensar el pasado del planeta. La teoría de una atmósfera espesa que permitió la presencia de agua se había debilitado con el tiempo ante la falta de pruebas concluyentes, pero la detección de siderita proporciona evidencia concreta de que ese escenario fue posible. Si las condiciones eran favorables para la presencia de agua líquida y reacciones geoquímicas activas, no se puede descartar que hayan existido entornos con potencial para la vida.

Una parte relevante del descubrimiento es que los carbonatos detectados estaban ocultos en capas profundas, no accesibles por métodos tradicionales desde satélites. Esto indica que otras regiones del planeta, especialmente aquellas también ricas en sulfatos, podrían contener más evidencia de un ciclo de carbono aún no documentado. Tal como apuntan los investigadores, si estas condiciones se repitieron en otros puntos de Marte, la cantidad total de CO₂ secuestrado podría ser mucho mayor de lo estimado.

El estudio también desafía la capacidad de los actuales instrumentos orbitales para detectar ciertos minerales. La siderita, al estar acompañada de otros compuestos o cubierta por capas superficiales, puede quedar enmascarada en los datos espectrales, lo que significa que su presencia podría estar más extendida de lo que se creía. Por eso, las futuras misiones marcianas deberán revisar qué regiones se consideran prioritarias para la exploración en profundidad.

Mientras tanto, el rover Curiosity sigue trabajando. Desde que aterrizó en Marte en 2012, su misión fue investigar la historia geológica del planeta, centrándose en los indicios de agua y condiciones habitables. Este nuevo descubrimiento encaja con esa línea y refuerza el papel del cráter Gale como uno de los sitios más relevantes para entender cómo cambió el planeta rojo de un ambiente cálido y húmedo, a uno frío y seco como el actual.

El hallazgo de carbonatos en concentraciones inesperadas obliga a reconsiderar hipótesis previas y, al mismo tiempo, da pie a una nueva etapa en la exploración del planeta rojo. Lo que parecía una anomalía —la escasez de carbonatos— ahora se convierte en una pista clave sobre la evolución climática y atmosférica de Marte.

Este hallazgo muestra que, en definitiva, esta zona se trata de una cápsula del tiempo enterrada bajo capas de roca, que después de millones de años empieza a contar su historia.

Fuente: telam

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