30/03/2025
El Talmud y el presente: la educación ocurrió hace 2000 años

Fuente: telam
La fuente legal más antigua e importante del pueblo judío se aplica a un sistema educativo concebido con una cantidad de ideas que siguen siendo revolucionarias, aun para nuestros tiempos
>El futuro de la educación ocurrió hace 2000 años.
Insisto: estas reglas del Talmud tienen más de 2.000 años; en un mundo que vio nacer el primer sistema de educación organizada en Europa recién en el siglo XI.
Educación universal obligatoria. La Torá (la biblia hebrea) señala a los padres como los responsables primarios de la educación de los hijos. El Talmud establece una regla maravillosa para resolver la situación de niños y niñas huérfanos, quienes al carecer de “padres” quedarían sin “maestros”: crea la escuela pública obligatoria.Inclusión social. En aquella época, como consecuencia de la regla talmúdica que exigía la educación universal, se crean mútiples escuelas en Jerusalem. Todas las familias se dirigían allí con sus hijos para que estos sean educados. Sin embargo, los niños vulnerables volvían a estar en problemas: ellos no tenían forma de llegar a esa ciudad. Es por eso que se crea una regla dorada: debe existir una escuela en cada ciudad. Esto resolvió el acceso a la escuela para todos los niños y niñas.Aprendizaje colaborativo. Otra de las reglas talmúdicas consiste en exigir que el estudio se realice en parejas (denominado javrutá, en hebreo “grupo de compañeros, amigos”). Este es el método de estudio desarrollado en todas las casas de estudios judaicos del mundo (yeshivot).
Es tan eficaz este sistema, que Corea del Sur –uno de los países más avanzados del planeta- adoptó este método talmúdico en todas sus escuelas públicas. La idea detrás de esta regla es que dos alumnos siempre aprenden más si comparten y discuten los contenidos; y un alumno que domina cierto tema aprenderá más todavía si tiene la obligación de explicárselo a otro que tiene dificultades para comprenderlo. Y, por último, el alumno que no ha logrado acceder a un conocimiento podrá hacerlo más eficazmente si un par se lo explica en su mismo idioma. Increíble, ¿cierto?Según el Talmud de Babilonia (Berajot 28a) Rab Gamaliel fue uno de los primeros en institucionalizar la enseñanza de la Torah, y organizó las clases de manera formal. En el Talmud de Babilonia (Berajot 28b) se relata cómo Rab Gamaliel estableció una estructura clara de estudios:
“Rab Gamaliel estableció en Yavné que se debía enseñar la Torah, el Talmud, la Halajá y las enseñanzas de los sabios con la misma seriedad. Él ordenó que cada joven fuera capacitado en el estudio intensivo de la Torah, y que no se permitiera que ninguna generación estuviera desvinculada del aprendizaje.”El Talmud plantea una discusión brillante, y de furiosa actualidad. Nos propone una pregunta: ¿qué ocurre si llega a una ciudad un maestro que es mejor que aquél que ya se encuentra desempeñando su tarea docente allí?
Fiel a su costumbre, el Talmud plantea más preguntas que respuestas. O sea, no resuelve el interrogante. Pero nos ofrece una reflexión para alimentar el debate: la libre competencia no siempre es la mejor opción, debido a que genera inestabilidad. En este caso, un docente vivirá pendiente de la posibilidad de ser desplazado por uno mejor. Sin embargo, afirma el Talmud, justo en el caso de la educación de nuestros hijos e hijas la competencia es bienvenida porque, necesariamente, generará un “mayor caudal de saber”: los mejores maestros (más dedicados, más talentosos, más apasionados) darán a los niños una mejor educación. Miremos cuán poéticamente lo expresa el propio Talmud: “(…) los celos de los escribas aumentan la sabiduría”.En un sistema de libre competencia, son estos últimos maestros quienes terminarán desempeñado la tarea docente. Ellos serán los protagonistas. Y las futuras generaciones, los grandes beneficiarios.En palabras del Talmud: “Rab Gamaliel estableció que la única ocupación que justificaba la remoción de un maestro por mal desempeño era la docencia. Si un maestro no enseñaba adecuadamente, o no transmitía los conocimientos de acuerdo con las normas y principios establecidos, debía ser removido de su puesto.” (Berajot 27b).Esta regla refleja la centralidad de la docencia en la vida judía. La enseñanza no es solo una cuestión de impartir conocimiento; es también una forma de cultivar el alma y los valores de la comunidad. Un maestro que no cumpla con estas responsabilidades de manera adecuada, ya sea por falta de conocimiento o por una enseñanza deficiente, puede estar dañando el bienestar espiritual y moral de sus estudiantes, y por lo tanto, es justo que sea removido de su cargo.La regla de Rab Gamaliel de remover a un maestro por mal desempeño puede verse como una manera de garantizar la calidad y la integridad del sistema educativo judío. En la tradición rabínica, los maestros no solo son responsables de los conocimientos académicos, sino también de la transmisión de los valores y principios éticos fundamentales. Si un maestro no está a la altura de este desafío, su salida del puesto es vista como necesaria para el bienestar de la comunidad.
A través de esta regla, Rab Gamaliel también introdujo un mecanismo de responsabilidad. A diferencia de otras profesiones, en las que el mal desempeño puede pasar desapercibido, en el ámbito educativo judío el fracaso de un maestro no puede ser ignorado. La remoción de un maestro por mal desempeño subraya la importancia de la competencia, la ética y la diligencia en la enseñanza.En el sistema político y religioso del Imperio Romano y en la Judea del siglo I los sacerdotes podían ocupar posiciones de poder por períodos prolongados sin ser removidos por mal desempeño. Por su parte, los comandantes militares y líderes en Judea, bajo el Imperio Romano, muchas veces no eran removidos de sus posiciones por fracasos en el campo de batalla, especialmente si pertenecían a una clase poderosa o tenían el respaldo del imperio. Aunque el sacerdocio del Templo de Jerusalem tenía grandes responsabilidades, no existía un mecanismo inmediato para remover a los sacerdotes de su cargo si no desempeñaban adecuadamente su función, salvo situaciones muy extremas. A pesar de la importancia religiosa del cargo, los sacerdotes generalmente tenían estabilidad en sus posiciones, que en muchos casos se transmitían hereditariamente. Por su parte, los funcionarios públicos, como los recaudadores de impuestos, también podían ocupar sus puestos sin que su mal desempeño resultara en una destitución inmediata. Los comerciantes y artesanos en Judea también desempeñaban roles esenciales en la sociedad, pero no existía un sistema formalizado que permitiera remover a alguien de su puesto por mal desempeño.
Es increíble. La innovación educativa ya ocurrió.
Esperándonos…
Fuente: telam
Compartir
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!