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19/12/2025

“Titanic”, un rodaje a todo o nada: el minuto en el que Di Caprio y Winslet sellaron su química y la perla oculta a James Cameron

Fuente: telam

Se estrenó en medio de la desconfianza de los productores y de un presupuesto que se había ido de las manos. Pero se convirtió en un éxito total y en una pieza imprescindible de la historia del cine

>“Para no dejar que sea yo quien decida van a tener que echarme, y para echarme van a tener que matarme”. James Cameron estaba aferrado a la convicción de que su película sería un éxito. Los productores de 20th Century Fox querían que el cineasta achicara un presupuesto que no paraba de crecer -en millones de dólares- y que acortara una película que cada vez medía más minutos.

La criatura que nació de esa convicción, de unos 200 millones de dólares de presupuesto y del talento de dos jovencísimos actores fue Titanic. El film se estrenó el 19 de diciembre de 1997, hace exactamente 28 años, y todo lo que pasó a partir de la llegada de la película a los cines superó las expectativas de Cameron, de los productores, y de Leonardo Di Caprio y Kate Winslet. Y eso fue porque la película superó enormemente las expectativas del público, que se agolpaba en salas de todo el mundo para ver esa historia de amor en medio de la tragedia.

Para mostrar esa catástrofe del enorme crucero de lujo que viajaba desde Europa hasta Estados Unidos y cuyo sueño de majestuosidad se estrelló contra un iceberg, Cameron decidió acompañar esa tragedia con una historia romántica que empezara en el barco y terminara allí mismo.

Para eso, necesitaba una pareja que hipnotizara a los espectadores. Buscó rostros bellos y jóvenes, dos caras todavía no tan conocidas que pudieran encarnar a Jack y Rose y hacer que esa historia de un romance repentino, prohibido, brevísimo y eterno, traspasara la pantalla.

Para su protagonista masculino consideró a Christian Bale, a Tom Cruise y a Matthew McConaughey. McConaughey, incluso, creyó haber logrado el papel en las audiciones. Di Caprio, al contrario, no se tenía tanta confianza y, según contarían después quienes participaron de los castings, hasta se lo vio disgustado o desganado en algunas de las reuniones previas a la confirmación del papel.

Di Caprio, en cambio, parecía alejarse cada vez más de conseguir el papel. Su mayor disgusto en medio de la selección fue cuando creyó que estaba asistiendo a una reunión con Cameron y en realidad estaba yendo a una “prueba de química” con Winslet.

El cineasta dio un paso más para consolidar esa química que le ayudó a decidir quiénes serían los actores protagónicos. Decidió empezar a rodar por las escenas en las que Jack dibuja a Rose, que posa desnuda para él. “Era la mejor manera de terminar de romper el hielo entre ellos dos para que después todo fuera más fácil”, explicó el canadiense.

Esos tres millones salían de un presupuesto original de 109 millones de dólares en total. Pero la obra de Cameron terminaría costando prácticamente el doble: llegó a superar los 200 millones. Se convirtió así en la película más cara de las que se produjeron en su época. El film de Cameron costó más caro que lo que había costado construir el enorme crucero que efectivamente se hundió cuando atravesaba el Atlántico, al sureste de Terranova.

Fox le pedía a Cameron prácticamente a diario que frenara la canilla de gastos millonarios que había abierto, y para eso le sugería al director -casi como una orden- que la película fuera más corta de lo que el cineasta tenía en mente. La productora no creía en un gran éxito de taquilla que fuera tan largo. Y ante esa exigencia, Cameron pronunció su respuesta célebre: que iban a tener que echarlo, y que para echarlo tendrían que matarlo.

El canadiense ofreció devolver su salario como director y productor, que rondaba los 7 millones de dólares, y renunciar a su parte de las ganancias finales, a cambio de que nadie pretendiera interferir ni en la longitud del film ni en las decisiones creativas que él tomaba.

Los costos de Titanic fueron monstruosos desde el principio. Para construir el set de filmación, Fox compró casi 162.000 metros cuadrados de playa en Baja California, México. Allí se construyó una réplica del barco de tamaño real y se regulaba la temperatura del agua de acuerdo a lo que necesitaba cada escena.

El mayor estrés del rodaje fue la filmación de una escena que no podía fallar por sus características técnicas. Se trata de la escena en la que la Gran Escalera del transatlántico se inunda. La escena requirió que el equipo técnico derramara violentamente 340.000 litros de agua sobre el set, algo que destruiría de manera irreversible la escenografía. “Sudé a mares”, dijo Cameron después del rodaje de esa escena. Sabía que tenía un solo intento y que no podía fallar.

Durante el rodaje, Winslet fue instada a compartir muy poco tiempo con los niños que participaron del film: “Decía demasiadas malas palabras”, contó Cameron entre risas. Ella y Di Caprio, que eran jovencísimos, forjaron desde el principio una alianza inquebrantable para acompañarse durante un rodaje muy largo que implicaría estar lejos de sus familias durante un tiempo considerable. Esa alianza en el set sería la puerta de entrada a una amistad que los une hasta hoy.

Esa película de presupuesto millonario se convirtió en un éxito feroz de taquilla. Durante quince semanas fue la película más vista en los cines de Estados Unidos. Se trataba de un récord inaudito para lo que ocurría con otras películas de la época. Además, el 1º de marzo de 1998, Titanic logró lo que ningún otro film había conseguido: superar los 1.000 millones de dólares de ganancias.

Ese éxito impactó también en las premiaciones. Titanic se llevó once Óscar, algo que sólo había logrado Ben-Hur en 1959. Entre esas distinciones, ni Kate Winslet ni Leonardo Di Caprio se alzaron con una de las estatuillas.

Cuando Titanic logró todo lo que logró, Hollywood entendió que una película de más de tres horas podía ser un éxito total, y que el romance en medio de una tragedia podía resultar atractivo para el público joven. Era algo en lo que la industria no confiaba, pero Titanic destruyó varios prejuicios del mundo del cine.

A lo largo de los años, los fanáticos y los medios se dedicaron a especular sobre cuánto medía la tabla y cuánto peso podía soportar, pero Cameron resolvió la discusión asegurando que la decisión de que Jack muriera de hipotermia al final de la película fue “una elección artística, no algo vinculado a razones físicas de la tabla”.

En colaboración con Will Jennings, un exitosísimo letrista, compusieron “My heart will go on” y consiguieron que Céline Dion grabara un demo. Cameron escuchó la versión e hizo saber a su equipo del área musical que incluir la canción podía valerles ser criticados por “ser demasiado comerciales”. Pero finalmente el director aprobó que la canción fuera parte de la película: se convirtió en el single más vendido de la historia hasta ese momento.

Fuente: telam

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