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11/12/2025

La NASA perdió contacto con una de sus naves más importantes en Marte

Fuente: telam

El silencio inesperado de MAVEN inquieta a la agencia espacial. La sonda, que reveló secretos fundamentales sobre la atmósfera marciana, dejó de comunicarse tras una maniobra habitual en órbita del planeta rojo

>La Si bien la La agencia espacial detalló que antes de ese momento todos los sistemas funcionaban dentro de los parámetros esperados. La telemetría previa no mostró fallas y eso vuelve más desconcertante el silencio.

Y agregaron: “La telemetría de MAVEN había mostrado que todos los subsistemas funcionaban con normalidad antes de orbitar tras el Planeta Rojo. Tras emerger de Marte, la Red de Espacio Profundo de la NASA no observó señal”.

Aunque la nave ya tiene más de 10 años de actividad —una duración superior a la esperada originalmente— su aporte sigue siendo irremplazable. El silencio no solo corta una vía de comunicación: deja en suspenso un proyecto que ofreció descubrimientos decisivos para reconstruir la historia del clima marciano y evaluar cómo se transformó su habitabilidad con el paso del tiempo.

MAVEN se lanzó en 2013 y llegó a la órbita del planeta rojo en septiembre de 2014. Su objetivo fue claro desde el inicio: estudiar la atmósfera superior y la ionosfera para medir cuánto material pierde Marte hacia el espacio y por qué esa fuga alteró de forma drástica su clima.

Los científicos sospechaban que el planeta fue más templado y acuoso, pero faltaban pruebas sólidas sobre el mecanismo que lo llevó a convertirse en un mundo árido.

Al revelar esos ciclos, la nave permitió reconstruir cómo los componentes volátiles escaparon gradualmente y cómo el planeta perdió agua con el paso de millones de años.

Entre los resultados más influyentes destacó la identificación del mecanismo de “pulverización” que expulsa elementos volátiles hacia el espacio, una pieza fundamental para entender la evolución climática. También fue la primera en describir la extensa “cola” magnética invisible que se forma detrás del planeta debido a su interacción con el viento solar, un fenómeno que ayuda a estimar la intensidad de esa erosión atmosférica a lo largo de los siglos.

Los datos de MAVEN ofrecieron mapas detallados de los vientos marcianos, definieron patrones de plasma en la alta atmósfera y revelaron un nuevo tipo de aurora de protones que no se había registrado antes. Cada una de esas observaciones permitió vincular condiciones actuales con procesos antiguos. Gracias a ese trabajo, los investigadores pudieron afinar los modelos que explican por qué Marte y la Tierra, que fueron parecidos en su origen, siguieron caminos ambientales tan distintos.

Aunque su desempeño fue sobresaliente, MAVEN enfrentó incidentes a lo largo de su trayectoria. Pocos meses después de llegar a Marte, un problema en los sistemas del vehículo obligó a apagar los instrumentos científicos durante casi una semana. El episodio no afectó su misión a largo plazo, pero dejó claro que el entorno marciano exige estrategias de protección extremas.

En los últimos meses, MAVEN volvió a ubicarse en el centro de la atención científica debido a una observación excepcional: la detección del objeto interestelar 3I/ATLAS. La nave captó imágenes y datos del cuerpo mientras pasaba por el sistema solar. Sus sensores pueden ofrecer pistas sobre la composición química de un visitante que no se originó en esta región del espacio, algo que solo ocurrió en dos oportunidades anteriores en la historia de la astronomía moderna.

Ese tipo de registros convierte a MAVEN en una misión de doble valor: además de estudiar Marte, brinda aportes que amplían la comprensión del entorno cósmico más amplio. Por eso, su silencio actual activó alertas inmediatas. No solo se detuvo un flujo crucial de datos sobre el planeta rojo, también se apagó una fuente de información con capacidad única para analizar fenómenos poco comunes.

La pérdida de señal del 6 de diciembre ocurrió en medio de una maniobra rutinaria. MAVEN pasó temporalmente detrás del planeta y su comunicación se interrumpió, algo previsto. Sin embargo, cuando volvió a tener una línea de visión hacia la Tierra, la nave no respondió. Las estaciones de seguimiento registraron la ausencia de telemetría y los equipos de control comenzaron a trabajar en protocolos diseñados para contingencias de este tipo. Aun así, la falta de causa evidente dificulta anticipar el camino de recuperación.

La importancia de restablecer el contacto va más allá de la misión en sí misma. MAVEN forma parte de una red de orbitadores que sostienen las actividades científicas y operativas en Marte, y su rol como enlace de comunicaciones lo convierte en un eslabón crítico.

La NASA remarcó que continúa trabajando sin pausa para identificar la causa. La agencia reiteró que “se compartirá más información en cuanto esté disponible”. Mientras tanto, los equipos en Tierra aplican distintos métodos de recuperación, desde cambios en las frecuencias de escucha hasta comandos enviados a ciegas con la esperanza de que lleguen a la nave.

Aunque el desenlace permanece abierto, el impacto de MAVEN ya está asegurado. Su contribución cambió la forma de comprender Marte y permitió reconstruir uno de los capítulos más importantes de la historia del sistema solar: la transición de un planeta potencialmente habitable hacia un desierto extremo.

Lo que ocurra en los próximos días definirá si MAVEN sumará nuevos datos a su legado o si el 6 de diciembre marcará el final de una misión que revolucionó el conocimiento del planeta rojo. Por ahora, el silencio continúa mientras los radares siguen buscando una señal que devuelva la voz a uno de los exploradores más importantes que orbitó Marte.

Fuente: telam

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