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11/12/2025

Estados Unidos aplicará un nuevo paquete de sanciones comerciales al régimen de Nicaragua

Fuente: telam

Las nuevas medidas surgen del informe estadounidense que documentó abusos laborales, violaciones de derechos humanos y el desmantelamiento institucional bajo Ortega. Pese a ello, Washington optó por un primer año sin castigos arancelarios.

>Ni aranceles del 100 por ciento, ni expulsión del tratado de libre comercio. Estados Unidos anunció este miércoles un paquete de sanciones comerciales mucho más suave de lo anticipado contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, evitando aplicar nuevos aranceles durante 2026 y renunciando, por ahora, a tocar los pilares del DR-Cafta, el principal acuerdo que sostiene el comercio nicaragüense con su mayor socio económico.

Según el anuncio oficial, todas las exportaciones nicaragüenses no amparadas por las reglas de origen del DR-Cafta se someterán a un esquema arancelario escalonado: 0 por ciento en 2026, 10 por ciento en 2027 y 15 por ciento en 2028.

El Gobierno de Estados Unidos subrayó que esta estructura podrá acelerarse, endurecerse o modificarse si el régimen no corrige los abusos señalados. En cambio, productos sensibles como el café, la carne o los textiles amparados plenamente por Cafta seguirán ingresando sin nuevos gravámenes.

Esta medida equilibra la necesidad de actuar y la importancia de evitar alteraciones mayores en las cadenas de suministro”, afirmó la oficina, que también insistió en que su mandato es comercial, no político, y que las sanciones deben diseñarse sin golpear de inmediato al consumidor estadounidense.

El expediente, abierto en diciembre de 2024 bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio, concluyó en octubre de este año que las prácticas de Managua en materia laboral, de derechos humanos y de estado de derecho eran “irrazonables” y “obstaculizaban el comercio estadounidense”.

Las evidencias recopiladas, incluyendo detenciones arbitrarias, violencia estatal, represión sindical, persecución de opositores, apropiación de instituciones públicas y cancelación de más de 3,500 organizaciones, fueron remitidas al Departamento de Estado para una evaluación paralela. Pese a la contundencia del informe, Washington optó por una respuesta gradual.

El opositor y economista Juan Sebastián Chamorro reconoció que el paquete es “más suave de lo esperado”, pero advirtió que “no deja de ser importante”. Para Chamorro, el arancel del 15 por ciento, sumado al 18 por ciento existente, puede colocar a numerosos productos nicaragüenses “en seria desventaja” una vez que entren en vigor.

La administración buscó proteger a inversionistas y minoristas estadounidenses que venden productos nicaragüenses, asegurándose de que no haya intromisión de insumos de países no Cafta”, dice.

Las medidas se anuncian un par de días después de que la Embajada de Estados Unidos en Managua lanzara una intensa campaña digital recordando los abusos del régimen en vísperas del veredicto comercial.

El informe que dio origen a estas sanciones documentó un patrón sistemático de represión: persecución religiosa, cierre de medios, encarcelamiento de opositores, desapariciones forzadas, torturas, expropiaciones masivas, cancelación de organizaciones de derechos humanos, intervención del Poder Judicial y anulación completa de elecciones libres.

En ese contexto, Washington decidió no tocar el DR-Cafta. Suspender o expulsar a Nicaragua del acuerdo hubiera afectado de inmediato a productos que representan la principal fuente de empleo formal del país, particularmente en zonas francas.

Para el opositor Félix Maradiaga, la decisión de Washington no debe interpretarse como un gesto de indulgencia hacia el régimen de Ortega.

Maradiaga destaca que la decisión de no suspender los beneficios del DR-Cafta responde al objetivo de evitar daños inmediatos en las cadenas de suministro y de no castigar al trabajador nicaragüense, quien vive bajo represión y pobreza. A su juicio, la medida combina presión firme sobre la élite gobernante con un cierto nivel de protección hacia la población, que no es responsable de las decisiones del régimen, pero sí su principal víctima.

Dice también ver “que Washington quiso leer ciertas señales del régimen, como algunas excarcelaciones”, y optó por una respuesta gradual. “El riesgo es que parte del empresariado siga empujando por una ´normalidad´ comercial con una dictadura que no ha hecho reformas de fondo ni ha detenido la represión”, concluye.

Fuente: telam

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