17/11/2025
El “No” se impuso en las cuatro preguntas del referéndum en Ecuador
Fuente: telam
El voto frena la agenda de cambios institucionales de Noboa y abre un nuevo escenario político para el país
>Ecuador le dio la espalda este domingo a las cuatro preguntas del referéndum y la consulta popular impulsadas por el presidente Daniel Noboa. Según los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE), el “No” se impuso en todos los casilleros: en la pregunta sobre bases militares extranjeras suma alrededor del 60% de los voto; en la eliminación del financiamiento público a los partidos, en tanto, alcanza el 57%; en la reducción del número de asambleístas se impone con un 53%; y en la convocatoria a una Asamblea Constituyente, la diferencia es aún más amplia, con cerca del 61% por el “No”. Los datos pueden variar a medida que avance el escrutinio, pero marcan una tendencia clara de rechazo a las reformas del Gobierno.
Las cuatro preguntas apuntaban a modificar el andamiaje institucional construido desde la Constitución de Montecristi, vigente desde 2008. La primera buscaba eliminar la prohibición expresa de instalar bases militares extranjeras o ceder instalaciones ecuatorianas a fuerzas de otros países, sustituyendo el artículo 5 de la Carta Magna por una fórmula más corta que solo define a Ecuador como “territorio de paz”.
El mensaje que sale de las urnas es complejo y tendrá lecturas distintas según cada actor, pero deja al menos tres señales políticas. La primera es que el electorado, mayoritariamente joven —el 26,7% de los votantes tiene entre 18 y 29 años, y casi la mitad del padrón tiene menos de 40—, no se alineó de forma automática con la agenda de reformas del Gobierno.
La segunda señal es que, pese a que la campaña fue corta y sin debates oficiales, las resistencias a las propuestas presidenciales lograron articularse. El propio CNE autorizó a 16 organizaciones políticas y sociales a hacer campaña por el Sí o por el No. Entre quienes promovieron el rechazo estuvieron la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), sectores sindicales y partidos de oposición que, aunque distantes entre sí, coincidieron en cuestionar la apertura a fuerzas militares extranjeras, la eliminación de fondos públicos a los partidos y el riesgo de concentrar poder en un eventual proceso constituyente.
Del lado oficialista, el Gobierno, el movimiento ADN y otros partidos como CREO defendieron las reformas como un instrumento para “garantizar seguridad, transparencia y eficiencia”, pero no les alcanzó para revertir la desconfianza de una sociedad acostumbrada a que los cambios constitucionales respondan tanto a intereses de gobierno como a disputas de élites.El contexto en el que los ecuatorianos votaron ayuda a entender el resultado. El país llegó a este referéndum después de años de crisis política, con una sucesión de presidentes, la disolución anticipada del Congreso en 2023 y una escalada de violencia criminal que ha convertido a Ecuador en uno de los países más peligrosos de la región. En ese escenario, el Gobierno apostó por la vía plebiscitaria: apenas siete meses después del balotaje que llevó a Noboa al poder, los ciudadanos volvieron a las urnas para pronunciarse sobre reformas de alto impacto. Sin embargo, la campaña oficial fue, en palabras de analistas electorales locales, una de las más breves desde la transición democrática, y estuvo dominada por mensajes en redes sociales antes que por debates de fondo sobre cada propuesta.Desde la perspectiva del Gobierno, el resultado supone un revés político. Noboa pierde la oportunidad de reconfigurar el escenario legislativo con una Asamblea reducida y, sobre todo, ve frustrado el intento de contar con mayor margen para acuerdos de seguridad con potencias extranjeras y para impulsar una nueva Constitución que redefina los equilibrios de poder. En la práctica, deberá seguir gobernando con las mismas reglas institucionales y con un Congreso fragmentado, en un contexto económico frágil y con las urgencias de seguridad aún sin resolver.
En un país donde los procesos plebiscitarios han sido usados para legitimar proyectos políticos muy distintos, los votantes parecen haber optado por la prudencia: no avanzar hacia una nueva Constitución, no reducir de golpe la representación legislativa, no modificar la matriz de financiamiento de los partidos y no abrir la puerta, al menos por ahora, a la presencia de bases militares extranjeras en su territorio.
Fuente: telam
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