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16/11/2025

Simon Reynolds: “Vivimos demasiado en un presente continuo negativo”

Fuente: telam

El influyente crítico inglés reflexiona sobre los síntomas culturales de este tiempo. “A través de las redes sociales, el ahora adquiere una forma oscura y ansiosa”, afirma

>Simon Reynolds parece ajeno al calor porteño, así como se presenta en una oficina de Recoleta en una tarde soleada que preanuncia el verano. Podría ser un ejecutivo de televisión o tal vez, el CEO de una start up, pero no: es uno de los críticos culturales más lúcidos de este tiempo, un certero cronista de síntomas y tendencias del universo de la música pop, destacado por un enfoque singular que combina experiencias personales en fiestas electrónicas con referencias a pensadores como Jacques Derrida y Roland Barthes.

Y como se desprende del título de una de sus obras más relevantes, una definición suya apuntó directo al corazón de ciertos fenómeno cultura que, aquí y ahora, sucede en Buenos Aires en el fin de semana de los conciertos de la gira de reunión de Oasis, por ejemplo. El término “retromanía”, acuñado por Reynolds, funciona como diagnóstico y advertencia sobre el devenir de la cultura contemporánea; define una era marcada por la nostalgia y la compulsión de volver la mirada hacia el pasado. La lógica de este fenómeno puede llegar a explicar, en buena medida, la fatiga cultural omnipresente en el análisis de la música de las últimas décadas.

En diálogo con Infobae Cultura, Reynolds discurrió sobre las nociones de pasado, presente y futuro de la música pop, del rock, el hip hop y la electrónica, los 80 años recién cumplidos de Neil Young, la novedad del ambicioso nuevo disco de Rosalía, el nuevo poder latino global y el rock de guitarras entendido como una música marginal, ajena al mainstream de las multitudes. Aunque Oasis haya vuelto para llenar estadios alrededor del mundo.

—¿Ha pasado el tiempo de la retromanía o la futuromanía, y vivimos un presente continuo, eterno, también en la música?

Así que hay una especie de idea utópica en eso. Pero también creo que la forma en que tú lo dices es menos utópica y más aterradora. No hay historia y la gente realmente no tiene mucho sentido del futuro. Todas nuestras ideas de futuro ahora son un desastre, ¿no? El tema climático, los microplásticos y la temperatura del planeta subiendo. Todas son visiones del futuro que son bastante oscuras.

—Tal vez es la correcta para este momento. Y creo que la tecnología lo hace muy... Ni siquiera fácil, lo hace obligatorio. ¿Conoces este término “doom scrolling”? (N. de la R.: pasar compulsivamente mucho tiempo desplazándose online por noticias negativas y contenido angustiante). Deslizas el dedo por la pantalla del teléfono y el algoritmo empieza a saber en estás interesado solamente en cosas malas. Y luego muy ocasionalmente tienes “hope scrolling” cuando, por ejemplo, hay una buena como en Estados Unidos que recientemente hubo algunos resultados electorales realmente buenos para el Partido Demócrata. Así que haces “hope scrolling” y aparece una buena noticia.

En este momento, ya sabes, es muy difícil proyectarse hacia adelante. Y creo que a la gente le cuesta imaginar un buen plan para sí mismos hacia adelante. Así que viven de esta manera, de momento a momento. La política contribuye. Antes los gobiernos hacían cosas que eran a largo plazo y tenían buenos resultados, durante décadas. No recuerdo quién fue, pero en Estados Unidos hubo un plan llamado de “electrificación rural”, donde llevaron electricidad al campo. Y eso fue algo que tomó décadas en completarse, pero lo empezaron y resultó. Ahora ni siquiera es que los gobiernos solo miren lo que les va a ayudar a ganar la próxima elección, realmente están mirando lo que les va a dar atención mediática, cobertura de las noticias ese día. Alguien como Donald Trump, por ejemplo, para quien se trata solo de dominar los titulares del día.

—¿Este presente continuo es bueno o malo?

La música de My Bloody Valentine por ejemplo. Solo te pierdes en eso, no piensas en el pasado, no piensas en el futuro. Hay algo extático en eso, como psicodélico... Vives en el momento que está intensificado y es sensacional. Todos tus sentidos están vivos y te pierdes en el sonido o tal vez también en imágenes con luces brillantes. La escena rave en la que yo estaba, es muy de la misma idea. Hay una canción llamada “3 AM Eternal”: esta idea de que estás fuera del tiempo de alguna manera, en el espacio de la rave. Dejas atrás el mundo real y dejas atrás el tiempo normal porque estás bailando en un momento en que todos los demás están dormidos y soñando. Estás como viviendo un sueño de una manera extraña. Creo que el tipo de experiencia que tenemos ahora, a través de las redes sociales por ejemplo, es una forma más oscura y ansiosa de eso. Vivir en el ahora, donde sientes que no puedes recordar lo que hiciste la semana pasada. Pero tampoco puedes pensar hacia adelante. No sabes qué va a pasar después. Y así es una especie de presente perpetuo negativo en el que vivimos demasiado, creo. A la vez, es ambivalente. Hay una especie de cosa de solo disfrutar cada día, salir y oler las flores. Disfrutar el momento: no te preocupes por tus arrepentimientos del pasado. No te preocupes por el futuro. Eso es algo liberador, pero luego también te sientes incapacitado de tratar de proyectarte hacia adelante positivamente.

—En este contexto “social”, ¿hay lugar para el surgimiento de algo realmente nuevo, original, en la música?

—Creo que sí. La gente siempre es muy creativa y no es que se haya dejado de querer hacer cosas nuevas. Yo escucho cosas que me parecen nuevas, muy originales y también muy individuales. Hay cosas donde dices “Solo esa persona pudo haber pensado algo así”. “Nadie más pensó esa idea”. A veces no es tanto en el sonido sino las letras. Todavía hay gente escribiendo sobre nuevas emociones o nuevas formas de expresarse. Igualmente se siente como que no ha habido nada realmente nuevo desde hace un tiempo. Incluso en géneros establecidos como el hip hop, que a veces pasa por cambios muy grandes: estuve muy metido en ese período del hip hop de 2015 a 2020, cuando muchos raperos empezaron a usar autotune de una manera muy interesante y casi post-verbal, post-lingüístico. Hacían sonidos extraños (risas) Y ya no se trataba tanto de las palabras, era solo este tipo de efectos vocales extraños que se les ocurrían.

—¿Y el rock?

—Sin embargo, ahora el rock no es mainstream. Tal vez ha vuelto a ser...

—Oasis, que ha vuelto y toca este fin de semana en Buenos Aires en un gran estadio.

—En este contexto, cabe preguntarte si la idea de “el rock ha muerto” tiene sentido para vos.

Pero tengo estudiantes que tocan guitarra eléctrica y les encanta, y están tratando de hacer cosas nuevas. Así que creo que el rock no está completamente terminado o muerto. Tampoco está necesariamente agotado. Creo que mucho más central sigue siendo el hip hop, como la voz de la música juvenil Pero incluso el hip hop es bastante viejo. O sea, es muy viejo. Tiene como 40 años.

—Neil Young cumplió 80 años esta semana. Y están Paul McCartney, Mick Jagger, Bob Dylan, todos arriba de los 80. Pronto van a morir, es un hecho. ¿Qué cambiará en el mundo sin ellos?

—Tal vez las dos mayores estrellas pop del mundo hoy en día son de habla hispana: Bad Bunny y Rosalía ¿Te interesa su música por algún motivo?

—Es ambicioso.

—Un ejército de productores, la Orquesta Sinfónica de Londres y canta en 13 idiomas.

—Sí.

[Fotos: Jaime Olivos]

Fuente: telam

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