10/11/2025
Del día que “explotaron los teléfonos” al adiós que el público no vio venir: 20 años del último programa de “A jugar con Hugo”
Fuente: telam
Fue el primer ciclo interactivo de la televisión argentina y un ritual diario para los centennials. A casi dos décadas de su abrupto final, la conductora y el locutor que le puso voz al duende reviven la magia, los mitos y las historias detrás de la pantalla
>El 4 de noviembre de 1996 salió por primera vez al aire A jugar con Hugo. El programa, emitido por Magic Kids, era una adaptación de un formato danés y combinaba televisión en vivo, tecnología y participación del público: una mezcla inédita para la época. “Los chicos jugaban desde sus casas con el teléfono. Guiados por mí, que estaba en el piso, apretaban las teclas para mover a un duende animado en la pantalla que todos veíamos”, recuerda Por lo novedoso, el programa picó en punta de inmediato. “Al día siguiente del debut llegué al estudio y me dijeron: ‘Explotaron los teléfonos’”, cuenta Gabriela. Así comenzó un fenómeno que transformó la televisión infantil argentina y marcó a toda una generación. El éxito duró casi una década.
Un año y medio después de su estreno, A Jugar con Hugo duplicó su emisión y se consolidó como ritual diario. “En los primeros programas estaba yo sola, mirando una cámara y Hugo era un telgopor pegado atrás con cinta de papel. Después empezamos con dos programas por día (NdR.: a las 13.30 y a las 19 de lunes a lunes) y sumamos la escenografía con Hugo interactuando conmigo en la pantalla. Esa es la escenografía que todos recuerdan: el silloncito rojo, la silla al costado y Hugo en la pantalla”, repasa.En 2002 —año en que Cristian se sumó al programa y Gabriela cursaba su primer embarazo— el ciclo ganó un Martín Fierro como “Mejor Programa Infantil”. Pero poco después comenzó el declive: tras la crisis de 2001, la situación económica del canal se volvió insostenible. “Un día vino el productor ejecutivo y me comunicó que iban a levantar A Jugar con Hugo y toda la producción propia. Todo ese último mes hice el programa con un nudo en la garganta”, recuerda. El ciclo se despidió de la pantalla el 31 de diciembre de 2005.
—¿Cómo te llegó la propuesta para ser parte de A jugar con Hugo?
Cristian Bello: Yo tenía unos 20 años y estaba haciendo radio. Una compañera del ISER, que trabajaba en Promofilm (NdR.: productora a la que pertenecía el canal Magic Kids), me contó que estaban buscando a alguien para hacer la voz de Hugo. Fui, hice el casting y quedé. Pero hacer la voz tenía sus dificultades: Hugo era un gnomo con una voz muy engolada. Para mí fue todo un aprendizaje. Al principio tuve que ir a un fonoaudiólogo porque terminaba con la laringe superestresada. Salíamos al aire dos veces por día, media hora cada vez.
—¿Quiénes hacían las voces de Hugolina (esposa de Hugo) y de la bruja Scylla?GR: La voz de Hugolina y Scylla era de Roxana Pulido, una chica que trabajaba en la productora y grabó los copetes donde hablaban ellas. La voz del búho, por ejemplo, era de Lionel Diacovetzky, el productor. Era el que decía: “Acordate el símbolo, lo vas a necesitar más tarde” en el juego del pantano.GR: Hasta hoy siguen dando vueltas los mitos en cuanto al programa. Lo que se decía es que a Hugo no lo movían los chicos apretando los botones del teléfono, sino que lo hacía alguien de la producción. ¡Un divague! No había ningún truco: participaban los chicos y los que ganaban se llevaban los premios. Regalábamos una bici por día. Todos los que participaban se llevaban una remera del Magic o de Hugo, pases para Láser Shots o Sacoa. Además, a fin de mes se hacía una final entre los treinta ganadores. El premio mayor era un viaje a Disney. Después eso fue cambiando y el viaje más importante terminó siendo a Mundo Marino. Me acuerdo del productor tratando de convencernos de que un viaje a San Clemente del Tuyú era mejor porque podía viajar toda la familia (Risas).
—¿Cuánto costaba la llamada para participar?
—Cuando los chicos iban a buscar los premios, ¿pedían conocer a Hugo?
—¿Cuándo y cómo se enteraron de que el programa terminaba?
CB: Fue muy duro. En un momento cobrábamos en patacones. Después la productora no pudo sostener más la señal. Todo el canal cerró. Pero bueno, son cosas que pasan en este medio. En los 90 y los 2000 era común: un programa podía durar un mes y levantarlo. Lo entendí como parte del juego.
GR: Yo me retiré por completo. Tuve dos hijos más y me aboqué a la familia. Lo de Hugo quedó como otra vida. Hasta que, hace más o menos diez años, empecé a ir a eventos tipo Comic Con y de cultura Geek: pensaba que nadie se iba a acordar de mí ni del Magic Kids. Lejos de eso, descubrí que toda la generación de los 90 tiene una nostalgia tremenda.
—Gabriela, ¿vos ahora conducís eventos que recuerdan al programa?
—¿Por qué creen que se recuerda con tanta nostalgia?
CB: A jugar con Hugo toca una fibra de la infancia. Me pasa con los padres de los compañeros del jardín de mi hijo: son tipos de treinta y pico que se enteraron de casualidad de que yo fui la voz de Hugo y vinieron a abrazarme. “Yo veía siempre el programa” o “Vos sabés la plata que gasté llamando para jugar”. Acto seguido me hacen decir alguna frase o me preguntan cosas del programa: si era verdad que los chicos ganaban, si los que elegían para jugar eran amigos de los productores. Yo siempre digo que todo era muy trasparente. Creo que el programa marcó una época. Es un viaje al pasado que te devuelve a ese lugar lindo que uno quiere recordar: la infancia.
Fuente: telam
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