09/11/2025
Mamdani y los judíos estadounidenses
Fuente: telam
La comunidad tiene la necesidad de repensar cómo está enfrentando una situación que quizás no mejore tras el antisemitismo desatado estos últimos años en las calles de NY
>Notable la victoria electoral de Zohran Mamdani, aunque no sorpresiva, ya que era previsible desde su triunfo en las primarias. Una mayoría absoluta lo convirtió en alcalde, y la derrota es conjunta de republicanos, el centro político y de los demócratas más moderados. Y a pesar de que no figuraba en la papeleta, hasta Trump fue derrotado, ya que terminó asumiendo un innecesario protagonismo plebiscitario.
En EEUU la comunidad judía es la más numerosa fuera de Israel, y hasta la guerra iniciada por Hamas el 7 de octubre de 2023 y el estallido de judeofobia a través del mundo, cuando se hablaba de la comunidad estadounidense usualmente se hacía referencia a su poder e importancia, exactamente lo que hoy parece cuestionado, toda vez que después de las multitudinarias manifestaciones en contra de Israel, somos quizás testigos de un cambio de época en relación al tradicional apoyo bipartidista que acostumbraba a existir.
La Página Judía publica el 13 de mayo de 2024 una encuesta realizada por la Federación UJA de Nueva York, según la cual 1,4 millones de judíos residirían en la ciudad de Nueva York y sus alrededores, lo que incluye los cinco distritos neoyorquinos (Manhattan, Brooklyn, Queens, el Bronx y Staten Island), así como el condado de Westchester y Long Island, información que cifra en 37% la tasa de matrimonios mixtos y en 13 000 los sobrevivientes del Holocausto, residiendo la mayoría en Brooklyn.
La cobertura del comportamiento de los judíos a veces se distorsiona por culpa de los propios judíos, ya que, al no ser una religión proselitista, el debate público está influenciado por visiones no siempre certeras, a veces hechas por admiradores y personas de buena voluntad hacia los judíos, como es el caso de la Historia de los Judíos de Paul Johnson, que, por ejemplo, le dedica poca cantidad de páginas a un hecho tan importante en la historia judía como lo fue la expulsión de España.
Dicho lo anterior, no deja de llamar la atención el comportamiento electoral judío en Nueva York, aunque no del todo sorpresivo, por mucho que se sitúe el apoyo al ganador en alrededor de un tercio de los judíos que acudieron a votar. Es legítimo dejar planteado el tema, ya que los que apoyaron a Mamdani actuaron en forma parecida a esos latinoamericanos que también lo respaldaron, ya que quienes desde allí vinieron conocen con exactitud del repetido fracaso al que conducen esas atractivas ofertas de gratuidad generalizada.
Hay, por lo tanto, un tema de clientelismo que también se ha visto tradicionalmente en el voto judío en NY, sobre todo en comunidades de alta concentración y en que la sugerencia de los líderes tiene gran influencia en cómo se vota, tal como ocurre con ciertas comunidades ortodoxas y que ha favorecido repetidamente a los demócratas. En Israel se agrega el importante número de legisladores de la Lista Árabe Unida, quienes participan en muchas negociaciones y votaciones.
¿Me gusta lo que pasó en esta elección de Nueva York? No, no me gusta, como tampoco me agradó el antisemitismo desatado estos últimos años en las calles de NY o en las universidades de la Ivy League, entre ellas, algunas de las más prestigiosas del mundo. Para mi persona, la comunidad judía de EEUU era el estándar mundial para los judíos fuera de Israel. Siempre lo destacaba, pero ya no más. “Creo que lo que ocurrió estos últimos años fue tan inesperado, que me dio la impresión de que hubo un shock de tal entidad, que fue difícil asimilarlo en toda su magnitud, y todo indica que no estaba preparada ni ella ni sus líderes para tan gigantesca manifestación de odio, como tampoco lo estaba yo”.
Pero ya ha pasado suficiente tiempo, y creo que la autocrítica es necesaria, toda vez que tanto en la elección como en el antisemitismo desatado en calles y universidades, me hubiese gustado ver más presencia, más adaptación a una nueva realidad donde todo puede empeorar en vez de mejorar, por lo que es necesaria una constante revisión de si las tácticas que fueron tan adecuadas en el pasado lo siguen siendo en esta nueva realidad. Me preocupa que esté ocurriendo en EEUU, ya que si ocurre aquí y la comunidad no reacciona con la fuerza que podría hacerlo en un país cuya estructura jurídica y legal se lo permite, ¿dónde entonces fuera de Israel podrían hacerlo los judíos con éxito?, además que hoy tendría apoyo abierto del actual gobierno de Donald Trump. Una razón adicional por la que se debiera actuar con la mayor determinación posible es que en la historia judía hay dos tragedias muy grandes, precisamente cuando se sentían contentos, valorados e integrados, no solo en Alemania con el Holocausto nazi, sino también en la España de 1492, con la expulsión ordenada vía Edicto por los reyes católicos, hasta el día de hoy recordada con emoción y amor por los judíos sefardíes.Del mismo modo, es imprescindible revisar los procesos internos que están teniendo lugar al interior de la comunidad. Al respecto, me hubiese gustado que a nivel local y al más alto nivel nacional, en primerísimo lugar, se abordaran procesos como el preocupante giro crítico de Israel que está teniendo lugar entre los jóvenes de la comunidad, en cierto modo, réplica de lo que está ocurriendo con otros jóvenes estadounidenses. En sentido parecido, también me gustaría que se atacara el tema que se hizo público para todos del “fuego amigo” de quienes por razones político-ideológicas o solo religiosas acudieron a esas manifestaciones anti-Israel, permitiéndole a quienes odian decir que no era cierto que estaban contra los judíos, ya que solo eran contrarios al “sionismo”, lo cual era y es mentira.
Me gustarían dos cosas, dos ejemplos a ser seguidos. El primero es el del Reino Unido, donde el partido Laborista ya pasó por la experiencia que su similar, el partido Demócrata está iniciando en EEUU. Me parece destacable lo que hizo la comunidad judía en el otro lado del Atlántico, donde hubo una resistencia al hecho que el partido Laborista fuera tomado por un liderazgo antisemita encabezado por un experimentado político como Jeremy Corbyn. Fue una reacción exitosa a distintos niveles, denunciando la situación a los organismos del Estado que vigilaban comportamientos contrarios a la ley, acción en los medios de comunicación que hicieron inelegibles a los laboristas mientras perduró el antisemitismo, accionar de gran visibilidad de los miembros judíos del parlamento, cuyo resultado final fue la sanción judicial y administrativa al laborismo y el reemplazo de Corbyn, lo que permitió el triunfo laborista en la última elección general, el año pasado.
Nada semejante se aprecia en EEUU ni por parte de la comunidad judía a nivel nacional como tampoco de aquellos miembros judíos del partido Demócrata que aparecen como arrinconados, por la acción de quienes conforman el squad dentro de ese partido, grupo que crece al igual que el éxito del discurso de quienes piensan igual a Mamdani.Todo esto es necesario, ya que la comunidad judía ha sufrido un retroceso medible en pérdida de disuasión, toda vez que lo que ha pasado los últimos años ha derribado muchos mitos sobre el “poder” judío en universidades, empresas, medios de comunicación, Hollywood, etc., ya que este sinceramiento no es necesariamente bueno, toda vez que esa situación perjudica lo que con anterioridad existía, cuando aquellos que odiaban a los judíos, se autolimitaban por esa visión del poder judío, que hoy se ha demostrado, si no equivocada, al menos mucho menor de lo que se suponía.
Después de la victoria de Mamdani, lo que ocurra entre los Demócratas es importantísimo, ya que de ello depende si estas manifestaciones de antisemitismo giran hacia la marginalidad o siguen alimentando la corriente principal, toda vez que también influyen otros procesos, tales como que hemos presenciado una manifestación de arrogancia fatal, cuando tantos votantes piensan que algo que ha fracasado reiteradamente en otras partes, como la idea de almacenes de propiedad estatal o municipal va a tener éxito solo porque ahora lo intentarían habitantes de Nueva York, otra evidencia de la latinoamericanización de la política que ha tenido lugar en este país. Quizás lo vivido en NY es otro ejemplo de una característica de nuestra época, la ilusión del conocimiento, donde influyen la internet y las redes sociales, desde el momento que se ha instalado la ilusión de creer que para tomar buenas decisiones simplemente bastaría con haber leído 10 líneas en el celular, idea contra la que ya alertó Umberto Eco a fines del siglo pasado.
Es en este contexto que la comunidad judía tiene la necesidad de repensar cómo está enfrentando una situación que quizás no mejore. No tengo la respuesta, más allá de que se necesita una adecuación, una revisión de cuán bien o mal se sigue funcionando en el nuevo contexto que se vive, en el sentido que existe toda una estructura de instituciones que relacionan a la comunidad con la sociedad que la rodea en EEUU, que sin duda prestó inmensos servicios que se transformaron en ejemplo para otros países, pero la realidad que le servía de sustento ha sido cambiada hasta hacerse irreconocible.
Estoy convencido de que en relación con la judeofobia la situación es tan mala que puede empeorar, por lo que se deben acabar todos los complejos, para así aprovechar lo mejor que ofrece EEUU, un sistema judicial de derechos, reflejados en la constitución y las leyes.Lo que a mí me indica que podríamos estar ingresando a esta etapa, es cuando el mismo Mamdani que hizo un discurso de aceptación tan desafiante que me hizo recordar a Chávez jurando en Caracas sobre “una Constitución moribunda”, poco después invitaba a algo tan poco creíble como “acabar con la lacra del antisemitismo”, el mismo que lo normalizó a un nivel desconocido para ser alcalde de la principal ciudad del mundo, que tanto contribuyó a la creación del capitalismo moderno junto a la revolución industrial inglesa. En su campaña, se dedicó a resaltar solo los defectos y abusos de EEUU, no sus aportes y grandezas, al mismo tiempo de tener un profundo rechazo a la idea misma de Occidente y en la práctica, homenajear al subdesarrollo.
-Máster y PhD en Ciencia Política (U. de Essex), Licenciado en Derecho (U. de Barcelona), Abogado (U. de Chile), excandidato presidencial (Chile, 2013)
Fuente: telam
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