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29/10/2025

La vida de violencia y muerte de Gorriarán Merlo: los atentados del ERP, el ataque a La Tablada y su captura por una traición

Fuente: telam

Hace 30 años era apresado en México el hombre que fue símbolo del terrorismo en el país. Referente del Ejército Revolucionario del Pueblo, fue junto a Roberto Santucho, un claro exponente de una política basada en los asesinatos

>Llamaba la atención que ese pelado de ojos claros siempre lograba eludir los allanamientos y los consiguientes arrestos de los que eran víctimas sus compañeros, y que sería juzgado por abandonar a un grupo de hombres que lideró en el ataque al regimiento de Azul, cuando ordenó la retirada y desapareció.

Fue detenido en una ruta que une Tepotzlan y Cuautla y llevado a migraciones. Lo delató su amante, quien confirmó su verdadera identidad. Gorriarán, con un pasaporte con un nombre falso, quiso solicitar asilo pero ya estaba preparado un avión que lo dejaría en la base aérea de El Palomar. Terminaba así un recorrido de violencia y muerte de un cuarto de siglo.

Los dos últimos años del secundario los hizo en Pergamino, donde se haría amigo de Luis Enrique Pujals. Ambos coincidían en que el socialismo era el camino a tomar. El padre de Pujals había sido candidato a gobernador bonaerense por el partido Demócrata Progresista, pero él se había acercado al peronismo de la resistencia, donde sobresalía la figura de John Cooke.

En 1960, se fue a Rosario a estudiar arquitectura en la Universidad Nacional del Litoral, pero rápidamente cambió por la carrera de económicas. En las elecciones de 1962, había hecho campaña por el candidato peronista Andrés Framini.

Pujals era estudiante de derecho y ya militaba en la agrupación trotskista Palabra Obrera. En tanto, Gorriarán recién se comprometería en 1965, año en que conoció al santiagueño Mario Roberto Santucho, contador recibido en la Universidad Nacional de Tucumán.

Cuando el Frente Revolucionario de los Trabajadores, de los hermanos Santucho, se unió a Palabra Obrera, se fundó el 25 de mayo de 1965 el Partido Revolucionario de los Trabajadores, de tendencia marxista-leninista. Sus fundadores se inspiraron en los modelos de las revoluciones cubana, argelina y vietnamita. Gorriarán se empleó en el frigorífico Swift de Rosario, armó una agrupación gremial y llevó su militancia a los barrios del sur de esa ciudad. Dos años después entró a Domecq.

En 1968 se casó con Ana María Sívori, con quien tendría tres hijas. La pareja se fue a vivir a una casa junto a su amigo Pujals y su pareja Susana Gaggero.

Necesitaban dinero y armas. En enero de 1969 asaltaron un banco y les robaron los fusiles y pistolas a los dos gendarmes que custodiaban el lugar. Fue el primer armamento de la organización terrorista.

En 1970 pasó a la clandestinidad y a fines de mayo en una isla del Tigre quedó establecido el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Gorriarán se fue a vivir con su familia a Tucumán como responsable político-militar y a la par intensificó los contactos con grupos violentos de América, como el MIR chileno. Con Santucho viajaron a Cuba para concretar una alianza política y para que militantes del ERP se entrenasen en la isla en tácticas de guerrilla urbana y rural.

Seis jefes guerrilleros lograron alcanzar el aeropuerto de Rawson y llegar a Chile: Santucho, Roberto Quieto, Marcos Osatinsky, Domingo Menna y Fernando Vaca Narvaja. Pero otros 19, luego de esperar infructuosamente a los vehículos que por un malentendido se retiraron, terminaron recapturados y el 22 de ese mes serían ejecutados en el episodio que se conoció como “la Masacre de Trelew”.

Sus objetivos fueron unidades de ejército y empresas multinacionales. Si bien durante la corta gestión del presidente Héctor J. Cámpora habían establecido una suerte de tregua, los graves hechos de violencia registrados en Ezeiza con el regreso definitivo de Juan Domingo Perón entre peronistas de izquierda, de derecha y montoneros, hicieron que el ERP acusase al gobierno peronista de reprimir al pueblo y se consideró con las manos libres para accionar con la violencia.

El 6 de septiembre de 1973 participó, con catorce hombres, del asalto al Comando de Sanidad, con el fin de hacerse de armamento, pero la operación terminó con la muerte del teniente coronel Raúl Juan Duarte Ardoy y con una decena de guerrilleros detenidos.

Por el malogrado ataque, Gorriarán perdió la jefatura y lo mandaron a Córdoba a trabajar como un militante raso más. Por esa razón no participó en el intento de copamiento del cuartel Domingo Viejobueno de Monte Chingolo en la Navidad de 1975.

Cuando su esposa fue encerrada en la cárcel del Buen Pastor, en Córdoba, organizó una fuga, que se concretó el 25 de mayo de 1975.

Gorriarán mostró algo de humanidad cuando se refirió al asesinato del capitán Humberto Viola, ocurrido el 1 de diciembre de 1974 en Tucumán, en el que también resultó muerta su hija María Cristina, de 3 años, y quedó grave María Fernanda, de 5, debió someterse a ocho operaciones. Dijo que todo había sido “un error” y “un hecho desgraciado”.

Junto a Arnold Kremer, alias “Luis Mattini”, sucesor de Santucho, partió al exilio europeo y el PRT-ERP se debatió entre los que impulsaban una autocrítica y los que eran partidarios de continuar con la violencia. Cuando quedó en minoría, se sumó al ejército sandinista nicaragüense y en septiembre de 1980 participó del operativo que terminó con el asesinato del dictador Anastasio Somoza, que vivía en Paraguay.

Gorriarán se fue a México, donde el 28 de octubre de 1995 fue detenido por los servicios secretos de ese país en colaboración con los espías argentinos. En junio de 1997, Gorriarán y su esposa fueron condenados a perpetua por el ataque a La Tablada.

Ese año publicó sus memorias y en 2006 armó el Partido para el Trabajo y Desarrollo, con el que pensaba presentarse en las elecciones presidenciales de 2007. Pero el 22 de septiembre de 2006 falleció por un aneurisma abdominal de aorta. En su velatorio se expusieron fotografías del Che Guevara, Augusto Sandino, Roberto Santucho, Emiliano Zapata, José Martí, Simón Bolívar y del pobre José de San Martín que, de haberle preguntado, creo que hubiese respondido que lo dejasen elegir con quien estar.

Fuente: telam

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