18/10/2025
Claudia Vargas, viuda de Roberto Samcam: “Su asesinato es una oportunidad para sentar en el banquillo a los dictadores de Nicaragua”

Fuente: telam
En entrevista con Infobae, la activista por los derechos humanos dijo que el crimen del militar nicaragüense en Costa Rica fue un “mensaje de silenciamiento” para los exiliados, pero abrió una puerta que no previeron sus asesinos: la posibilidad histórica de juzgar a los responsables del terror en Nicaragua
>El mayor en retiro En esta entrevista con Infobae, Vargas relata el momento en que recibió la noticia, cómo avanza la investigación judicial en Costa Rica y por qué decidió mantenerse de pie, hablando y denunciando, pese al miedo.
“He acompañado a mujeres víctimas de violencia política y sexual, incluidas las Madres de Abril. Hoy soy una de ellas”, dice.La mañana del crimen, Samcam había regresado de México apenas cuatro días antes. Lo mataron en el apartamento donde vivía. Claudia Vargas, en su oficina, recibió la llamada que cambiaría su vida.
-Como familia, ¿cómo están llevando la vida después del asesinato de Roberto Samcam?Muy unidos. Creo que el asesinato de Roberto nos ha cohesionado muchísimo. Estamos de acuerdo en absolutamente todos los puntos en cuanto a la búsqueda de justicia. También hemos estado tratando de apoyarnos unos a otros. Cada uno está atendiendo sus propios procesos de duelo: los hijos desde su rol, yo como esposa. Todos hemos estado en psicoterapia individual y también, de manera colectiva, activando nuestras propias redes de cuidado y de protección.¿Cómo vivió el momento en que recibió la noticia?Luego, mientras decidía si ir al hospital o a la casa, volví a hablar con ella. Le pregunté si ya lo habían trasladado y me dijo que no, que seguían con él. Entonces le pregunté: “¿Está vivo?”. Y me respondió: “Apenas”. Luego me dijo: “Claudia… a Bobby le dispararon en el pecho”. En ese momento sentí que me partía en mil pedazos.
Fui hacia el apartamento y, en el camino, mi hija volvió a llamarme: “Bobby no lo logró”. Lo mataron de inmediato. Mi hija solo trató de dosificarme la información para que no fuera un golpe tan brutal.-Sí, muchas veces hablamos sobre la muerte, pero de forma general, como cualquiera que dice: “Si me muero, me ponés tal camisa”. En varias ocasiones, -¿Sintieron vigilancia previa?
-Una vez ocurrido el asesinato, ¿qué ha pasado con la búsqueda de justicia?
-A muy poco tiempo del crimen, los primeros en llamarme fueron los medios de comunicación. Me dieron el pésame, ofrecieron respaldo, se pusieron a disposición para lo que necesitara. La segunda persona que me llamó fue Almudena Bernabéu, de Guernica 37. Ya nos conocíamos por el Tribunal de Conciencia sobre la violencia sexual en las protestas de 2019. Me dijo: “Si necesitás representación, aquí estamos”. Y acepté de inmediato.-¿Está satisfecha con el avance de la investigación?
-Sí, hasta ahora sí. A tres meses del asesinato hay personas arrestadas. Falta encontrar al gatillero, pero estoy segura de que lo van a capturar. Reconozco el trabajo del Poder Judicial y del OIJ (Organismo de Investigación Judicial), las palabras del director de la OIJ y del fiscal general. También reconozco que esto se debe al alto perfil político y mediático de Roberto. Los medios han mantenido viva la noticia, y la ola de solidaridad internacional ha sido enorme.-¿Qué sintió al saber que el gatillero era un muchacho de 20 años?
Creo que probablemente ese muchacho ni siquiera sabía a quién estaba matando. A uno de los capturados lo detuvieron en la frontera con bastante dinero; seguro les pagaron bien. Roberto había denunciado cómo operan estas células transnacionales en Costa Rica con apoyo de la Embajada nicaragüense. Él fue prueba viva de lo que denunció: el trabajo de inteligencia que se conecta con el crimen organizado para borrar huellas y separar a los autores intelectuales de los materiales. Costa Rica tiene la obligación de ir más allá de los ejecutores y llegar a quienes planificaron y ordenaron este asesinato político.
-¿Señala a la dictadura nicaragüense como responsable?-Da la impresión de que, incluso con su muerte, Roberto sigue denunciando.
Sus libros siguen vendiéndose en Amazon, incluso más después de su asesinato. No tenían idea del impacto que tendría matarlo. Sí, el exilio ha sentido miedo, pero su voz se multiplicó. No han logrado silenciarlo.
-El primer lugar donde debemos buscar justicia es en Costa Rica. Pero también estamos explorando otras vías internacionales, de la mano de Guernica 37, que lidera la estrategia. Almudena Bernabéu, Michael Reed y Federico Ocampo llevan la representación de la familia.
-¿Ya hay fecha para el juicio?
-¿Cuál sería, para usted, el desenlace justo?
La justicia no puede ser algo que me satisfaga solo a mí. Es una justicia para Nicaragua. Este proceso sintetiza la búsqueda que comenzó en 2018 con los asesinatos de entonces. La única reparación posible será poder decir: nunca más.
-El miedo es algo que me preguntan mucho. Creo que cada quien es dueño de su miedo. Está bien tener miedo, pero hay que saber dónde ponerlo. El silencio no puede ser una opción. He elegido quedarme en pie, seguir hablando, porque callar sería traicionar mi trabajo y el legado de Roberto. Estoy en el exilio, en Costa Rica. También eso es una decisión política: quedarme aquí.
Fuente: telam
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