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08/10/2025

“Miguel lo hizo gratis, pero a J le pagaron un millón de dólares”: la tremenda confesión de una de las detenidas por el triple femicidio de Florencio Varela

Fuente: telam

Celeste Magalí González Guerrero, la que alquiló la casa del horror, declaró ante la fiscalía y aportó datos escalofriantes sobre lo que sucedió la noche de los asesinatos

>Celeste Magalí González Guerrero, la mujer detenida por el triple femicidio de Florencio Varela y quien alquila de la casa donde ocurrió el horror, amplió su indagatoria y aportó datos claves sobre la noche del crimen al ser indagada por el fiscal Carlos Arribas. Confesó no sólo su rol, sino el de su pareja, contó que ella estaba cuando llegaron las chicas y por qué las mataron: “Bajaron sonrientes, como engañadas que venían a una fiesta”.

Y dijo que, al menos, dos de las víctimas estaban señaladas como participantes en ese robo de los estupefacientes. “Dos de las chicas fueron. Sé que una era Brenda (Del Castillo), pero la otra no sé quién fue“, sostuvo y agregó: ”Aunque creo que la de 15 años (Lara Gutiérrez) no tenía nada que ver”.

Miguel lo hizo gratis eso, lo de matar a las chicas, porque no le dieron nada. Matías (Ozorio) me contó que a Julio (como ella llamaba a “Pequeño J”) alguien, que no sé quién, le pagó un millón de dólares por lo que hicieron”, afirmó.

En otro tramo, sobre la noche del crimen, apuntó que, cuando regresó a su casa tras un par de horas en la calle vendiendo droga, vio a Ozorio y a otros dos hombres cavando el pozo donde luego fueron enterrados los cuerpos de las víctimas.

De acuerdo a su relato, también estuvo presente al momento de la llegada de Brenda, Morena y Lara en la Chevrolet Tracker blanca. Aseguró que el vehículo en el que llegaron las chicas también estaban Sotacuro, “Pequeño J” y un tercer hombre desconocido. Ellas, según remarcó, “bajaron sonrientes, como engañadas que venían a una fiesta”.

Tras ello, la mujer se retiró a vender la droga que le quedaba. Afirmó que regresó al domicilio cerca de las 4 del sábado, cuando ya se habían cometido los crímenes. Dijo que apenas se asomó por la puerta y vio “el piso todo sucio, lleno de barro” y a “Pequeño J”, Ozorio y otros dos hombres.

“Me abre la puerta Miguel y veo que tenía uno de sus dedos sangrando. Me explica que cuando fue a la casa a dejar el parlante (NdR: se lo habían alquilado a otro de los detenidos, Ariel Giménez), cuando abrió la puerta, una de las chicas quiso salir corriendo como para escaparse y, ante eso, él agarró un destornillador que estaba a mano y un vidrio y la mató“, narró la acusada.

Siguiendo el relato, junto a su pareja fueron a comprar botellas de lavandina y otros artículos de limpieza. Además, de dos bidones de nafta que se usaron para incendiar la camioneta Chevrolet Tracker. Ella misma los guió hasta el descampado donde prendieron fuego el vehículo.

Luego, la mujer caminó unas cuadras hasta el punto de encuentro con un delivery, donde recibió comida que había encargado. “Cuando llego a mi casa con las hamburguesas no vi sangre, nada. Ya lo habían limpiado con los productos que compramos. En ese momento solo estaban Matías y Miguel. Matías se pidió un remís y se fue con las hamburguesas”, relató.

A otros no pudo identificarlos. “Pueden ser familiares. Pueden ser su ‘papá’ y su ‘abuelo’. En la jerga, ‘Abuelo’ es quien la produce, el máximo dentro de la escala, y ‘Papá’ es quien baja en toneladas la droga. Luego están los ‘Tíos’ y después los ‘Pequeños’, como Julio, que solo manejaba 10 o 7 kilos de drogas. Últimos están los pibes, los que venden, a los que les dicen ‘Los Bebés’ o ‘Mulo’. Sé que Matías Ozorio, quien es ‘Mulo’ de Julio, conocía a ‘Papá’ y ‘Abuelo’, y sabía dónde vivían; en cambio, yo no. A Julio solo lo vi dos o tres veces en mi vida”, explicó.

Antes de finalizar, a González Guerrero le preguntaron por qué decidió contar todo esto. “Hasta ayer yo estaba amenazada por Miguel. Me decía que si lo traicionaba me iba a matar”, respondió.

Como dato contó que “Lima” se llama Abel, es de nacionalidad peruano, tiene entre 33 y 34 años: “El me contó por conversación de WhatsApp que vio en vivo cuando mataban a una de las chicas. Lo que no sé es por donde hicieron esa videollamada, ellos suelen usar una aplicación llamada ‘Zangi’”.

Fuente: telam

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