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21/09/2025

David Rieff: “La corrección política va a destruir la cultura occidental”

Fuente: telam

El ensayista acaba de publicar “Deseo y destino”, donde se distancia de las ideas “woke”. Aquí da sus motivos y cuenta qué le debe a su madre, Susan Sontag

>No puede ser más contundente el historiador David Rieff cuando habla del wokismo, o eso que conocemos como “corrección política”, como política de las identidades y, un poco para el pensamiento progresista. Dice Rieff, por ejemplo: “El fracaso en contener la inflación, la drástica escalada de la guerra en Ucrania, la invasión china de Taiwán, otra pandemia y el cambio climático: todo ello amenaza en potencia el orden capitalista. ¿Que Pop, la mascota de Rice Krispies, se rebautice como mujer trans? No es más que un buen negocio“. Como si dijera: hablemos de cosas serias.

Y de cosas serias se ocupa, por ejemplo, en su libro más reciente, Deseo y destino. Escribe, por ejemplo: “La ideología de la DEI -Diversidad, Equidad e Inclusión- presta el servicio esencial de conferir legitimidad moral a un sistema capitalista en Occidente que, tras la decadencia del cristianismo y el vaciamiento del Estado nación, la precisaba con urgencia“.

Y más, mucho más. De esta crítica se trata este libro que no escribe un representante de la “batalla cultural” ni un líder de la nueva derecha. David Rieff es analista político, es autor de no ficción y, bueno, es el hijo de-¿Qué fue lo que vio y que lo llevó a escribir en términos tan críticos sobre las políticas identitarias, lo que ese conoce como woke?

-Fui viendo cuestiones sobre la identidad, la aparición de una nueva izquierda cultural sin gran originalidad en términos económicos.

-En el libro hablás de cambiar algo para que no cambie nada... y decís que si hay una identidad de la que no se habla es la de clase. Pero uno podía pensar que lo woke era lo progresista...

-Se presentan como el movimiento emancipatorio de la época, pero es una emancipación que no enfrenta ni al capitalismo ni a nada, sólo busca una representación más amplia. Es decir: “bueno, voy a seguir trabajando en el Banco Tal, pero con mi identidad trans respetada”. Es una política de izquierda sin alternativa económica. Creo la política identitaria ha triunfado durante una década por eso: porque no presenta un desafío fundamental sistema capitalista actual. Esto no es decir que no se oponga al sistema actual, lo hace, pero en términos culturales, no económicos.

-Pero...

-¿Por qué ahora habría esa contrarrevolución? En el libro mostrás cómo las empresas y hasta la CIA se adaptaron a lo woke pero Trump y Milei proponen más capitalismo y batalla cultural.

-Creo que la política identitaria woke, al menos en Estados Unidos, ha sido demasiado extremista, sobre todo con el fenómeno trans. Hoy hay una resistencia a la ideología trans en ese país, y creo que también en otros, como Inglaterra o Australia. Los dirigentes de la centroizquierda se han identificado con movimientos de emancipación trans y han sido demasiado radicales para el electorado. Creo que han, entre comillas, abierto la puerta a que regresara la derecha. Lo notable es que, en muchos casos, la derecha se sirve de la misma retórica que el woke.

-Es decir...

-Vos hacés alguna relación con el protestantismo...

-¿Desde el lado, digamos, progresista?

-Es la moda intelectual, ahora con gente como Judith Butler o Wendy Brown. Esa hegemonía está liderada por personas que se identifican como críticos muy severos del “imperio”, así, entre comillas. ¿Cuánto va a perdurar esto? No lo sé, y no veo el woke como algo que vaya a ser adoptado en China, en Vietnam o en la India. Me parece poco probable.

-Porque resulta extraña la idea de que la sociedad tenga que adaptarse al individuo. Es todo el contrario para ellos: allí es la comunidad la que pone las normas y tenés que someterte. No veo cómo podrían llevar esa visión subjetiva al futuro, porque finalmente, en términos económicos, el centro del mundo se está mudando hacia Asia.

-En el libro decís que el esplendor de la cultura occidental ya pasó.

-¿Cómo es lo del pasado?

-Decís que el único modo de la cultura que tolera esta época es lo kitsch. ¿Por qué?

-No entiendo cómo el woke destruye.

-¿Eso está mal?

-Vuelvo a la relación con el pasado porque no puedo dejar de preguntarte cuánto pesa en vos ser el hijo de Susan Sontag.

Fuente: telam

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