20/09/2025
Kicillof y CFK se disputan la centralidad del peronismo y anticipan una reconfiguración después de octubre

Fuente: telam
El Gobernador levantó el perfil y buscó capitalizar el triunfo electoral. La ex presidenta aumentó su protagonismo en la agenda política. El rol de La Cámpora en la confrontación de intereses
>El peronismo de la provincia de Buenos Aires está atravesando un momento muy trascendente para su historia. La discusión interna del kirchnerismo, que se convirtió en las últimas dos décadas en la expresión política que condujo el armado justicialista provincial, pone de relieve un cambio de época. El fin de un ciclo y el inicio de otro. Y, como suele suceder en momentos conflictivos, están quienes quieren cooptar el mayor poder posible y quienes se resisten a entregarlo. Es parte de la naturaleza política.
La ex presidenta se las ingenió para mantener su protagonismo en esos mismos días donde la cara de Kicillof apareció en todos lados. Recibió al primer candidato a diputado nacional por Buenos Aires, Jorge Taiana, hizo un largo posteo de X cuestionando el mensaje en cadena nacional de Javier Milei sobre el nuevo presupuesto, se mostró activa desde su balcón el día que se recordó la Noche de los Lápices y el miércoles por la tarde, cuando se llevó a cabo la marcha universitaria. En esa oportunidad una buena cantidad de militantes la fueron a saludar y corear en el barrio de Monserrat.
Los detalles de la movilización se delinearon en una reunión que se realizó el último martes en la sede del PJ Nacional, en donde estuvieron dirigentes desde distintas terminales K. Luis D’Eleía, Guillermo Moreno, Vanesa Siley, Oscar Parrilli, Felipé Solá y Carlos Castagneto fueron algunos de los presentes. La idea es seguir manteniendo viva la lucha dialéctica por la libertad de CFK.
Para este sábado el cristinismo espera una marcha voluminosa que tenga impacto visual y político. Abraza a su líder frente al protagonismo creciente de Kicillof, que se convirtió en el gran ganador de la elección provincial, aunque para muchos dirigentes del camporismo aún falte el resultado de la elección de octubre para saber si le salió bien la estrategia del desdoblamiento.
Una sola frase, de un dirigente de La Cámpora de primera línea, alcanza para marcar lo que piensan en el corazón de ese campamento político respecto a la decisión que tomó Kicillof: “Si en octubre no entran 19 diputados, que es lo que deberíamos sacar con los 13 puntos de la elección bonaerense, entonces la estrategia del desdoblamiento fracasó”. En La Cámpora hay distintas miradas respecto al crecimiento en la centralidad que ha logrado Kicillof. Algunos reconocen que “los intendentes van a terminar detrás de él”, en referencia a los jefes comunales que deambulan en la órbita cristinista, mientras que otros creen que “es demasiado temprano para que la agrupación tenga que tomar una postura respecto al lugar que hoy ocupa Axel”.En donde empieza a existir un consenso es en el reconocimiento de que fue un error jugar a fondo en contra del desdoblamiento que proponía Kicillof. Sobre todo en la presentación de un proyecto en la Legislatura para que las elecciones sean concurrentes. Es decir, para hacer exactamente lo contrario a lo que pedía el Gobernador. Jugada que ejecutaron los dos presidentes de los bloques de senadores y diputados de Fuerza Patria en la Legislatura bonaerense.
Además, explicó que “la condena y la proscripción” a la ex mandataria “generaron que mucha gente salga a votar”. Consultada sobre si hay un reconocimiento a Kicillof en la estrategia electoral y el triunfo obtenido por Fuerza Patria, respondió: “Hay un reconocimiento al peronismo de la provincia de Buenos Aires y al PJ de la provincia que preside Máximo Kirchner”.
Esos discursos tienen que ver con un proceso de resistencia que se enfoca en mantener todo el caudal de poder posible sobre la figura de CFK. En la agrupación ultra K hay quienes creen que el ciclo político de la ex presidenta empieza a cerrarse, en términos de influencia electoral, por una cuestión absolutamente concreta. No puede competir. Esos límites empujan la necesidad de discutir una sucesión progresiva, anclada en la construcción de un proyecto nacional de cara al 2027.KicilloF está seguro con el camino que está siguiendo. Asume que su confrontación con CFK para generar autonomía generó rispideces en todo el peronismo, pero entiende que no había otra forma de mantenerse a flote con una dosis de poder, con protagonismo real en el armado justicialista y con dos años de gestión por delante, donde, inevitablemente, iba a perder capacidad de influencia debido al límite para una segunda reelección.
“Axel es soberbio, egocéntrico y personalista. Si no cambia, va a terminar como Rodríguez Larreta. Es decir, no va a ser presidente”, sentenció una voz de peso dentro del esquema de poder del cristinismo. El Gobernador sabe que, de aquí en adelante, va a cargar con el peso de ser un presidenciable, tal como lo fue el ex jefe de Gobierno porteño, y por eso pone un freno de mano cada vez que le consultan sobre el tema. “Hablar de eso es ciencia ficción”, le aseguró al periodista Carlos Pagni. Corre el riesgo, como ex candidato del PRO, de que las turbulencias de la gestión y el frenesí de la confrontación política diluyan su proyecto presidencial.El Gobernador prometió visitar a la ex presidenta en los próximos días. No la ve desde el 10 de junio, día en que la Corte Suprema confirmó la condena en la causa Vialidad. Hablaron por teléfono varias veces durante las negociaciones electorales. Las listas, los nombres y las estrategias. Siguen teniendo una relación muy fría. Distante pero correcta. Por ahora, con eso alcanza para que el peronismo bonaerense no vuele por los aires. Pero esa convivencia atada con alambre es imposible que se sostenga en un mediano plazo.
Para transitar el campo minado que le espera por delante hasta el 2027, Kicillof se ve obligado a generar un acuerdo de convivencia con CFK. Sobre todo porque en sus planes no está romper la coalición. Si no quiere una guerra, ni un sometimiento, tal como se lo graficó a su entorno más íntimo, la salida es lograr un pacto político con la ex presidenta, para que ella ordene el vínculo con el camporismo y los dirigentes más duros del mundo K. Sino la interna seguirá hasta el límite de la fractura. Un paso final que a nadie le conviene.Fuente: telam
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