12/09/2025
La ONU denunció un aumento de las ejecuciones públicas en Corea del Norte por consumir contenido extranjero

Fuente: telam
El endurecimiento de las leyes en el país asiático ha llevado a penas extremas para quienes acceden a información, películas y música de otras regiones, afectando especialmente a jóvenes y familias vulnerables
>Un informe reciente de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas señala que el régimen deEl análisis se basó en relatos de más de 300 personas que escaparon del país en la última década. De acuerdo con los testimonios, cualquier intento de acceder a noticias, música o películas extranjeras es considerado traición.
Desde 2011, la dictadura aprobó leyes que habilitan la pena de muerte ante la simple tenencia o intercambio de archivos multimedia extranjeros.Las reformas legales anunciadas en los últimos años no han mejorado la situación judicial: los procesos contra acusados de consumir películas extranjeras siguen desarrollándose sin reales garantías de defensa, apunta la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
Al asumir Kim Jong-un, parte de la sociedad esperaba una apertura o mejora en la calidad de vida, pero la estrategia de aislamiento, junto con la concentración de recursos en el programa nuclear y el cierre comercial agravaron el hambre y la sensación de desamparo colectivo.El informe también remarca, como explica Euro News, los menores de edad de familias pobres o huérfanas se ven particularmente vulnerables: suelen integrar “brigadas de choque” obligatorias en zonas de alto riesgo, como minas de carbón o grandes obras de infraestructura. El régimen ha utilizado la criminalización del acceso a medios extranjeros también como herramienta para justificar este tipo de trabajo forzado en los grupos sociales más desprotegidos.El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtió que la juventud norcoreana que logró escapar sueña con una sociedad diferente, pero sus deseos se estrellan día a día contra el endurecimiento de la censura, la amenaza permanente del castigo extremo y la ausencia de derechos para los acusados de las nuevas “faltas” culturales.La dimensión de las condenas no está clara en números, dado el hermetismo del Estado norcoreano y la negativa sistemática de las autoridades a compartir estadísticas.
Fuente: telam
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