08/09/2025
El alquiler de una casa en un country que derivó en denuncias cruzadas de usurpación y robo: “Me pidieron 50 mil dólares para irse”

Fuente: telam
Así lo aseguró Mariano Paternostro, dueño de la propiedad, quien le inició una demanda por desalojo a Jorge Frillocchi. Asegura que el hombre sigue viviendo en su casa del barrio privado San Sebastián a pesar de que ya venció su contrato de alquiler. El descargo del inquilino y los antecedentes que preocupan al propietario
>En 2019, Mariano Paternostro compró junto a su hermano un lote en el barrio privado San Sebastián, en el partido de Pilar, con la intención de construir una vivienda para ponerla en alquiler temporario. La obra concluyó en 2022 y, desde ese momento hasta la fecha, aseguran que celebraron “más de 100 contratos sin inconvenientes”.
Pero todo cambió en mayo de este año, cuando una mujer de nacionalidad brasileña lo contactó -a raíz de la publicación que había subido a Mercado Libre- para arrendar la casa por dos semanas.
“Sería para 15 o 20 días como máximo, porque ya tenemos una casa reservada para ingresar el 1 de junio”, le dijo la mujer a Mariano en un audio que le envió por Whatsapp, en alusión a otra propiedad que iban a habitar en el mismo barrio privado.El primer contrato, del 15 al 22 de mayo, fue abonado en su totalidad y establecía la posibilidad de extensión del alquiler si la entrega de la otra propiedad se demoraba más allá de lo pautado.“Como su marido no estaba, acepté que ella firmara el segundo contrato de alquiler y me pagó sólo la mitad de lo convenido. Me quedaron debiendo USD 550. Esa fue la única vez que la vi personalmente y, a partir de allí, comenzaron los problemas”, señaló Mariano.
El 2 de junio, también por audio de WhatsApp, el hombre le confirmó que la otra casa se la entregarían el 10 de junio. Le pidió dos días más para terminar de equiparla y le dijo que se irían de la vivienda el 12 de junio.El 12 de junio, el hombre no sólo no entregó la propiedad sino que le envió a Mariano, por WhatsApp, una captura de una carta documento en la que lo acusaba de “acoso sexual” a su esposa.
También lo denunció por el robo de 25 mil dólares y tres relojes Rolex cuando se presentó en la vivienda a cortar el árbol junto al podador. “Ahí empezó mi pesadilla”, relató Mariano. “Me encontré con denuncias falsas, amenazas y una maniobra para quedarse con mi casa”, agregó.En este contexto, Mariano presentó el 1 de julio una denuncia penal por usurpación ante la Unidad Funcional De Instrucción Nº2 Descentralizada Pilar del Departamento Judicial San Isidro; y una demanda civil por desalojo, que terminó en el Juzgado Civil N°21 de CABA.En la justicia, Mariano aportó contratos, chats de WhatsApp y testigos para demostrar la relación comercial y la posterior ruptura. También denunció una extorsión: “Me pidieron USD 50 mil para irse de mi casa”.
Por su parte, los denunciados presentaron la versión de un supuesto acoso sexual y del robo de dinero, con la intención de justificar su permanencia en la propiedad bajo el argumento de que ya no contaban con el dinero para señar la otra casa que querían alquilar durante un año, en ese mismo barrio privado.
Más allá de lo judicial, Mariano asegura que la situación lo afectó profundamente: “Hace tres meses estoy viviendo en el infierno”. También señaló que dejó de tener ingresos por los alquileres temporales y que eso le provocó un fuerte daño económico.Desde la administración del barrio San Sebastián respondieron que impedirles el ingreso al matrimonio, aún con el contrato vencido, sería “equivalente a ejecutar un desalojo”, algo que —dijeron— no podían hacer.
Jorge Frillocchi, el inquilino señalado como “usurpador” por parte de Mariano, rechazó esa acusación, negó cualquier maniobra extorsiva, y enfocó su reclamo en el robo denunciado y en los efectos económicos que le impidieron mudarse a la casa que tenían reservada.Frillocchi explicó que la relación con Mariano se tensó a raíz de la poda de un árbol, ubicado frente a la entrada de la casa. “Le dije que no había problema que fuera a podarlo, pero le avisé que yo no iba a estar. Le pedí que no entrara a la vivienda porque mi señora no atiende a nadie”, señaló.
Pese a ello —dijo— la esposa lo llamó desesperada para contarle que alguien había ingresado en la casa mientras ella estaba en su habitación. Según la mujer, el hombre que vio se parecía físicamente a Mariano.Frillocchi denunció que, con motivo de esa intrusión, faltaron joyas y dinero. “Se llevaron USD 25.000 en efectivo y piezas de valor”, aseguró. Explicó que ese dinero estaba destinado a la mudanza a otra vivienda y que, por esa pérdida, cayó la reserva. “Quién nos robó lo determinará la justicia”, sentenció.
Con respecto a la denuncia de acoso sexual que presentó su mujer, Gisele Neves Viturino, el hombre dijo que “Mariano sabía de antemano que ella iba a estar sola, porque el día anterior se lo había comentado a durante la charla sobre la poda de un árbol”. Consideró que Mariano aprovechó esa circunstancia para entrar en la casa y acercarse a ella, reforzando la idea de una intención indebida.Consultado sobre un supuesto pedido de USD 50.000 para dejar la casa, Frillocchi lo negó. “No tengo esa información. Mi abogado es el doctor Fabián Basave, está presentado en la causa y no tuvo contacto con la abogada de la otra parte”, indicó. Admitió, sí, que la suma de lo robado “ronda esa cifra” entre dinero y joyas, pero rechazó que su defensa haya condicionado la entrega de la casa a ese pago.
Mientras la justicia civil define el desalojo y la justicia penal avanza sobre la usurpación, el propietario también debe afrontar deudas ajenas en servicios y expensas, que -asegura- ya suman $2 millones.
Carla Susana Giorgi, que en agosto de 2018, le había alquilado a Frillocchi una casa en el barrio cerrado Guadalupe, ubicado dentro del complejo Pilar del Este, logró un fallo favorable de desalojo luego de tres años de litigio judicial.“En noviembre de 2021 salió la sentencia firme. A pesar del fallo, el inquilino no cumplió con la orden judicial y recién abandonó la propiedad en diciembre de 2021, sin comunicarlo al juzgado”, recordó el letrado.
Como hasta el día de hoy Frillocchi no pagó los alquileres adeudados, acumulando una deuda que ronda los USD 28 mil, la justicia también ordenó el embargo de su camioneta Hyundai Tucson color blanca para garantizar la recuperación de parte de lo reclamado.
“Ya había tenido otro juicio de desalojo antes de alquilar la propiedad de mi clienta, lo que demuestra una manera de actuar reiterada”, concluyó.
Fuente: telam
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