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02/09/2025

La “bomba biológica” del océano Antártico: revelan el rol clave de una microalga en la captura de carbono

Fuente: telam

Un equipo internacional analizó sedimentos de hace 14.000 años y detectó que el protagonismo de Phaeocystis antarctica en aguas ancestrales coincidió con un gran descenso de CO₂. El hallazgo abre nuevos interrogantes sobre el futuro del clima

>El océano Antártico ocupa un lugar central en el equilibrio climático mundial gracias a su capacidad para captar Aunque este proceso resulta esencial para mitigar el cambio climático, los mecanismos y las especies responsables siguen Un equipo internacional de investigadores publicó en Nature Geoscience un El artículo aporta evidencias inéditas sobre el papel dominante de la microalga Phaeocystis antarctica en el proceso de captación de carbono.

Según los resultados, durante el ACR la microalga actuó como el principal organismo encargado de captar carbono a través de la fotosíntesis, superando en importancia a otros grupos como las diatomeas. El equipo identificó que, en ese período, Phaeocystis representó más del 60% de la comunidad de productores primarios, mientras que las diatomeas del género Fragilariopsis constituyeron alrededor del 15%.

El análisis del índice Ba/Fe, que compara las concentraciones de bario y hierro en los sedimentos, aporta una prueba independiente del aumento de la productividad biológica durante el ACR. Un valor alto de este índice indica que hubo más actividad de organismos en la superficie del mar, como lo señala el estudio: “observamos una alta relación Ba/Fe durante el ACR rico en Phaeocystis, lo que sugiere aumentos de productividad y captación de CO₂ dentro de la columna de agua”.

La investigación mostró que cuando había más Phaeocystis antarctica en el océano, los niveles de CO₂ en la atmósfera tendían a bajar, es decir, existía una relación inversa entre la presencia de esta microalga y el gas de efecto invernadero. Al mismo tiempo, se observó que, en los momentos de mayor presencia de estas microalgas, aumentaba el valor del indicador Ba/Fe, que señala una mayor cantidad de carbono capturado y transportado hacia el fondo marino. En otras palabras, a mayor cantidad de estas algas, más carbono era retirado de la atmósfera y almacenado en el océano, lo que hacía más eficiente este proceso natural de limpieza del aire.

La investigación aplicó tecnologías genéticas de vanguardia para descifrar los cambios en la vida marina antártica durante los últimos 14.000 años. El análisis se centró en un núcleo de sedimento recolectado a casi 2.000 metros de profundidad en el Estrecho de Bransfield, al norte de la península antártica.

A través de la técnica de ADN antiguo marino, conocida como sedaDNA, los investigadores lograron identificar especies y variaciones en la comunidad biológica marina, incluso en el caso de organismos como Phaeocystis, que no dejan fósiles visibles en los registros tradicionales. Este avance permitió superar una limitación clave de los estudios paleoclimáticos previos, donde muchas especies quedaban fuera del análisis por no dejar restos reconocibles.

Gracias a esta combinación de técnicas, el estudio demostró que los períodos con abundancia de Phaeocystis coincidieron con condiciones que favorecieron una mayor actividad biológica y una captación más eficiente de CO₂. Este enfoque multidisciplinario abre nuevas posibilidades para reconstruir el pasado climático marino y anticipar cómo podrían responder los ecosistemas oceánicos ante los cambios futuros.

El hallazgo de este trabajo amplía la comprensión sobre cómo las variaciones en la composición del fitoplancton pueden modificar los flujos globales de carbono y afectar el clima. Se subraya que “esto proporciona la pieza de evidencia que faltaba para identificar la productividad pasada del fitoplancton antártico como un importante mecanismo de retroalimentación negativa en el ciclo global del carbono durante un periodo de calentamiento global”. Es decir, la abundancia de Phaeocystis en el pasado actuó como un factor estabilizador climático.

Además, el trabajo enfatiza que Phaeocystis produce dimetil sulfuro (DMS), un gas responsable de promover la formación de nubes y, por consecuencia, aumentar la reflexión solar. La desaparición de estas algas reduciría la formación de nubes y dificultaría la regulación del clima, lo que podría intensificar aún más los efectos del cambio climático.

El trabajo muestra que combinar tecnologías genéticas y análisis de sedimentos permite entender mejor cómo el océano influyó en el clima del pasado y anticipar posibles cambios futuros. Los investigadores destacan la importancia de profundizar en el estudio de organismos marinos clave para prever transformaciones en el clima global.

Fuente: telam

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