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01/09/2025

El problema fundamental es que no está definido cuál es el sistema monetario, financiero y cambiario del país

Fuente: telam

En un artículo publicado en su blog personal, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo pidió reforzar algunos aspectos del programa de Javier Milei. También aseguró que “el empeoramiento de la economía no puede atribuirse únicamente al ‘riesgo kuka’, sino también a imprevisiones e improvisaciones del equipo económico”

>Es paradójico que el presidente Javier Milei, habiendo hecho su campaña hablando de “dolarización” (que implica el grado máximo de libertad para el movimiento de capitales y apertura financiera), haya permitido que el manejo monetario, financiero y cambiario siguiera valiéndose de los controles e intervenciones casuísticas y discrecionales que durante 21 años (del 2002 al 2023, excepto durante 2016 y 2017) condujeron a la alta inflación y a la desorganización completa de la economía. Esto es lo que debería cambiar.

Convertibilidad” implica necesariamente el libre movimiento de capitales, es decir, que todas las personas (humanas y jurídicas) puedan elegir la moneda en la que ahorran e invierten sus excedentes financieros. Que esas mismas personas puedan elegir la moneda en la que se endeudan y que quienes traen capitales para invertir sepan que no caerán en una trampa de la que no podrán salir.

Va de suyo que no puede haber moneda convertible si existe un déficit fiscal no financiable con colocación de deuda voluntaria a tasas reales de interés que no superen el ritmo de crecimiento de la economía. Por esa razón es elogiable que el gobierno haya puesto tanto énfasis en eliminar de cuajo el déficit fiscal. Pero el error ha sido haber utilizado la inconvertibilidad de la moneda para conseguir una caída de la tasa de inflación más rápida, aplicando controles de cambio a la vieja usanza y dictando el tipo de cambio oficial sin acumular reservas propias y con manejos muy discrecionales y erráticos de la política monetaria.

La creación de un sistema monetario basado en la convertibilidad del peso es la cuestión más relevante que ahora enfrenta el gobierno para salir, luego de las elecciones, del entuerto en el que está sumida la economía en los últimos meses y en el que seguirá hasta el 27 de octubre.

Pero la que no puede demorarse, so pena de que se reintroduzca la inflación, o se entre en una larga recesión, es la reforma monetaria, financiera y cambiaria que asegure convertibilidad del peso y permita funcionar, sin sobresaltos regulatorios, a un sistema de intermediación financiera y mercado local de capitales con tasas reales de interés que no superen la tasa de crecimiento de la economía.

Para describir la situación actual de manera esquemática me voy a valer de los muy elocuentes cuadros elaborados por Ecoanalitics (con su expresa autorización).

Esta reversión de la tendencia a la recuperación se relaciona claramente con la disminución del ritmo de expansión crediticia al sector privado y el aumento de las tasas de interés.

A pesar de las extravagantes tasas de interés de mercado y la insistente prédica del gobierno de que el precio del dólar tendría que estar cerca del piso de la banda, la tendencia del tipo de cambio es acercarse al techo de la banda y la expectativa del mercado es que superará al techo a fines de 2025. Todo esto con el Banco Central vendiendo cobertura cambiaria en el mercado de futuros.

El empeoramiento de los últimos meses no puede atribuirse solamente al riesgo “KUKA” ni a las embestidas de la oposición en el Congreso, sino también a imprevisiones e improvisaciones del equipo económico. Las imprevisiones vienen desde el diseño mismo de la estrategia de desinflación. No digo del “plan de estabilización” porque no lo hubo, y era imposible lanzarlo de manera creíble si previamente no se acumulaban suficientes reservas propias como para respaldar los pasivos en pesos del Banco Central. La principal imprevisión fue no utilizar el año 2024 para acumular reservas propias a través de un superávit de balanza de pagos y la emisión de pesos para comprar esas reservas como única forma de crear liquidez en pesos.

Si el gobierno se convence de la necesidad de poner en marcha de inmediato un buen sistema monetario, financiero y cambiario puede contar con varios factores favorables.

Para consolidarlo es importante que el Congreso apruebe antes de fin de año el presupuesto de la Nación que el ejecutivo debe presentar a más tardas el 15 de setiembre, como lo exige la ley de Administración Financiera. También es fundamental que el propio presidente, y no sólo el jefe de gabinete, se aboque a la negociación y búsqueda de consenso sobre la disciplina fiscal con los gobernadores, especialmente con aquellos cuyas provincias han sido tradicionalmente más indisciplinadas.

Otro factor favorable es la tendencia al aumento de las exportaciones, tendencia que debe apuntalarse continuando con la eliminación de las retenciones y aumentando la devolución de impuestos indirectos a todo tipo de exportadores. También avanzando en forma prudente y creíble con la apertura de la economía. La desregulación a la que apunta Sturzenegger debe priorizar los cambios que reduzcan los costos de las actividades productoras de bienes comercializables.

Otro factor ciertamente favorable es la expectativa de que las inversiones atraídas por el RIGI produzcan efectos significativos sin mucha demora.

Si el gobierno es capaz de legislar y explicar con convicción los rasgos del nuevo sistema monetario, cambiario y financiero, no tiene por qué temerle al aumento del tipo de cambio que resultaría de la normalización del mercado financiero y de capitales y que a su vez provocaría una fuerte baja de las tasas de interés.

Ya me referí en varios informes anteriores a esta cuestión, que siempre ilustré sugiriendo imitar, en esta materia, a Perú.

El Banco Central, además de manejar los encajes bancarios, podrá llevar a cabo operaciones de mercado abierto en los mercados secundarios, tanto con títulos en pesos como con títulos en dólares. Estas serán las herramientas de política monetaria con la que podrá controlar la expansión del crédito en pesos y en dólares.

Publicado en www.cavallo.com.ar

Fuente: telam

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