31/08/2025
Científicos alertaron por un problema de salud que afecta a los astronautas en el espacio

Fuente: telam
Un reciente estudio realizado por especialistas estadounidenses identificó que una molestia considerada menor en la Tierra puede convertirse en un inconveniente para quienes permanecen en ambientes de microgravedad
>La vida en el espacio exterior suele mostrarse como una aventura fascinante, llena de descubrimientos científicos, tecnología avanzada y paisajes cósmicos que despiertan asombro. Sin embargo, detrás de esa imagen deslumbrante existen desafíos cotidianos que afectan a los astronautas de manera mucho más particular, y un ejemplo de ello es la congestión nasal.
El hallazgo, Los resultados son contundentes. El 85% de los astronautas incluidos en la investigación experimentó algún tipo de dificultad nasal o sinusal durante su estadía en la Estación Espacial Internacional (EEI). El equipo dirigido por el doctor Masayoshi Takashima analizó 754 eventos médicos de 71 astronautas que viajaron entre 2000 y 2019.
La muestra, amplia y diversa, permitió detectar un patrón consistente: la congestión nasal, el dolor facial, la presión en los senos paranasales y la sensación de oído tapado son mucho más comunes de lo que se pensaba. Lo que en apariencia es solo incomodidad, en el espacio se traduce en un riesgo para el rendimiento cognitivo y la seguridad de las misiones.Los senos paranasales cumplen una función esencial en la fisiología humana. Son cavidades distribuidas en la cara y el cráneo que filtran el aire, ayudan a equilibrar fluidos y actúan como barrera contra microorganismos. Cuando se obstruyen o se inflaman, aparece la conocida sensación de nariz tapada, dolor de cabeza o presión en la frente. En la Tierra, esas molestias suelen ser pasajeras, originadas por un resfriado, una alergia o un cuadro viral. En cambio, en la microgravedad el cuerpo se comporta de otro modo. Los líquidos, en lugar de acumularse en las extremidades inferiores por efecto de la gravedad, se desplazan hacia la cabeza. Ese cambio provoca un aumento de presión en las cavidades sinusales que impide un drenaje normal y agrava la congestión.El estudio comprobó que tres de cada cuatro astronautas reportaron congestión nasal durante su misión. El problema no se limita al malestar físico: puede afectar el sueño, la claridad mental y la velocidad de reacción. Takashima lo resumió con una advertencia directa: “Se trata de mantener un rendimiento óptimo. Si no duermes bien porque no puedes respirar, tu función cognitiva, tu tiempo de reacción y tu rendimiento en la misión pueden verse afectados, y estos aspectos son absolutamente cruciales en el espacio”.El resultado fue dolor, audición reducida y sensación de oído lleno. Son síntomas que en la Tierra podrían ser tratados con relativa facilidad, pero que en órbita adquieren una dimensión preocupante porque afectan la comunicación, la concentración y el equilibrio.
Una de las revelaciones más inquietantes del trabajo de Takashima es que, a pesar de ser individuos con un entrenamiento físico y médico riguroso, los astronautas no escapan a estas dolencias.El auge de compañías privadas que promueven viajes espaciales para civiles convierte estos hallazgos en un llamado de atención. La congestión nasal, que podría sonar trivial, se transforma en un factor que compromete la seguridad y la salud de quienes paguen por la experiencia de flotar en microgravedad. Takashima insistió en que medidas preventivas como evaluaciones nasales y sinusales antes del viaje o incluso procedimientos quirúrgicos menores podrían convertirse en requisitos para minimizar riesgos.
La investigación también puso en duda la eficacia de medicamentos comunes. Los astronautas recurrieron a fármacos de venta libre para aliviar los síntomas, pero no existe certeza de que sus efectos sean iguales en un ambiente sin gravedad. Los cambios en la circulación de fluidos y en la absorción de medicamentos podrían alterar su eficacia. Por eso, el equipo destacó la necesidad de seguir investigando tratamientos adaptados a las condiciones del espacio.El impacto de estos resultados trasciende la medicina espacial. También aportan una nueva perspectiva sobre la importancia de los senos paranasales en el bienestar general. En la vida cotidiana muchas personas minimizan los episodios de congestión, pero la evidencia obtenida en un entorno extremo muestra que estos órganos influyen en la capacidad de pensar, reaccionar y mantener un buen estado físico.
Los hallazgos publicados el 5 de agosto marcan un hito en la investigación de salud en microgravedad. Se trata del estudio más exhaustivo hasta ahora sobre problemas nasosinusales en astronautas y su conclusión es clara: la nariz y los senos paranasales deben considerarse un punto central en la medicina espacial. No solo se trata de prevenir enfermedades graves, sino de atender síntomas que, aunque parezcan leves, influyen en el desempeño y en la seguridad de cada misión.“Los síntomas sinonasales son una preocupación médica frecuente entre los astronautas a bordo de la EEI. Los hallazgos sugieren que las alteraciones tempranas de fluidos asociadas con los vuelos espaciales contribuyen significativamente a estos síntomas, lo que a menudo requiere el uso de medicamentos”, concluyeron los científicos.
Fuente: telam
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