31/08/2025
El legado de las revistas de rock argentinas a lo largo de 70 años tenía que ser contado

Fuente: telam
El libro “¿Ídolos o qué?“, de Sebastián Benedetti y Alfonso “Ponchi” Fernández, es una obra exhaustiva que bucea en los medios y protagonistas del periodismo musical desde 1955 hasta el presente
>Un libro con la historia del periodismo musical argentino, repleto de información y un dossier central de imágenes color con portadas de ediciones gráficas de todos los tiempos. Mucho texto y poca imagen, a contrapelo del universo que se narra: el de las revistas de rock editadas en el país, plasmado en 520 páginas.
En 2015, ese vínculo se reactivó gracias a que Sebastián se contactó con Ponchi para comprarle una revista y así poder reconstruir su colección que naufragó en la grave inundación en La Plata ocurrida a comienzos de abril de 2013. “Ver que se van flotando con el agua, fue una verdadera pesadilla”, rememora con dolor el actual docente universitario en la Facultad de Periodismo de la UNLP y en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
Juntos le dieron forma a un libro en donde se entrevistan a decenas de protagonistas del periodismo musical criollo como así también hurgaron en un vasto archivo para los amantes de la contracultura gráfica. Para esta obra, “Ponchi” -quien trabaja en un laboratorio que fabrica medios de cultivo que detectan bacterias en aguas industriales- indagó en la mayor colección de revistas de rock del país, la suya, que cuenta con unos 7.000 ejemplares. Y sigue creciendo.
El flamante libro, editado en agosto, llevó unos siete años de investigación y repasa siete décadas de la cultura impresa, revisteril y rockera, a punto de diluirse por completo en la voracidad e instantaneidad de lo digital.
El libro nació por el vacío: una ausencia casi total de bibliografía y relatos sólidos sobre la prensa rockera local. Aunque, en Los subterráneos, el ciclo radial de ambos, ocurrió el verdadero nodo disparador. “La mayoría de las entrevistas que hicimos fueron para el libro y, en menor medida, para el programa”, recuerda Benedetti. Y aporta su colega: “Cuando empezamos, la idea era más por el palo de las revistas más contraculturales. Y después nos dimos cuenta que había que abrir el juego un poco más a las comerciales. Cada programa se dedicaba a contar la historia de una revista, entonces, había muchísimo material que no estaba reflejado en ningún libro”, sintetiza Ponchi.El libro se gestó como un proyecto independiente, sistematizado a pulso -e impulso- del editor Leandro Donozo, quien les insistía en comenzar a reunir material para encarar esta obra, que comenzó allá por 2018 y cobró intensidad en 2020, en plena época de la pandemia.Como respuesta a esto, el genio del rock argentino lo puso en la tapa de su emblemático disco La grasa de las capitales. “¿Ídolos o qué?, es también una reflexión sobre la relación amor-odio entre estrellas, lectores y periodismo“, coinciden los autores.
A la hora de producir el corpus del libro, Sebastián y Ponchi abrían una revista y, lo primero que leían, era el staff a ver si conocían a alguien para entrevistar. “A quien conocés y cómo poder ubicar a alguien para que te tire una punta, esa era la clave”, explican a coro.Los primeros en animarse a escribir sobre música, según la dupla, era gente que venía de diarios como El Mundo o La Prensa pero que después no hicieron carrera en el periodismo especializado y aparecían en prototítulos de medios como Jazzlandia, de 1958, Ritmo Juvenil (de 1964) o Tiempo Joven (1967).Y esto le dio pie a JV (Juventud Voluntad) que contaba en su plantilla como director editorial y, luego publisher, a una verdadera sorpresa: Luis César Avilés, sí, Lucho Avilés, el pionero del periodismo farandulero en TV. “Fue un descubrimiento inesperado. Revisamos los staff y apareció su nombre. Llegamos a hablar con él por teléfono, concertamos una entrevista pero, lamentablemente, poco después falleció (8 de junio de 2019). No recordaba mucho, solo que le gustaban los Beatles: con él arranca el periodismo de rock, es el padre del periodismo especializado”, explica Fernández, quien también integró Libro Parlante, con Roque Di Pietro, en FM Radio Universidad.JV, con 18 números editados, fue el kilómetro cero de las “revistas de jóvenes” en Argentina, no así las anteriores que tuvieron pocos números en la calle. “La primera edición de JV tiene a Los Gatos en tapa, por el furor de La balsa. Es más, incluye una foto grande de Tanguito, en la que ni siquiera está identificado, ni sabían quién era“, recuerda Ponchi, entre risas.El primer mascarón de proa editorial, en la industria de las revistas de rock, fue Daniel Ripoll, factótum del mítico festival B.A. Rock, quién primero hizo carrera en Pinap y después comandó la mítica Pelo, a partir de 1970, con una última edición a fines de 2001.
“Él fue uno de los pocos a los que le mostramos un par de cosas diciéndole: ´Che, mirá, estamos contando esto de esta forma. No todo, pero sí. Él tiene una personalidad muy particular. Ha sido muy golpeado en la industria editorial, a veces con y, otras, sin razón, pero siempre estuvo en el centro de la serie”, explica Benedetti, a lo que Ponchi suma: “Él supervisó los textos de su entrevista, que le hicimos en 2021, hasta que quedó bastante conforme. Eran dos carillas llenas de preguntas y respondió casi todo”.
Otros nombres de relevancia que surgen de este empapelado universo es el de Pipo Lernoud-Jorge Pistocchi, creadores de la mítica Expreso Imaginario. “En 1973, Pistocchi ya firmaba notas en Pelo, algo que no era común de la revista”, comenta Sebastián al paso, mientras su colega refuerza: “Un golazo que tenía la revista, en la primera época, es que las críticas de discos las hacían los músicos y las firmaban. Por ejemplo le daban ocho discos a Edelmiro Molinari y él escribía la reseña. Castigaba lindo”, dice.Benedetti, quien en 2007 coescribió, con Martín Graziano, Estación Imposible: Expreso Imaginario y el periodismo contracultural, obra reeditada en 2016 también por Gourmet Musical, afirma que ¿Ídolos o qué? no es muy crítico sino que “respetuoso” y reconoce que con medios como Pelo podrían haber sido más incisivos. “Hasta 1985, esa revista era el poder mediático”, dice Fernández mientras su compañero agrega: ”Es inevitable hablar de Pelo como LA revista del rock argentino: era tu ventana al mundo”.
Por ende, en ¿Ídolos o qué? se dejan ver imágenes con revistas federales (“ese es otro libro”, resumen los autores), como así también algunas perlas como son los números cero, aquellas ediciones de prueba antes de la salida a la calle del primer número. Todo esto acompañado en el final del volumen por un imprescindible índice onomástico de personas, grupos, editoriales, revistas y diarios mencionados.
— ¿Por qué hoy un libro sobre este tema?— Alfonso “Ponchi” Fernández: Porque quisimos contar también aquellas revistas rarísimas, que quizás solo salieron un día. Este es un vuelo rasante por 70 años. Y bienvenidos los que agarren la posta y digan: ´Mirá, esto me despertó interés´, y -por ejemplo- cuente solo la historia de Riff Raff.
— Por más exhaustiva que fue esta investigación, ¿qué creen que les quedó en el debe de la obra?
— Fernández: Muchas veces estos libros extensos empiezan narrativamente bárbaro y después terminás como haciendo una grilla técnica para sacártelo de encima. Nosotros, en cambio, mantuvimos un estilo narrativo de punta a punta que llevó años de encastre.
— ¿Qué crítica le hacen al periodismo de rock actual?— Fernández: Lo que desapareció es la crítica concreta, “pegando”. Antes era habitual. Ahora predomina lo amable y lo inmediato.
— Fernández: Vos sos muy de La Mano, a vos te gusta. A mí también.
—¿Puede haber un revival real, tipo vinilo, para las revistas de rock?
—Fernández: Yo soy mucho más pesimista, el papel va a desaparecer como así también el concepto de revista. De las sobrevivientes, creo que salvo Rolling Stone, que debe ir a pérdida y se debe sostener por el Grupo La Nación, y Billboard, que no llega a todos los kioscos, lo único que perdura es el mundo del fanzine.
— Fernández: Canta Rock, soy cantarockero a full, ya que circulaba en mi casa por mis hermanos músicos. Además, entre 1987 y 1988, es el punto fuerte de este medio, compran la Rock & Pop Revista y hacen El Musiquero, otra de mis preferidas. Y, como hallazgos tardíos, Bang! y Mano de Mandioca. Ah, y en la secundaria cuando compraba la Rock en Blanco y Negro. Soy muy del rock argentino clásico, el canon Charly García, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Los Gatos, Pescado Rabioso, Aquelarre y Litto Nebbia.
— ¿Cuál es la etapa revisteril que más les gusta?— Benedetti: Me sitúo en los últimos ochentas y primeros noventas, se me vienen sonidos a la cabeza como Don Cornelio y la Zona. Es la explosión de un nuevo rock argentino y aparecía la revista Escupiendo Milagros, Cerdos y Peces y después Revolver, que siempre me pareció alucinante como producto del nuevo rock argentino. Y, como telón de fondo de eso, los tabloides adolescente con posters de Madonna, Axl Rose y Roxette. Tenía 12 o 13 años, estaban 13/20, Vos y Generación X. Después descubrí la Rolling Stone. Escucho medio de todo, pero me acuerdo mi etapa de Pantera y Sepultura. Tampoco me olvido de aquella Madhouse, en la que vi una foto del Pato Strunz (en ese momento baterista de Hermética) es como el link que me metió en todo esto, entré por ese lado.
— Armaron un libro sobre la historia de las revistas de rock en Argentina, ¿escribieron en alguna de ellas o bien intentaron crear un fanzine o algo similar?— Fernández: Por mi lado, nada, y creo que hasta mejor, porque me gusta tener una mirada externa de las redacciones. Mi relación con todo esto es amorosa, romántica. Yo siempre hice radio y nunca me animé a escribir, hasta que me largué acá a la fuerza, al piletazo (risas) y mirá... 520 páginas.
Fuente: telam
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