27/08/2025
Netanyahu dijo que él reconoce el genocidio armenio, aunque el parlamento de Israel no lo ha hecho

Fuente: telam
El primer ministro se refirió a la limpieza étnica perpetrada por el Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial que dejó más de un millón de muertos
>Por primera vez en la historia de Israel, un primer ministro reconoció públicamente el genocidio armenio. Benjamin Netanyahu lo hizo en una entrevista difundida esta semana, en la que admitió que el Imperio Otomano llevó a cabo la masacre sistemática de armenios, asirios y griegos a principios del siglo XX.
Ante la insistencia de Bet-David, que quería saber por qué ningún jefe de gobierno israelí había hecho ese reconocimiento, Netanyahu fue aún más explícito: “Acabo de hacerlo. Aquí tiene”, respondió. Con esas palabras, el premier rompió con décadas de cautela diplomática por parte de Israel.
La comunidad armenia lleva más de un siglo reclamando justicia y reconocimiento internacional por las matanzas ocurridas entre 1915 y 1923, en el ocaso del Imperio Otomano. Se calcula que un millón y medio de armenios fueron asesinados a través de deportaciones forzadas, encarcelamientos y masacres, en lo que numerosos historiadores definen como un claro proceso de limpieza étnica.Turquía, heredera del Imperio Otomano, niega categóricamente que se haya tratado de un genocidio.“Netanyahu, que está siendo juzgado por su papel en el genocidio cometido contra el pueblo palestino, está intentando encubrir los crímenes que él y su gobierno han cometido”, afirma el comunicado del ministerio.
Reconoce muertes y desplazamientos, pero lo atribuye al caos de la Primera Guerra Mundial y rechaza cualquier definición que implique responsabilidad sistemática. Esta postura se ha mantenido firme durante más de un siglo y ha condicionado las relaciones diplomáticas con múltiples países.Hasta hoy, sólo 34 gobiernos reconocieron formalmente el genocidio armenio. Uruguay fue el primero en 1965. Pero gran parte de la comunidad internacional, incluida Israel hasta ahora, evitó pronunciarse en ese sentido por temor a comprometer sus vínculos estratégicos y comerciales con Ankara, que cuenta con el segundo ejército más grande de la OTAN y una fuerte influencia regional.La postura israelí estuvo atravesada por una tensión permanente: por un lado, la memoria del Holocausto como tragedia fundante del Estado; por otro, la necesidad de mantener buenas relaciones con Turquía, un socio clave durante décadas en materia económica y de seguridad.Algunos líderes israelíes defendieron la negativa oficial alegando que el carácter único del Holocausto no podía relativizarse en una lista de genocidios históricos. Pero otros insistieron en que la experiencia judía obligaba a reconocer y solidarizarse con el sufrimiento de otros pueblos.Incluso Reuven Rivlin, expresidente de Israel, sostuvo en su etapa como titular de la Knéset que era “impensable” que el Parlamento ignorara esa tragedia. Sin embargo, ya como jefe de Estado optó por una postura más ambigua: habló de “el asesinato del pueblo armenio” en un discurso ante la ONU, pero evitó usar la palabra “genocidio”.
El reconocimiento de Netanyahu no puede separarse del contexto actual. Las relaciones entre Israel y Turquía atraviesan su punto más bajo en décadas, en gran medida por la guerra en Gaza. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, es uno de los más duros críticos del Estado hebreo y un aliado declarado de Hamas. Su gobierno llegó incluso a elogiar el ataque del 7 de octubre de 2023 contra el sur de Israel, que dejó 1.200 muertos y más de 250 secuestrados.En ese marco de enfrentamiento abierto, las consideraciones de realpolitik parecen haber perdido peso en la estrategia israelí. Netanyahu, al pronunciar la “palabra prohibida”, envía un mensaje claro a Ankara y a la comunidad internacional: Israel está dispuesto a dar un giro histórico en su política exterior.Fuente: telam
Compartir
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!