23/08/2025
La verdad detrás de los huracanes: cómo se forman y qué zonas de América Latina están en riesgo

Fuente: telam
Estos sistemas tormentosos desafían cada año a diversos países de la región. Qué factores determinan su formación y cuál es el verdadero peligro que enfrenta Argentina ante estos eventos
>El avance del huracán Erin sobre el Atlántico y las advertencias vigentes en la costa este de Estados Unidos vuelven a poner en primer plano la amenaza que representan los La clave para entender los sitios y las razones por las cuales golpea un huracán reside en las condiciones del océano y la atmósfera. El análisis de meteorólogos, aportado a Infobae, revela que el escenario global y la creciente temperatura de los mares presentan dudas sobre eventuales cambios en la frecuencia, ubicación e intensidad de estos sistemas tormentosos en el futuro.
Los huracanes, también denominados ciclones tropicales, son sistemas de baja presión que se desarrollan sobre océanos cálidos en las regiones de los trópicos, como indica su nombre, principalmente al final del verano.Por su parte, Marcelo Madelón, licenciado en Medio Ambiente y meteorólogo, detalló: “Hay una condición fundamental que hace que el huracán se forme: el mar tiene que estar a más de 26 °C para que dé la suficiente energía como para seguir retroalimentando esas tormentas. A medida que se van haciendo más severas, los vientos soplan cada vez más intensos >“Se comienza a generar ese pequeño centro de baja presión porque el mar caliente le da energía a través del vapor de agua. A medida que esas tormentas se hacen más importantes, baja más la presión y comienzan a girar los vientos en forma horaria en el hemisferio sur y en forma antihoraria en el hemisferio norte”.
“Como en las zonas ecuatoriales no hay forma de que se roten vientos, el sistema se tiene que alejar un poquito del ecuador, donde comienza el efecto Coriolis, que es una fuerza de inercia que causa la rotación de la Tierra y provoca el movimiento de los vientos. Se da a unos cinco o seis grados de latitud norte o de latitud sur”, agregó el experto.Cuando los vientos sostenidos alcanzan los 119 kilómetros por hora, el fenómeno se clasifica como huracán. En otras regiones del mundo, estos sistemas reciben diferentes nombres: en el Pacífico occidental se les denomina tifones, mientras que en el sudeste asiático se conocen como baguios.Argentina permanece fuera del alcance de los huracanes debido a la temperatura de sus aguas. Barrera fue contundente al declarar que “no hay posibilidades de que un sistema de este tipo se forme y transite por nuestro territorio argentino”.El meteorólogo planteó el siguiente escenario como una de las únicas posibilidades de que un huracán llegue al país: “Lo único que podría generar un huracán en Argentina es que, a la altura de la corriente cálida de Brasil, que está bastante alejada de la costa, la temperatura pueda ser superior a los 26 °C >Sin embargo, aclaró que, por ahora, ese escenario hipotético no podría volverse realidad. “Habría que esperar a doscientos o trescientos años de un verdadero cambio climático”, concluyó.
Aunque Argentina no enfrenta huracanes, sí experimenta otros fenómenos meteorológicos severos. Entre los más destacados se encuentran los tornados, especialmente en verano en la llanura pampeana y chaqueña, que constituyen el segundo corredor de tornados más importante del mundo después de Estados Unidos.Madelón subraya que “los tornados son tormentas muy severas en un centro de baja presión muy chico, pero donde los vientos pueden superar los 300 kilómetros por hora”. Además, el país registra tormentas severas con granizo, inundaciones frecuentes en el este y fenómenos particulares como el viento zonda en la región cordillerana, que provoca aumentos bruscos de temperatura y extrema sequedad.Las zonas de mayor riesgo en América Latina se concentran en “el Caribe, Centroamérica y la costa este de Estados Unidos”, según Barrera, ya que las condiciones de temperatura del agua en el hemisferio sur rara vez son propicias para su desarrollo.
Madelón aclara que en México los huracanes pueden formarse tanto en el Atlántico como en el Pacífico, debido a que en ambas costas las temperaturas del mar superan los 26 °C al final del verano y comienzo del otoño “porque el mar tarda tiempo en calentarse, entonces ese es el momento oportuno en el cual es temporada de huracanes”.Luego, en Norteamérica, las zonas que corren más riesgo se centran en la costa este de Estados Unidos, como es el actual caso con el huracán Erin en los estados de Carolina del Norte, Virginia y Nueva York.
El cambio climático introduce nuevas incertidumbres sobre la frecuencia e intensidad de los huracanes. Según estudios del Geophysical Fluid Dynamics Laboratory (GFDL) de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), existe alta confianza en que el calentamiento global, impulsado por la actividad humana, halla elevado la temperatura media del planeta entre 0,8 y 1,3 °C desde finales del siglo XIX. Informes de la Organización Meteorológica Mundial posicionan al aumento de la temperatura media global de 2024 en 1,55 °C por encima de los niveles preindustriales.Además, se prevé que la proporción de tormentas que alcanzan categorías muy intensas (4 y 5) crecerá, aunque la frecuencia total de ciclones podría disminuir o mantenerse estable.
“El cambio climático es un calentamiento global. Por consiguiente, mientras suban las temperaturas, los huracanes van a ser cada vez más seguidos y más intensos. Y puede ocurrir en el futuro que en lugares donde no se producen huracanes, se comiencen a producir. Todo depende si la temperatura del mar sube, cosa que ya está ocurriendo en varios sectores del mundo. Y en los lugares donde ya existen los huracanes, puede ser que sean más potentes”, finalizó Madelón.
Fuente: telam
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