18/08/2025
“Voracidad”: una obra oscura que reinventa el melodrama familiar en clave moderna

Fuente: telam
En esta obra de teatro dark, en el Espacio Polonia, la identidad y los lazos familiares se disputan con intensidad y toques de humor
>Estábamos con la resaca de la pandemia y la abstinencia de hacer teatro. Tratando de saltar por encima de ese paréntesis, pero con los músculos entumecidos de tanto sillón. Con ganas, pero no sabiendo por dónde. Un lindo despertar, para mí, fue haber entrado a la Diplomatura en Dramaturgia (La Paco Urondo), volver al ruedo, pero desde otro lugar: la escritura. Y fue gracias a uno de esos ejercicios prácticos (que podría haber quedado durmiendo hasta destintarse en el cajón como tantos otros), apareció el germen que llevaría en sí la obra futura.
Planificamos nuestra primera cita ahí, en Espacio Polonia, lugar que timoneo hace un tiempo, y donde empezamos a sacarnos las ganas, con esto del teatro. La búsqueda fue intensa, yo tratando de acomodarme en la “prestigiosa” silla de director, por primera vez. Enfrente mío, un amigo que allí se colocaba el traje de actor descomunal, abriendo un sinfín de puertas que nos llevaban de paseo por diferentes paisajes a los que fotografiaba mentalmente, para luego entender si allí queríamos anclar y desplegar nuestra morada artística.
A lo largo de los encuentros fuimos gestando en silencio la necesidad de que aquel personaje de hija avasallada, de la versión original, no quede tan al margen y también sea parte de esta historia. Necesitábamos que toda esta verborragia inagotable tenga un cuerpo a quien morder y le ofrecimos a la actriz Yara Ribas, esa compleja misión: la de dejar clavarse los dientes. Algo comenzó a circular diferente y fue macerando de a poco, cocinándose al sol. Queríamos convidar nuestra preparación para identificarle el sabor. Entonces, nos presentamos en el Ciclo de escenas breves llamado “Guillotina”, un ambiente festivo en el que circulan de la mano el humor y el alcohol, una combinación muy Parakultural. Era el cobijo que necesitábamos para soltar a nuestra criatura. Con la incertidumbre de siempre salimos, al ruedo en el Ciclo. Pero la cosa no se pareció a esos vaticinios escupidos por nuestra neurosis, en la que el público nos abucheaba, confirmándonos lo berreta de lo ofrecido. Todo lo contrario; pidieron más. Nos encomendaron con fervor, que expandamos esta breve experiencia en una obra. Y allí, sin cavilaciones, iniciamos el escarpado camino hacia Voracidad.Después de más de una veintena de versiones (impresas y estudiadas) y gracias a la mirada sagaz de gente cercana muy avezada en el tema, dimos con el corte final. Y allí se nos empezó a organizar el hacia dónde íbamos, pero… veníamos cansados.
En los ensayos, seguíamos con la sensación de que todo futuro provisorio se volvería a evaporar a medida que avanzáramos, y que seguiría siendo asfalto. Y de pronto, la obra emergió como una hiedra rompiendo el cemento de un camino parquizado de desconciertos. Comenzó a tomar forma y se fue transformando en una Rosa.Así, la obra se convirtió en un melodrama dark, un conflicto de identidades de alta intensidad emocional. Algo insospechado en sus orígenes, aunque dicen que las obras suelen ser más inteligentes que sus escritores. Y fue así, luego de este periplo, que hoy nos encontramos haciendo funciones de lo que finalmente se materializó a lo largo de todo este recorrido. No podemos dejar de nombrar a los que también colaboraron desde su lugar de manera activa en la construcción de lo que hoy es la obra: Marika Semprini, Raúl Fernández, Pablo Casals y Cintia Zaraik Goulu.
No sabemos si esta es la mejor versión, pero de lo que no tenemos duda, es que tiene nuestra firma. Y tenemos muchas ganas de que vengan a verla, una gana voraz.**El autor es dramuaturgo y director de “Voracidad. Un melodrama dark”
Fuente: telam
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