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16/08/2025

Científicos entrenan algoritmos para descifrar las expresiones faciales de los animales

Fuente: telam

Investigadores de distintos países desarrollan sistemas de inteligencia artificial capaces de reconocer ciertos gestos y asociarlos con dolor, estrés o emociones básicas. Estas herramientas buscan mejorar el bienestar animal con diagnósticos rápidos y precisos

>En 1872, En campos del sureste de Inglaterra se prueba un sistema diseñado por científicos de la Universidad del Oeste de Inglaterra y del Colegio Rural de Escocia. La herramienta funciona con cámaras que registran el rostro de cada cerdo al acercarse al comedero. El programa reconoce al individuo, ajusta su ración de alimento y envía alertas al encargado de cuidar al animal, en caso de detectar signos de dolor o malestar.

Según sus creadores, este procedimiento permite un cuidado individual en ambientes de producción intensiva, donde el seguimiento manual de cada especie es difícil de sostener.

La inteligencia artificial ofrece una alternativa más veloz y precisa: algoritmos entrenados con miles de imágenes aprenden a detectar variaciones faciales invisibles para el ojo humano. Conforme detalló la revista científica, en pruebas recientes, sistemas de este tipo lograron identificar dolor en ovejas con un nivel de acierto superior al de veterinarios especializados.

El desarrollo de estas herramientas no se limita al Reino Unido. En Israel, la informática Anna Zamansky encabeza un equipo que aplica inteligencia artificial al estudio de perros y gatos. Primero creó un software de reconocimiento facial para ayudar a reunir animales perdidos con sus dueños. Más tarde, orientó su trabajo hacia el análisis de incomodidad o frustración en expresiones faciales de mascotas.

Su equipo también colabora con investigadores que documentan cientos de gestos en gatos y buscan entrenar algoritmos para diferenciar estados de felicidad, serenidad o enfado.

Asimismo, en Suecia, investigadores crearon una herramienta capaz de evaluar caballos mediante video, con la que identificaron tanto signos de dolor que habían pasado inadvertidos como falsos positivos en los que los expertos se habían equivocado.

A pesar de estos avances, persisten dudas sobre la fiabilidad de los algoritmos. Muchos investigadores señalan el problema de la “caja negra”: los sistemas ofrecen resultados sin explicar con claridad qué parámetros tomaron en cuenta. Un algoritmo puede centrarse en detalles irrelevantes, como un objeto del entorno, y producir diagnósticos erróneos.

Otro límite es la dependencia de bases de datos extensas. Mientras el entrenamiento de modelos de lenguaje como ChatGPT contó con millones de documentos, las imágenes de animales en contextos claramente definidos son escasas. Los investigadores trabajan en la creación de repositorios con rostros de perros, gatos, caballos y primates en distintos estados emocionales. El objetivo es contar con un volumen de información suficiente para que la inteligencia artificial aprenda patrones confiables.

El interés creciente también se relaciona con el debate ético sobre el bienestar animal. Campos inteligentes podrían ofrecer a cada cerdo o vaca una dieta adaptada a su estado de salud y a sus emociones; clínicas veterinarias y refugios tendrían acceso a herramientas que evalúan dolor en tiempo real; en deportes ecuestres, sistemas de este tipo podrían determinar si un caballo compite en condiciones adecuadas.

Los investigadores insisten, sin embargo, en que la tecnología debe complementar y no reemplazar el criterio humano. El bienestar animal incluye factores que van más allá del rostro, como la postura, la temperatura corporal o la interacción social. La inteligencia artificial puede acelerar el diagnóstico y ampliar la cobertura, pero las decisiones finales deben quedar bajo supervisión de expertos.

El desarrollo de estos sistemas refleja una tendencia más amplia: el uso de inteligencia artificial en áreas vinculadas con la salud y el bienestar. En este caso, la promesa no se dirige a los humanos sino a los animales.

Fuente: telam

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