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15/08/2025

Tobias Dirty, en las puertas de las percepción abstracta

Fuente: telam

Lápiz en mano, el artista deconstruye su tradición figurativa y abre un camino hacia una nueva etapa en la muestra “Estoy pensando seriamente en volcarme a la abstracción”, en galería Isla Flotante

>Un cuerpo que ES, se desARMA, desaPARECE. Un cuerpo que, en un recorrido secuencial, abandona sus curvas y se desintegra en geometría. Un cuerpo que abandona su plano en una muerte mística y se reconvierte en formas puras.

“Me daba cuenta que me estaba agotando algo de la figuración, como que no me importaba tanto esa relación tan mimética con las cosas. Quería pensar en las cosas pero desde otro lugar, otro aspecto, más desde lo personal”, comenta el artista en un recorrido con Infobae Cultura.

En su ensayo de los ‘50, Las puertas de la percepción, Aldous Huxley escribía: “Estaba tan completamente absorbido por el mirar, tan fulminado por lo que realmente veía, que no podía darme cuenta de ninguna otra cosa”.

“Creo que hay una pérdida de sentido de los símbolos y quiero preguntarme quizás sobre la paz más filosóficamente, por ejemplo. No en cómo luce la paz, sino cómo es realmente y si existe, ¿dónde está?. Y entonces, como que dije, esto lo puedo trabajar desde la abstracción”, sostiene.

En su transcurrir Estoy pensando.... inicia con ¿Cómo puedo abstrarme PARA la realidad?, la única pieza abstracta en su totalidad y la última que realizó en la serie, en la que el artista, además, juega por primera vez con la materialidad del papel al que arruga y sobre el que parece excarvar formando una caverna y abriendo así una dimensión hacia la profundidad de la búsqueda de su proceso.

La pieza es tanto el final como el princio. El resultado al que llegó luego de realizar toda la serie: el acceso que invita a la cueva en que lo físico se vuelve etéreo.

Hay un decisión sobre la circulación en la muestra que parece un detalle, pero que puede revelar más sobre el proceso. Ni bien se ingresa a la galería de Retiro el acceso hacia las otras obras de la serie se encuentra bloqueado por una pared de la que cuelga ¿Cómo puedo...?.

En esa época cuenta, “todo lo que hacía era dibujar” y tomaba como modelo de inspiración un libro de Roger Dean, quien diseñó las portadas y elementos visuales de la banda Yes. En esas producciones prematuras se observan ya la cuestión psicodélica y el interés por la línea que se manifiesta en volumen de las rocas, en las curvas, y la expansión del espacio. “Ahora que lo veo es como que son más indicios desde dónde vengo”, dice.

En El espíritu en la pintura, de 2003, también en trastienda, el marco de la obra dentro de la obra parece derretirse en un gesto surrealista y la figura cadavérica, con los órganos a la vista, parece flotar, con una reminiscencia a Chagall o a Para llegar a la sala principal se pasa por un corto pasillo oscuro para luego sentir el fogonazo de la luz que se abre ante esas figuras con una colorimetría razonada, mientras en la alfombra del piso hay islotes de manchas que parecen divagar, pero que marcan que ya se forma parte de ese ritual, con una fuerte alianza con lo místico, de la descomposición.

Ya en el recorrido, la muestra, sostiene, es “bien lineal”: empieza con Caliente y sigue con Pensando en ESO, Leyendo sobre ESO, PROBANDO nuevos gestos, Dibujando, Escapando de aquello y Volcándome SERIAMENTE en esto, a partir de las que se va desarrollando la disgregación.

En Caliente, entonces, el personaje —un alter ego del propio artista— comienza a transitar un vía crucis autoinflingido, en el que escena a escena se revela este vaciamiento hasta diluirse.

Y es que a lo largo de su obra, la composición del cuerpo es algo que Dirty ha ido abordando, pero ese acercamiento a la figura es la cáscara, una capa que se necesita correr para preguntarse sorbe la identidad más allá de lo físico, sobre el auto reconocimiento y la mirada del otro.

En estos enormes dibujos se puede en la movilidad de la muñeca, en los trazos “hasta donde le dan los brazos”, la formación de un vértice entre el cuerpo y la obra, un punto de unión en que se hacen uno, una entrega.

En el ángulo en L de la sala tres dípticos que, a priori, son disonantes con el resto: Escritorio/Cueva, Taller/Cueva y Cueva/Galería. Estas fueron las primeras obras de la serie y, cuenta, realizadas con el objetivo de no desviarse del camino, de recordar que la búsqueda era subvertir el espacio, aunque, en el proceso, terminó haciéndolo sobre su propia figura.

*Estoy pensando seriamente en volcarme a la abstracción, de Tobías Dirty, en galeria Isla Flotante, Viamonte 776. Hasta el 15 de agosto. Entrada gratuita.

Fuente: telam

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