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12/08/2025

Cómo Kim Ju-ae pasó de la mano de su padre a la primera fila del poder en Corea del Norte

Fuente: telam

Imágenes oficiales, sellos y honores reservados al mando han instalado a la hija del líder de Pyongyang como posible heredera

>En noviembre de 2022, Kim Jong-un decidió presentar a su hija agarrándole la mano ante un misil intercontinental. No fue una postal familiar: fue una declaración política. Desde entonces, la niña —a la que la propaganda norcoreana llama “hija más querida”, “respetada” o “amada”— ha ganado notoriedad pública hasta ser descrita como “gran persona de la guía”, un honorífico reservado para el líder supremo y para quien está destinado a sucederle.

El salto a la escena fue calculado. La Desde entonces, los medios estatales han ido ajustando el encuadre. Primero, ella detrás del padre y junto a su madre, Ri Sol-ju; después, en la misma línea que el líder; más tarde, en el centro de las imágenes. La secuencia coincide con el uso de honoríficos cada vez más cargados: de “amada hija” a “respetada hija” y, en marzo de 2024, a “gran persona de la guía” durante la inauguración del macrocomplejo de invernaderos de Kangdong, un proyecto que el régimen presentó como símbolo de autosuficiencia.

En los sellos también apareció su imagen. En febrero de 2023, la Corporación de Sellos de Corea lanzó estampillas con imágenes del líder y su hija en el sitio del ICBM, una forma clásica de canonización política en el Norte.

Analistas en Seúl piden cautela: la opacidad norcoreana no permite conclusiones tajantes. Pero el patrón es consistente con lo que la dinastía de los Kim ha hecho durante 75 años: preparar a su relevo bajo la liturgia del “linaje del Paektu”, la idea de que el poder emana de la sangre de la familia vinculada al monte sagrado. En la cosmovisión oficial, ese relato legitima la continuidad dinástica en un Estado que se proclama socialista.

Ese relato convive con un hecho político: Corea del Norte es un sistema profundamente patriarcal. Cuando la niña apareció por primera vez, varias voces recordaron que el país nunca ha sido gobernado por una mujer. Otras, sin embargo, señalaron que el género no sería un impedimento absoluto si la prioridad del régimen es asegurar la sucesión dinástica.

¿Por qué ahora? En la propaganda, el arsenal nuclear es presentado como la herencia que Kim entregará a la “siguiente generación”. Que la hija aparezca junto a misiles y mandos castrenses proyecta continuidad y transmite a los generales que deben empezar a reconocerla. En 2023 y 2024, su agenda estuvo fuertemente militarizada, lo que replica el camino que siguió el propio Kim Jong-un cuando fue ungido heredero en tiempos de su padre.

Hay, además, una dimensión externa. Al acuñar su figura en público desde tan temprano, Pyongyang emite un mensaje a Washington y Seúl: el régimen no tiene prisa. “Nosotros tenemos todo el tiempo del mundo, mientras ustedes están atados por límites de mandato de cuatro o cinco años”, dijo el académico Sung-Yoon Lee, autor de un libro sobre Kim Yo-jong, al New York Times.

Para Cheong Seong-chang, del Instituto Sejong, el líder está intentando convertir en hecho consumado la aceptación de su hija: “En un país donde no están listos para una dirigente, Kim Jong-un está volviendo su estatus de sucesora un hecho inevitable a fuerza de exponerla una y otra vez en los medios estatales”, afirmó, también en declaraciones al New York Times.

Hay, sin embargo, incógnitas que la propia propaganda deja abiertas. Se cree que Kim tiene más hijos, quizá un varón; el régimen nunca lo ha confirmado. Y la propia edad de la niña, estimada en torno a los 12 años, impone horizontes largos: la consolidación de su autoridad exigiría años de aprendizaje, cooptación del estamento militar y una coreografía de lealtades que, por ahora, solo puede simularse.

El régimen aprendió de su propia historia: Kim Jong-il no reveló a tiempo a su sucesor y solo tras su ictus de 2008 se activó la promoción del actual líder, lo que abrió un periodo de dudas que Kim Jong-un cortó a sangre y fuego: con la ejecución de su tío Jang Song-thaek en 2013 y la eliminación de su medio hermano en Malasia en 2017, consolidó su autoridad sin contrapesos.

También cambió el terreno. Desde 2022, el Corea del Norte ha probado misiles de alcance intercontinental, ha estrechado lazos militares con Rusia y ha hecho de su programa nuclear un atributo intocable. Presentar a la hija en ese marco no solo normaliza su presencia ante los uniformes, además, envuelve su figura en la mística de la “defensa de la patria” y del “linaje del Paektu”, claves de la narrativa de legitimidad del régimen.

Fuente: telam

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