31/07/2025
Dos argentinos en la isla más misteriosa del mundo: “Sus altos costos y estrictas normas nos sorprendieron tanto como su mística”

Fuente: telam
Aldana Puentes Garrido y su marido, César Dimeo, ya llevan recorridos 100 países. Fanáticos de los destinos pocos convencionales, visitaron uno que está inmerso en el Océano Pacífico y esconde uno de los mayores enigmas de la humanidad
>El viaje no fue una elección improvisada, pero sí marcada por una curiosidad que venía postergada. “Es un destino que hacés cuando ya viajaste bastante. Si recién estás empezando, quizás te conviene ir a otro lado, porque es un lugar caro y no hay tanto para hacer”, admitieron Aldana Puentes Garrido y su marido, César Dimeo, al recorrer la isla más misteriosa del mundo.
“Existen cerca de 900 y representan a los antepasados fallecidos. Tienen una estética homogénea, con cuerpos hasta el torso, cabezas de gran tamaño, orejas alargadas, narices rectas y labios finos y marcados”, precisó Aldana, a quien también le llamó la atención los diferentes tamaños.
“Algunas miden apenas unos pocos metros, mientras que otras superan los diez, y hay uno en particular que alcanza los 22 metros”, precisó. Su peso también difiere considerablemente, llegando en ciertos casos varias decenas de toneladas, que alimentan aún más el misterio de cómo fueron trasladadas por toda la isla.Aldana y César son oriundos de Mar de Las Pampas y combinan su trabajo -ella es abogada y él, administrador hotelero- con viajes por destinos poco convencionales. Ya visitaron 100 países y cuentan todas sus experiencias a través de sus redes @vecinosporelmundo.Ingresar a Rapa Nui no es como llegar a cualquier otra ciudad de Chile. Al tratarse de un territorio especial, los controles migratorios son diferentes. “Tenés que presentar una declaración jurada donde indicás dónde te vas a alojar. Si no tenés reservado un alojamiento, no te dejan subir al avión”, detalló Aldana.
“No íbamos a Chile desde hacía once años. Estuvimos en Santiago y después tomamos el vuelo hacia la isla, porque es la única manera de llegar”, explicó César. La decisión de viajar surgió a partir de una promoción que consiguieron con un año de anticipación: “Gracias a eso pagamos USD 280 cada pasaje cuando en realidad cuestan USD 600 en promedio. Y a eso hay que sumarle el vuelo desde Buenos Aires a Santiago”.Sin embargo, la verdadera sorpresa llegó al intentar recorrer los sitios arqueológicos. “Tuvimos que abonar una entrada de 80 dólares por persona para acceder a los moáis y otros puntos turísticos. No lo sabíamos. Nadie te lo dice antes de viajar”, explicó Aldana.
Ese monto habilita el ingreso al Parque Nacional Rapa Nui por diez días, aunque no garantiza el acceso libre a todos los sitios. “Para muchos de los lugares más importantes necesitás ir sí o sí con un guía. Solo podés recorrer tres o cuatro puntos de la isla por tu cuenta”, agregó César.Contratar un guía privado cuesta alrededor de 80 dólares por persona por día. Para abaratar costos, optaron por sumarse a un tour grupal llevando su propio auto. “Nos cobraron 40 dólares por persona por día. Aún así, fueron dos días de excursión, así que 160 dólares más en total”, especificó César sobre los altos costos de hacer turismo en la isla.
Durante las excursiones, no hay paradas para comer ni se ofrece ningún tipo de refrigerio. “No te dan ni una botella de agua. Hay que llevar todo porque en los sitios no hay puestos ni servicios”, explicó Aldana. “Solo hay venta de artesanías en algunos puntos y el centro cívico, que es muy chico. Todo lo demás está desierto”, agregó.El mecanismo utilizado por los rapanui para mover estas esculturas desde la cantera Rano Raraku, donde se los fabricaban, hasta los Ahu, que son los lugares sagrados donde actualmente están ubicados, sigue siendo materia de debate. No hay una única explicación aceptada por todos los expertos, y las teorías varían ampliamente.Además de la cantera, los lugares más impactantes fueron los alineamientos de moáis sobre plataformas ceremoniales y los sitios cercanos a la costa. “Los colocaban mirando hacia el interior de la isla, salvo unos pocos que miran al mar. La idea era que los viera el enemigo y creyera que la isla estaba habitada por gigantes”, relataron. Posicionados de espaldas al mar, sus rostros vigilaban y protegían a la comunidad de posibles invasores.
Aldana y César también recorrieron el volcán Orongo, asociado a la ceremonia del Hombre Pájaro, un antiguo rito para designar al líder de la isla. “Eso te lo cuentan los guías. No hay señalización en los sitios. Si no te explican, no entendés qué estás viendo”, advirtieron sobre la importancia de contratar el servicio a pesar de su elevado precio.Durante su estadía, la pareja argentina solo asistió a una cena show donde una banda local cantaba en rapanui y realizaba danzas típicas, por la que pagaron USD 60 por cubierto.El resto del tiempo lo aprovecharon para recorrer playas —solo hay dos habilitadas— y cocinar en la cabaña para abaratar costos. “Una noche salimos a cenar. Pedimos un plato cada uno, dos tragos, y gastamos USD 80″, precisaron.Los precios generales también les parecieron altos. “La comida en el supermercado era más cara que en Santiago. Y Santiago para nosotros está barato. Así que para los chilenos debe ser carísimo”, dijo Aldana. Según les contaron en la isla, el 80% del turismo actual es nacional, ya que los vuelos desde la Polinesia quedaron suspendidos desde la pandemia.Consultados sobre si volverían, fueron claros: “Es un lugar que hay que conocer una vez. La historia y la cultura valen la pena. Pero no es para repetir. Es muy caro, tenés pocos días útiles y no hay mucho más para hacer”, coincidieron.
A pesar de todo, se fueron con una certeza: Rapa Nui es una experiencia única, con una identidad fuerte que resiste la estandarización del turismo global. “Es como un mundo aparte. Y eso también tiene su valor, aunque venga con costo alto”, concluyeron.Fuente: telam
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