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31/07/2025

Una beba entregada, un matrimonio que hizo pocas preguntas y una búsqueda que no se detiene: “¿Cómo no pidieron más datos?”

Fuente: telam

Soledad García Rossi nació en 1979 y creció en una familia de La Plata. De adulta comprendió que no había sido adoptada, como le dijeron siempre, sino apropiada. Desde hace más de veinte años busca su identidad biológica y reclama la sanción de la Ley de Identidad de Origen en la provincia de Buenos Aires

>La escena sucedió la noche del 25 de junio de 1979 en la ciudad de La Plata. Carlos García y Josefa Rossi Bilbao se estaban preparando para ir a un cumpleaños cuando escucharon sonar el timbre. Al abrir la puerta, apareció el hermano de Josefa con su esposa y una pareja de amigos. Traían un bebé en brazos. “¿Quieren adoptarla? La mamá no puede tenerla”, les dijeron. Los García Rossi se miraron desconcertados. Después de una breve charla, decidieron que se iban a quedar con la niña. La llamaron Soledad.

“Sol” —como la llaman todos— creció sabiendo que había sido adoptada, y también que esa adopción no había sido legal. Su madre de crianza nunca le ocultó esa información: “Vos sos adoptada, pero ese dato no figura en tu partida de nacimiento”, le repetía. Durante años, ella creyó que esa irregularidad era apenas una cuestión administrativa. Pero en 2020, en plena pandemia, empezó a mirar los videos de una ONG llamada Nuestra Primera Página, donde por primera vez escuchó con claridad el término que cambiaría la forma de ver su propia historia: apropiación. “Ahí le puse nombre a lo que me pasó”, le cuenta a Infobae.

Soledad García Rossi tiene 46 años, es mamá de Josefina —una adolescente de 16— y trabaja como administrativa en una Defensoría de Pobres y Ausentes de La Plata. Antes estudió y se desempeñó como maestra jardinera. Desde muy chica —cuenta— sus padres la llevaron a la psicóloga junto con su hermana “para que entendieran el tema de la adopción”. Más adelante, durante su adolescencia, fue ella quien empezó a hacer preguntas. Siempre le contaron lo que sabían.

Como Carlos y Josefa se separaron cuando ella tenía apenas un año y medio, sus desquites de la adolescencia siempre se volcaron sobre su madre. “Tuve épocas de mucha rebeldía en las que me recontra enojaba y le gritaba: ‘¡Te voy a meter presa, decime la verdad!’. Esa impotencia de decir… ‘¿Cómo no preguntaste algún otro dato, alguna otra cosa?’. Pero la realidad es que ni ella ni mi papá sabían mucho más. Si a mí no me hubieran dicho que era adoptada, yo no lo hubiera preguntado nunca. Hay personas que sienten que no pertenecen a sus familias. No fue mi caso. A mí me criaron con mucho amor”, dice.

En 1999, con la muerte de su tío, Soledad hizo un clic. Él era la única persona que había estado presente en el momento de su entrega. “Cuando falleció pensé: ‘Y ahora, ¿quién me va a decir algo?’. Él y yo nunca habíamos hablado de eso”, cuenta. Un año después, en 2000, inició su búsqueda de forma activa.

Lo primero que hizo fue empezar a hablar con familiares —especialmente con su tía, Magdalena Manasero, y su madrina, Mirta Quintieri— en busca de cualquier dato que pudiera orientarla. Pero no obtuvo mucho más que lo que ya sabía. Siete años después, en 2007, volvió a intentarlo: volvió a preguntar, volvió a repasar nombres y recuerdos, aunque otra vez, sin resultados concretos. Luego vino la maternidad —su hija nació en julio de 2009— y la búsqueda quedó en pausa durante un tiempo.

Durante la pandemia, en 2020, algo volvió a moverse. En medio del encierro y la incertidumbre de aquellos días, Soledad empezó a mirar los videos de una ONG llamada Se contactó con la organización, participó de talleres de apoyo coordinados por psicólogas, y empezó “su derrotero en redes sociales”. “Estaba todo el tiempo en Internet, mirando los grupos grandes de Facebook donde se publican búsquedas, chequeando publicaciones nuevas, prestando atención a los álbumes de fotos o usando motores de búsqueda: ‘Hospital Gandulfo’, ‘Año 79’. Cualquier cosa para tratar de encontrar algún dato o ver si me estaban buscando”, dice.

—¿Cómo impacta emocionalmente seguir buscando a tu familia biológica después de tantos años?

—¿Tu hermana también busca?

Mi hermana no quiere saber nada con buscar. No le interesa. Nunca conversó con mi mamá tan abiertamente como yo. Al principio, incluso, le chocaba mucho que se hablara del tema. Me acuerdo de que por ahí le preguntaba algo a mi vieja y ella se iba. Pero bueno, yo con mi mamá tengo otra relación, más directa. Siempre insistí en saber y mis padres siempre me apoyaron.

—Entre 2021 y 2023 tuviste un programa de radio también dedicado a las búsquedas. ¿Cómo surgió ese proyecto?

—Desde que creaste el grupo, ¿alguien logró reencontrarse con su familia biológica?

—¿Te imaginás cómo sería un encuentro con tu mamá biológica?

*Para contactar a Soledad: [email protected] o por Instagram

Fuente: telam

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