30/07/2025
Astrónomos captaron por primera vez la luz directa de un planeta en formación
Fuente: telam
Un equipo internacional reveló la existencia de un cuerpo celeste gigante que estaría esculpiendo estructuras espirales en el material que rodea a una estrella joven, gracias a observaciones obtenidas con tecnología avanzada del Observatorio Europeo Austral
>Un equipo internacional de astrónomos logró captar, por primera vez, la luz directa de un planeta gigante en proceso de formación que estaría modelando el gas y el polvo a su alrededor en el disco que rodea a una estrella joven.
“Nunca seremos testigos de la formación de la Tierra, pero aquí, alrededor de una estrella joven a 440 años luz de distancia, podríamos estar viendo la existencia de un planeta en tiempo real”, afirma Francesco Maio, investigador doctoral de la Universidad de Florencia y autor principal del Este hallazgo ofrece una nueva mirada sobre cómo nacen los planetas gigantes. La estrella protagonista, HD 135344B, se encuentra en la constelación de Lupus, una zona del cielo rica en estrellas jóvenes. A su alrededor gira un disco de gas y polvo —conocido como disco protoplanetario— donde los astrónomos descubrieron un objeto brillante incrustado justo en la base de uno de los brazos espirales, tal como anticipaban los modelos teóricos.
El candidato a planeta tendría aproximadamente el doble del tamaño de Júpiter y orbita a una distancia comparable a la que hay entre Neptuno y el Sol. Su ubicación no es un dato menor: se encuentra exactamente donde los científicos habían predicho que un planeta podría estar esculpiendo la forma del disco. Hasta el momento, si bien se conocían estructuras complejas como anillos, huecos y espirales en discos protoplanetarios, nunca se había detectado un planeta joven inmerso en la formación de tales patrones.Eso cambió con la llegada del instrumento ERIS, acrónimo de Enhanced Resolution Imager and Spectrograph, un dispositivo de última generación que ofrece imágenes mucho más nítidas que sus predecesores. Al utilizarlo, los astrónomos lograron detectar directamente la luz del protoplaneta, una evidencia crucial que aumenta la certeza sobre su existencia.
“Lo que convierte esta detección en un punto de inflexión potencial es que, a diferencia de muchas observaciones previas, podemos detectar directamente la señal del protoplaneta, que aún se encuentra profundamente incrustado en el disco”, asegura Maio, quien también forma parte del Observatorio Astrofísico de Arcetri, del Instituto Nacional de Astrofísica de Italia (INAF).Los expertos destacan que este planeta recién nacido no solo fue detectado, sino que muestra indicios de estar modelando activamente su entorno, lo que refuerza la teoría de que los brazos espirales en los discos protoplanetarios son producto de cuerpos en formación. En otras palabras, por primera vez se observó al escultor trabajando sobre su lienzo cósmico.
La observación también brinda pistas sobre cómo evolucionan los sistemas planetarios. Al comprender mejor cómo los planetas interactúan con el material circundante durante su formación, se podrán afinar los modelos de evolución estelar y planetaria, lo cual tiene implicancias directas sobre la comprensión del propio sistema solar y su historia temprana.La investigación sobre HD 135344B no fue el único avance logrado gracias al instrumento ERIS. Otro equipo de científicos lo utilizó para observar una estrella aún más joven, llamada V960 Mon, ubicada en la constelación de Monoceros. También aquí los astrónomos encontraron un objeto misterioso: una fuente compacta y luminosa incrustada cerca de un brazo espiral, que podría representar un nuevo ejemplo de formación planetaria o incluso de una enana marrón.V960 Mon había sido observada previamente por instrumentos como SPHERE y el conjunto de radiotelescopios ALMA, que revelaron una serie de intrincados brazos espirales en su disco. Aquellas observaciones también mostraron un fenómeno conocido como “inestabilidad gravitacional”, por el cual el material en el disco puede fragmentarse, colapsar y dar origen a objetos como planetas gigantes o incluso cuerpos más masivos.
Lo que permanecía sin respuesta era si alguno de esos fragmentos había alcanzado suficiente masa y densidad como para convertirse en un objeto compacto y brillante. La respuesta llegó con ERIS, al identificar una fuente luminosa que podría ser un planeta naciente o una enana marrón, es decir, un objeto mayor que un planeta pero que no llegó a acumular la masa suficiente para convertirse en una estrella.La principal diferencia entre los dos hallazgos recientes es el mecanismo probable de formación. Mientras que el candidato a planeta de HD 135344B parece crecer de manera progresiva, esculpiendo su entorno, el objeto detectado en V960 Mon podría haberse formado a partir del colapso directo de una región inestable del disco. Ambas rutas representan procesos distintos dentro del catálogo de formación planetaria.
Además de su valor científico, estas observaciones también significan un paso adelante en la capacidad de la astronomía para observar directamente procesos que hasta hace poco eran solo teóricos o indirectamente inferidos. La combinación de instrumentos avanzados como ERIS, SPHERE y ALMA permite abordar misterios que antes quedaban más allá del alcance de los telescopios.Si se ratifican como planetas en formación, los dos estudios marcarían hitos en la comprensión del origen de los sistemas planetarios y consolidarían a ERIS como una herramienta clave en la exploración del universo temprano.
Fuente: telam
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