23/07/2025
Ante la corrupción en el Ejército, el régimen de Xi Jinping recurre a la propaganda para contener la descomposición interna

Fuente: telam
Un editorial del Ejército Popular de Liberación exige lealtad y disciplina partidaria mientras persiste el silencio oficial sobre las investigaciones contra altos mandos
>El Ejército Popular de Liberación (EPL) de China intensificó esta semana su campaña ideológica interna con la publicación de un editorial que insta a los cuadros políticos militares a “decir la verdad” y “enfrentar los problemas de frente”. El mensaje, difundido en el Diario del EPL, órgano oficial de las Fuerzas Armadas, forma parte de una estrategia propagandística que busca contener el desgaste institucional tras los múltiples escándalos de corrupción que han sacudido a la cúpula militar.
Los cuadros, sostiene el editorial, deben ser “luchadores, no caballeros”, una formulación que refuerza la visión autoritaria del régimen sobre el papel del liderazgo militar. Se invoca además la figura de Mao Zedong y otros líderes revolucionarios para legitimar la necesidad de “predicar con el ejemplo” en medio de lo que el propio texto califica como “riesgos superpuestos” para el Ejército.
Aunque no se mencionan nombres, ambos textos aparecen en medio del silencio oficial sobre el paradero y la situación legal de figuras como el general He Weidong, uno de los oficiales de más alto rango que ha desaparecido del espacio público sin explicación. Tampoco se ha informado sobre las causas reales que llevaron a la caída de los dos últimos ministros de Defensa, reemplazados en medio de investigaciones internas cuya existencia no ha sido formalmente reconocida por las autoridades.
La coincidencia entre el tono del editorial y las nuevas normas disciplinarias revela un patrón habitual en el sistema de propaganda del Partido Comunista Chino: el uso de medios oficiales para ejercer presión indirecta, consolidar el poder de la jerarquía política y silenciar cualquier forma de disidencia dentro del aparato militar.
Lejos de ser un gesto de reforma, el llamado a la “honradez” y a la “verdad” se produce en un entorno donde la verdad institucional se decide desde arriba, sin mecanismos independientes ni espacio para el escrutinio público. En ese contexto, las apelaciones a la lealtad, la disciplina y la “pureza ideológica” funcionan como herramientas de blindaje para un régimen que prioriza la estabilidad política frente a la rendición de cuentas.
Fuente: telam
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