17/06/2025
China desata una nueva avalancha de exportaciones que reconfigura el mundo

Fuente: telam
A medida que los aranceles del presidente Donald Trump comienzan a excluir a China de Estados Unidos, su mayor mercado, las fábricas chinas están enviando sus juguetes, automóviles y zapatos a otros países a un ritmo que está transformando las economías y la geopolítica
>A medida que los aranceles del presidente Trump cierran el mercado estadounidense, los productos chinos inundan países desde el Sudeste Asiático hasta Europa y Latinoamérica.
Hoy, una nueva conmoción china se extiende por todo el mundo, desde Indonesia hasta Alemania y Brasil.
En lo que va de año, el superávit comercial de China con el mundo es de casi 500.000 millones de dólares, un aumento de más del 40 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
Mientras las dos superpotencias mundiales se disputan el comercio, el resto del mundo se prepara ahora para una sacudida china aún mayor.“China tiene muchísimas cosas que necesita exportar, y aunque Estados Unidos le imponga aranceles o no, es prácticamente imposible detener los cambios en los flujos”, dijo Leah Fahy, economista especializada en China de Capital Economics.La avalancha de exportaciones de China es consecuencia de la política gubernamental y de la desaceleración de la economía nacional. Para amortiguar el impacto de una crisis inmobiliaria que redujo la riqueza de millones de hogares, Beijing lleva varios años inyectando dinero en sus sectores manufactureros, que producen muchos más productos de los que demanda el país.Al desviar el flujo de sus productos hacia el Sudeste Asiático, América Latina y Europa, China ya ha aliviado el efecto económico de un desplome de la demanda de Estados Unidos. Pero esto pone a China en conflicto potencial con socios comerciales que también se enfrentan a la presión de Washington.
Trump amenaza con imponer fuertes aranceles a los mismos países que están siendo inundados por más productos chinos, como Vietnam, Camboya e Indonesia. De momento, esos aranceles se han puesto en pausa para negociar. Algunos países se han beneficiado de un aumento de las inversiones de empresas extranjeras que intentan trasladar la producción desde China lo antes posible.Si bien Trump ha perturbado el comercio con niveles arancelarios sin precedentes en un siglo, el drástico cambio en las exportaciones chinas se venía gestando mucho antes de que asumiera el cargo en enero.
La crisis inmobiliaria de China --un exceso de viviendas, precios en picada y quiebras generalizadas-- empezó a repercutir en la economía en 2021. Los legisladores chinos no tardaron en desviar los préstamos baratos de los promotores a los exportadores y fabricantes, una medida que al final contrarrestó el desplome de la construcción, que en su apogeo contribuyó a un tercio del crecimiento económico.“A menudo invierten demasiado para alcanzar la escala primero, y luego el proceso se ve facilitado por las políticas gubernamentales”, dijo Tommy Wu, economista del Commerzbank. “Eso contribuye a que hoy tengamos este problema”.
China ya se había embarcado en una política industrial interna en 2015, conocida como Hecho en China 2025, para fabricar bienes de mayor valor y que requieren mayor mano de obra cualificada, como chips informáticos sofisticados y vehículos eléctricos. Esa iniciativa llevó a Estados Unidos y Europa a elevar los aranceles sobre los coches eléctricos, los paneles solares y otros productos de alta tecnología.“China no se desarrolla como sugiere la teoría económica, y ahora nos enfrentamos a un nuevo modelo”, dijo Priyanka Kishore, economista de Singapur, en referencia a la trayectoria tradicional de las economías que se alejan de la manufactura de gama baja a medida que se vuelven más maduras y desarrolladas.
“Esto supone un reto porque exacerba las presiones sobre el resto del mundo”, dijo Kishore.En Alemania, donde los envíos de productos chinos aumentaron el mes pasado un 20 por ciento respecto al año anterior, las empresas le han expresado su preocupación a Wu, el economista del Commerzbank. Los fabricantes de automóviles son los que más lo notan.
Los países que han soportado el peso del aumento de las importaciones chinas también han sufrido fuertes caídas en su propia manufactura, lo que ha provocado pérdidas de empleos y quiebras.
Para la mayoría de los países, hay dos opciones. La primera es no hacer nada y ver cómo se vacía la industria manufacturera, dijo Sonal Varma, economista jefe para Asia, a excepción de Japón, del banco japonés Nomura.
“Las cadenas de suministro se están bifurcando a lo largo de líneas geopolíticas”, dijo Varma. “Se ha vuelto mucho más difícil para los países decidir: ¿Con quién te alineas?”.
Fuente: telam
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