>Fue una seguidilla de “no” proveniente de internos de renombre alojados en celdas contiguas. Ocurrió el 17 de mayo pasado. El Servicio Penitenciario Federal se encontró con que presos de alto perfil que están detenidos en el Módulo I del Pabellón K del Complejo Federal I de Ezeiza rechazaron en simultáneo la comida provista por la administración carcelaria.

La situación, que no fue presentada como una huelga de hambre, pero sí como un rechazo al racionado que ofrece el penal, quedó asentada en documentos oficiales y por dos testigos. A eso tuvo acceso Infobae.

Los internos que se negaron a recibir las viandas entregadas por el penal fueron los siguientes:

En todos los casos, el procedimiento se desarrolló de la misma forma. El interno fue interrogado respecto a los motivos de su negativa y se le ofreció la posibilidad de realizar alguna manifestación adicional. Las respuestas fueron nulas. Ninguno expresó verbalmente las razones del rechazo ni incorporó aclaraciones o modificaciones al acta.
De hecho, todos se rehusaron a firmar el documento que había sido leído en voz alta por el personal penitenciario. Para constatar la validez del acto administrativo, y no habiendo testigos civiles en establecimientos carcelarios, las actas fueron rubricadas por el subalcaide y por dos agentes.
“Estos presos están acostumbrados a comer salmón del hotel Faena. Entonces, claro, cuando les llega la vianda, les llega un poquito fría y medio que les parece una porquería. Por eso se quejan. Y la humedad es la humedad típica”, deslizaron voceros con conocimiento del expediente ante la consulta de este medio.

Fuente: telam