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06/05/2025

El hombre que sobrevivió a más de 200 mordeduras de serpientes y ayudó a crear un antídoto de amplio espectro

Fuente: telam

Este tipo de heridas causan entre 81.000 y 138.000 muertes al año en el mundo. El investigador líder del nuevo desarrollo contó a Infobae los próximos pasos

>Durante casi dos décadas, Tim Friede, un ex mecánico de camiones, se dedicó al estudio de Mientras coleccionaba serpientes en su hogar, se autoadministró más de 700 dosis crecientes de Este proceso de autoexposición le permitió desarrollar una inmunidad excepcional, algo extremadamente raro para un ser humano.

En diálogo con Infobae, el doctor Peter Kwong, profesor de ciencias médicas de la Universidad de Columbia, en los Estados Unidos, reconoció que hay un camino por recorrer en la investigación pero fue optimista.

El antídoto está basado en los anticuerpos de Friede y es de amplio espectro. Podría llegar a ofrecer protección total contra 13 especies de serpientes elápidas, como cobras y mambas, y protección parcial contra 6 especies más.

Al combinar los anticuerpos humanos con un inhibidor de toxinas llamado varespladib, el avance podría transformar el tratamiento de mordeduras. Superaría las limitaciones de los antídotos tradicionales, que son específicos para cada especie.

Cada año, las mordeduras de serpiente causan entre 81.000 y 138.000 muertes y hasta 400.000 discapacidades permanentes, según la Organización Mundial de la Salud.

Durante más de un siglo, los antivenenos o antídotos se han producido a partir de anticuerpos generados en animales inmunizados con venenos específicos de una o pocas especies.

“El tratamiento estándar, basado en anticuerpos de animales inmunizados con veneno de una o más especies, solo funciona contra serpientes específicas”, señalaron los científicos en el estudio.

La diversidad de especies venenosas (más de 600 en todo el mundo) hace que sea extremadamente difícil encontrar un antiveneno efectivo contra todas.

“El impacto médico global de un único antídoto humano universal sería sustancial”, sostuvieron los investigadores.

Al darse cuenta que las mordeduras de serpientes son un problema de salud pública desatendido, Friede se puso en contacto con la comunidad médica para investigar la posibilidad de desarrollar un antiveneno universal.

Para crear el antídoto, los investigadores formaron un panel con 19 serpientes que la Organización Mundial de la Salud considera de alta importancia médica.

Entre ellas se incluyen cobras, kraits, mambas, taipanes y serpientes de coral. Posteriormente, extrajeron de la sangre del hombre los anticuerpos que reaccionaban con las neurotoxinas de esas especies.

A partir de esos anticuerpos, los investigadores ensamblaron un cóctel compuesto por tres elementos. El primero fue el anticuerpo LNX-D09, que protegió a ratones de seis especies de serpientes.

Finalmente, sumaron SNX-B03, un segundo anticuerpo, que completó la protección total. “Al llegar a los tres componentes, logramos una cobertura sin precedentes”, destacó Glanville.

La combinación de estos anticuerpos logró neutralizar las toxinas presentes en serpientes de Asia, África, América y Oceanía.

“Estamos trabajando en una cuarta antitoxina que se sumaría al cóctel actual de tres antitoxinas”, contestó a Infobae el doctor Kwong al consultarlo sobre qué se necesita para que el cóctel que ya lograron (que brinda protección total contra 13 serpientes) logre cubrir completamente las 19 especies testeadas.

“Necesitamos determinar si el cóctel puede brindar protección en un entorno más realista. Lo más probable es que el siguiente paso sea la prueba veterinaria, ya que los perros son mordidos con frecuencia en Australia, donde solo hay serpientes venenosas de la familia de los elápidos. Por eso, un ensayo de campo del cóctel en perros ofrecería información crítica sobre su utilidad”, especificó Kwong.

El estudio que sirvió de base para el desarrollo del antídoto no promovió ni facilitó la auto-inmunización del donante.

La extracción de sangre se realizó bajo un procedimiento aprobado por la Junta de Revisión Institucional Occidental y el hombre firmó un consentimiento informado por escrito que autorizaba la obtención de dos muestras de sangre.

Friede solicitó expresamente ser identificado en la publicación científica, y los autores respetaron esa decisión. También confirmaron que, al momento del estudio, el donante había interrumpido sus prácticas de autoexposición al veneno.

Fuente: telam

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